Este artículo se publicó hace 2 años.
El complicado escenario del Gobierno a una semana de la votación de la reforma laboral en el Congreso
La situación actual de las conversaciones con los grupos parlamentarios arroja un escenario incierto en torno al rumbo del decreto-ley, que se enfrentará a su prueba de fuego en la Cámara Baja el próximo 3 de febrero.
Pilar Araque Conde
Madrid-Actualizado a
Las negociaciones de la reforma laboral entran en su fase final a falta de una semana para que el Congreso decida si convalida o deroga el decreto-ley aprobado por el Gobierno a finales de diciembre. La situación actual de las conversaciones con los grupos parlamentarios arroja un escenario incierto en torno al rumbo de la medida estrella del Ejecutivo de coalición, especialmente de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Con este panorama, los partidos que sostienen el Gobierno han visibilizado sus diferencias en cuanto a la vía escogida para recabar los apoyos necesarios al nuevo modelo de relaciones laborales, una medida que necesita sumar mayoría simple, más síes que noes, para que reciba el aval de la Cámara Baja el próximo jueves 3 de febrero.
A pesar de las peticiones de los socios habituales del Gobierno de modificar la propuesta durante su tramitación parlamentaria al considerar que "no deroga la reforma laboral del PP de 2012", el PSOE sigue defendiendo que el decreto-ley tiene que ser convalidado en su integridad, conforme al acuerdo alcanzado con la patronal y los sindicatos, y rechaza que se tramite como proyecto de ley.
La opción de aprobar la reforma "sin tocar ni una sola coma", como pide la CEOE, ha favorecido la entrada en escena de Ciudadanos, formación a la que el grupo socialista no ha dudado en contactar cuando la mayoría del bloque progresista ha estado en apuros, como en las prórrogas del primer estado de alarma o los Presupuestos de 2021.
Pero los nueve diputado de la formación de Inés Arrimadas no son suficientes y es ahí donde la posición de los partidos minoritarios integrados en el Grupo Plural y Mixto puede ser determinante a la hora de la votación. Hasta la fecha, el Gobierno tendría prácticamente atados 167 diputados si la reforma se tramita tal como está: PSOE (120), Unidas Podemos (34, ya que el escaño de Alberto Rodríguez sigue sin cubrirse), Cs (9), PRC (1), Teruel Existe (1), Nueva Canarias (1) y Coalición Canaria (1). Esta cifra contrasta con los 173 noes de PP (88), Vox (52), ERC (13), PNV (6), EH Bildu (5), Junts (4), CUP (2), BNG (1), Foro Asturias (1) y del diputado fugado de Cs, Pablo Cambronero.
Ante este escenario, la postura definitiva de los cuatro diputados del PDeCAT, los dos de Más País y el parlamentario de Compromís también es clave, pues a pesar de no haber asegurado el sí, han afirmado que "no harán descarrilar" la medida.
Si estos grupos votaran a favor, el resultado quedaría en tablas, por lo que los dos parlamentarios de Unión del Pueblo Navarro (UPN) harían inclinar la balanza hacia un lado un otro. Fuentes de la formación navarra, que suele rechazar las iniciativas del Gobierno, aseguran a este medio que la decisión no está tomada aún.
Diferentes vías para aprobar la reforma
Mientras el PSOE y Ciudadanos exhiben su cercanía e idilio en la Cámara Baja a cuenta de esta reforma, Unidas Podemos sigue siendo partidario de agotar todas las opciones para que una de las medidas más importantes de la legislatura cuente con el visto bueno de los socios de la investidura. Es decir, se abren a incluir modificaciones, como piden ERC, PNV, EH Bildu, Más País y Compromís para poder aprobar la norma con holgura y sin la necesidad de contar con el apoyo del partido naranja.
Y es que, el grupo morado quiere evitar a toda costa que Cs entre en la ecuación para que el rumbo de lo que resta de legislatura "no vire hacia la derecha". "No hay una alternativa viable al bloque de la investidura ni políticamente ni numéricamente", ha insistido este miércoles el presidente del espacio confederal en el Congreso, Jaume Asens.
"Cs es un partido que tiene propuestas incompatibles con las nuestras y no nos creemos sus intenciones de apoyar esta reforma, ya que quiere dinamitar el bloque de la investidura. De todos modos, tampoco salen los números", ha explicado Asens para después pedir "dejar de hablar" de esta alternativa toda vez que el PSOE se decanta por esta opción, además de otros grupos minoritarios, para sacar adelante la reforma. A estas alturas, todas las opciones quedan abiertas.
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