En julio de 2019, la pesada losa de una deuda de 9,2 millones abocaba a Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) a la disolución. De este modo, se cerraba la historia de un partido creado tres décadas antes -en 1987-, como heredero eurocomunista del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), la formación que había liderado la oposición antifranquista pero que, desde la recuperación de la democracia, había perdido fuerza elección tras elección.

A pesar de que la persiana de ICV se bajó definitivamente en 2019, la organización había quedado relegada a un papel secundario desde que apostó por la confluencia con otras fuerzas de izquierdas y activistas sociales por articular Barcelona en Comú, primero -en 2015-, y Catalunya en Común, después -en 2017-.

En las urnas, Iniciativa nunca se acercó a los mejores resultados del PSUC -en el Parlament no superó el 10% de los votos y en las municipales su techo fue del 11,9%, mientras que la formación precedente había pasado del 20% de los sufragios en los comicios locales de 1979 y obtenido 25 diputados y el 18,8% del apoyo en las elecciones al Parlament de 1980-. Posteriormente, los Comuns lograron hitos inéditos para la antigua ICV, como la alcaldía de Barcelona o dos triunfos seguidos en elecciones generales en Catalunya (2015 y 2016).

Casi cuatro años y medio después, sin embargo, no es osado afirmar que ICV sigue muy viva. No porque se haya producido un ataque de nostalgia colectiva que reivindique las siglas, sino porque varios de sus antiguos dirigentes tienen un papel muy importante en las políticas catalana y estatal. El reciente nombramiento de Ernest Urtasun como ministro de Cultura o de Josep Vendrell como coordinador ejecutivo de Sumar son sólo los últimos ejemplos.

Paralelamente, es un hecho que si en la etapa inicial de los Comuns los principales nombres provenían del activismo social o de la academia -Ada Colau, Xavier Domènech, Jaume Asens o Gerardo Pisarello son algunos de los casos paradigmáticos-, con el paso de los años el plantel proveniente de la formación ecosocialista ha ganado posiciones y hoy tiene un papel fundamental en Catalunya en Comú, pero también en Barcelona en Comú e, incluso, en Sumar.

Además, en marzo de 2021 se oficializó la fundación de Esquerra Verda, un partido que directamente se puede considerar la refundación de ICV y que está totalmente implicado en los Comuns. De hecho, el presidente de honor de la nueva formación es Joan Saura, que lideró Iniciativa entre 2000 y 2013.

La impronta en Madrid

Urtasun, el diputado en el Parlament David Cid y Marta Ribas fueron el triunvirato que encabezó la etapa final de Iniciativa, en una dirección en la que también había nombres como Janet Sanz, Laura Campos o Candela López. Con la excepción de Ribas, que en diciembre del 2020 dejó la primera línea política, todos ellos continúan con un rol destacado hoy en día, ya sea en el ámbito local, nacional, estatal o de partido. Repasamos la impronta de la antigua ICV en la política actual.

El pasado lunes Pedro Sánchez confirmó los integrantes de su nuevo consejo de ministros y, por primera vez en la historia, aparece un exdirigente de Iniciativa: Ernest Urtasun, en la cartera de Cultura. Después de ejercer los últimos meses de portavoz Sumar, el movimiento político liderado por Yolanda Díaz, Urtasun representa la cuota de los Comuns en el Ejecutivo estatal, que hasta ahora ocupaba Joan Subirats, uno de los impulsores de BComú, antiguo militante del PSUC y un intelectual que se situó en la órbita de ICV sin tener nunca cargos orgánicos.

A sus 41 años, Urtasun hace un salto en una carrera política que hasta ahora se ha desarrollado sobre todo en Bruselas y Estrasburgo, donde ha ejercido como eurodiputado desde 2014 y, previamente, como asesor de Raül Romeva, que había estado diputado en el Parlamento Europeo por ICV de 2004 a 2014.

Mucho más alejado de los focos mediáticos, pero con un papel clave en Sumar está Josep Vendrell, que a los 55 años tiene una larguísima trayectoria política que arrancó en 1986 en el PSUC. Inminente coordinador ejecutivo de Sumar, Vendrell fue jefe de gabinete de Yolanda Díaz en la vicepresidencia y en el Ministerio de Trabajo, después de haber sido diputado en el Congreso -por En Comú Podem- y en el Parlament -por ICV-, con paso previo por el Govern como alto cargo durante los dos tripartitos y haber estado en la dirección de ICV durante unos cuántos años.

Como diputadas en el Congreso de Sumar – En Comú Podem encontramos a Aina Vidal y a Júlia Boada. Vidal, cabeza de lista por Barcelona en las elecciones generales del 23 de julio, pasó por Joves d'Esquerra Verda (JEV) -la organización juvenil de ICV- y militó durante casi 15 años en la formación ecosocialista, mientras que actualmente lo hace en Esquerra Verda. A nivel institucional, las del 23J fueron las primeras elecciones en la que ejerció de cabeza de lista, pero ocupa un escaño en el Congreso desde enero del 2016.

Boada, a su vez, también pasó por JEV, y además de ser diputada por Girona actualmente es una de las coordinadoras de Esquerra Verda. Además, puede presumir de cierto pedigrí familiar, puesto que es hija de Joan Boada, histórico dirigente de ICV, durante más de una década diputado en el Parlament y secretario general de Interior durante el segundo Govern tripartito, bajo las órdenes de Joan Saura.

La órbita municipalista

A los 43 años, David Cid es el principal referente de la antigua Iniciativa en el Parlament. Portavoz del grupo de En Comú Podem y negociador del partido en cuestiones claves como los presupuestos del Govern -junto con Joan Carles Gallego-, es el coordinador de las campañas electorales de la confluencia de izquierdas, además de miembro de la ejecutiva de Catalunya en Comú. Junto con Urtasun y la rubinenca Marta Ribas, fue el último coordinador nacional de ICV, después de haber coordinado la formación en Barcelona ciudad y, previamente, haber hecho lo mismo con Joves d'Esquerra Verda.

Actualmente, prácticamente la mitad de los miembros de la ejecutiva de Catalunya en Comú han pasado por ICV, con Candela López como cargo más destacado. Alcaldesa de Castelldefels (Barcelona) entre 2015 y 2017 -lideró la marca Movem, una confluencia de izquierdas-, actualmente es concejal en la oposición en su ciudad, pero sobre todo es la coordinadora nacional de los Comuns, al lado de Jéssica Albiach y Ada Colau. Con poco más de 20 años ya empezó a ejercer de edil municipal y en la treintena formaba parte de la dirección de ICV.

A pesar de que no llega a la cuarentena, Janet Sanz ya es toda una veterana del Ayuntamiento de Barcelona, donde vive su cuarto mandato como concejal -de 2011 a 2015 bajo las siglas de ICV y desde entonces de BComú-. Miembro de la dirección ejecutiva del partido municipalista, los dos mandatos anteriores fue una de las tenientes de alcaldía de Colau, liderando una área clave como Urbanismo y la implantación del modelo superilla en Barcelona. Actualmente en la oposición, el suyo es uno de los nombres llamados a liderar el espacio en la capital catalana si, finalmente, Colau se aparta y opta para asumir alguna responsabilidad internacional.

Otros nombres claves municipalistas de los Comuns provenientes de ICV son Lluís Mijoler, alcalde del Prat de Llobregat (65.000 habitantes) desde el 2019 y miembro de la ejecutiva actual del espacio; Laura Campos, también integrante de la ejecutiva y alcaldesa de Montcada i Reixac (36.700 vecinos) entre 2015 y 2023 y actual jefa de la oposición; Isabel Garcia, que ejerce de alcaldesa de Santa Perpètua de Mogoda (26.000 residentes) desde 2011, después de haberlo hecho previamente entre 2002 y 2007; o Lidia Muñoz, también en la ejecutiva de los Comuns y concejal de Sant Feliu de Llobregat (45.600 habitantes) desde el 2003, con una etapa de tres años (2019-2022) como alcaldesa. Y la lista podría seguir. Todo ello constata que la herencia de Iniciativa es muy larga en la política catalana actual.