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Unidas Podemos El escaño de Alberto Rodríguez sigue sin cubrirse tres meses después, con la votación ajustada de la reforma laboral de fondo

Después de la negativa de la número dos de la lista a ocupar el puesto del ex dirigente morado, la siguiente es Patricia Mesa, pero según señalan desde Podemos Canarias, "no se ha pronunciado al respecto, ni en un sentido ni en otro".

Alberto Rodríguez
Imagen de archivo del exdiputado de Unidas Podemos Alberto Rodríguez en el Congreso. Eduardo Parra / Europa Press

El hueco que dejó Alberto Rodríguez tras la pérdida de su condición de diputado de Unidas Podemos sigue vacío tres meses después. Un tiempo en el que el Gobierno de coalición, pese a no tener mayoría absoluta en el Congreso (PSOE y Unidas Podemos suman en estos momentos 154 escaños), ha conseguido aprobar importantes normas como los Presupuestos para 2022 o la primera pata de la reforma de las pensiones gracias al apoyo de la mayoría progresista.

Pero tres meses después, además del grave precedente que supuso la decisión de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, de la retirada del escaño y la posterior herida abierta en el seno de los partidos que forman el Ejecutivo, la ausencia del diputado número 35 del grupo morado se hace más latente ahora ante el complicado panorama que arrojan las negociaciones sobre el decreto ley de la reforma laboral

A menos de dos semanas para su votación decisiva en el Pleno de la Cámara Baja (prevista para el próximo 3 de febrero), la convalidación o derogación de la norma estrella del departamento que dirige la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, acordada con los agentes sociales, sigue en el aire ante el rechazo de ERC, PNV y EH Bildu.

De conseguir finalmente el apoyo o abstención de estas fuerzas, la aprobación de la legislación laboral no estaría en apuros, pues el Gobierno necesita mayoría simple (más síes que noes). En cambio, su posible rechazo (postura que hasta la fecha mantienen estos partidos) pondría contra las cuerdas la convalidación del decreto ley y es ahí donde un escaño más o un escaño menos podría definir el rumbo de la reforma laboral.

Asimismo, en virtud de las intenciones del Ejecutivo de agotar la legislatura y ante la intensa agenda legislativa prevista para estos dos años que restan, esta votación ajustada podría repetirse más adelante con otras iniciativas nucleares para el Gobierno y sus aliados en el Parlamento, como la reforma de la ley mordaza, la ley de vivienda o la ley de Memoria Democrática. De esta manera, la necesidad de sustituir el escaño de Rodríguez seguirá siendo una tarea pendiente para Unidas Podemos.

Sin avances tres meses después

En este sentido, fuentes parlamentarias del grupo morado aseguran que desde que Batet comunicó a Alberto Rodríguez la pérdida de su condición de diputado, después de la sentencia del Tribunal Supremo que condenaba al entonces dirigente morado a un mes y quince días de prisión, el proceso de relevo se puso en marcha.

Pese a que no se han constatado avances, estas fuentes recalcan que desde el partido morado "se está respetando los ritmos de Podemos Canarias". A su vez, desde la delegación del archipiélago rechazan sentirse responsables del reemplazo del exdiputado morado porque "fue el PSOE quien permitió que Batet interpretara así una condena que únicamente decía que Rodríguez no podía presentarse a las elecciones en 45 días".

El Alto Tribunal, que también condenó al exparlamentario canario con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, acordó sustituir la pena de cárcel por una multa que el propio Rodríguez ya abonó. Y, precisamente, fue este argumento el que sustentó el sólido informe de los letrados del Congreso favorable a que Rodríguez pudiera permanecer en su escaño pese a la sentencia.

Pero el asunto, que dio varios giros en apenas una semana a cuenta de la brecha abierta entre los poderes del Estado a la hora de interpretar la condena al entonces diputado del espacio confederal, acabó con el traslado del oficio remitido por el Tribunal Supremo, en el cual el presidente de la Sala Segunda del Supremo, Manuel Marchena, advertía de que la inhabilitación de Rodríguez era "obligada".

Paralelamente a la carrera judicial emprendida por el propio Alberto Rodríguez, cuyo caso ha elevado al Tribunal Constitucional, la Junta Electoral Central expidió la credencial para ocupar su vacante por otro miembro de la candidatura de Unidas Podemos, en la circunscripción de Tenerife. Este puesto debía recaer en la que fue número dos en la lista, Fátima Báñez, pero la representante de IU declinó la propuesta al tratarse de un "ataque a la democracia y al voto de 64.000 canarias y canarios".

Después de esta negativa, la siguiente en la lista es Patricia Mesa, pero según señalan desde Podemos Canarias, "no se ha pronunciado al respecto, ni en un sentido ni en otro". Por otro lado, tampoco existe un plazo administrativo para responder a esta petición, pues la legislatura ya está en curso. En este sentido, fuentes de la dirección de la delegación canaria sostienen que no han dado "ninguna indicación" a la número tres de la candidatura tinerfeña ni han recibido ninguna sugerencia de la dirección estatal. 

A pesar de la complejidad del caso y de que no existen precedentes, una cosa sí tienen clara en Podemos Canarias: "Nunca se le debió arrebatar el escaño de forma permanente y no entendemos qué esperaban que pasara tras ese atropello. Y si alguien esperaba que no pasara nada tras esta cacicada es que no conocían al pueblo canario".

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