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Rodrigo Torrijos (IU), absuelto de todo tras cuatro procesos: "Sevilla fue un laboratorio de 'lawfare'"
El que fuera teniente de alcalde en un cogobierno con el PSOE sufrió ataques despiadados por tierra, mar y aire. Ahora está limpio de polvo y paja, cuenta con un informe del Consejo General del Poder Judicial y otro del Consejo de Estado que reconocen en su caso un funcionamiento anómalo de la justicia. En esta entrevista con 'Público 'afirma que en lugar de 'lawfare', le gusta "llamarlo cacería política, que es más clásico, más evidente, más notorio, más castellano".
Sevilla-Actualizado a
Cuatro acusaciones judiciales, que implicaban en total más de una decena de delitos, portadas y grandes titulares. Antonio Rodrigo Torrijos, exteniente de alcalde de Sevilla (2007-2011), fue durante un tiempo en Sevilla objetivo público número uno de la derecha. Años después, todas, las cuatro acusaciones (los casos Sevilla Global, Fundación deSevilla, Mercasevilla y Fitonovo hace unos días) han quedado en nada. Rodrigo Torrijos está ahora suelto de pies y manos, limpio de polvo y paja. Sevilla, dice, fue entonces un "laboratorio de lawfare". "A mí me gusta llamarlo cacería política, que es más clásico, más evidente, más notorio, más castellano, menos anglosajón", afirma en un encuentro con Público este lunes.
"No queda nada más [ninguna causa abierta]", asegura Rodrigo Torrijos, que hoy vive, afirma, de su pensión. Torrijos ha pasado por todo un calvario personal (periodo durante el que estuvo gravemente enfermo y del que no quiere hablar mucho) y político (acabó por dimitir). El exedil tiene abierto un procedimiento patrimonial contra el Estado, y, en este camino, ha obtenido dos victorias relevantes: tanto el Consejo General del Poder Judicial como el Consejo de Estado (que pide que se le indemnice con 7.500 euros) han reconocido un "funcionamiento anormal" de la administración de Justicia en el caso Mercasevilla, por el que fue absuelto.
¿Se ha planteado hacer un Lula, por así decir, regresar a la primera línea de la política como acto de rebeldía frente a acusaciones que han acabado en nada? "He tenido dos clandestinidades –afirma a Público–. Una contra la dictadura de Franco. Y ahora he estado en una segunda clandestinidad dentro de mi organización. No he dejado de militar ni un solo día. Pero no he aparecido públicamente. Esto lo sabe la gente [del PC y de IU]. La satisfacción es que he superado esta segunda clandestinidad: seguiré haciendo política defendiendo un proyecto contra las desigualdades, pero no quiero volver a ningún cargo institucional. Quedo a disposición de mi organización, si creen que les puedo ayudar, ahí estoy… Sé que esto es un tópico".
La operación
Rodrigo Torrijos explica de esta manera la operación que detecta que existió: "¿Por qué sostengo que Sevilla fue el laboratorio del lawfare o de la cacería política como yo le llamo? Porque aparece en un momento histórico-político de la ciudad en el que por primera vez en el municipio se producía una transferencia de rentas de capital a rentas sociales. No era lo acostumbrado. Fuimos agredidos porque decidimos cumplir con el programa con el que nos presentamos a las elecciones".
"Hoy [en España] hay una –prosigue– coincidencia, digamos, estructural, de determinados medios en conexión con sectores conservadores del poder judicial con sectores empresariales y financieros para tumbar al gobierno de progreso PSOE-UP. Esto ya tuvo antecedentes. Y en España, ese antecedente fue Sevilla, donde se ensayó con éxito una operación en la que había (estos) elementos. Por un lado, instrucciones judiciales que después se han visto fracasadas en términos jurídicos. Por otro lado, una campaña bien organizada para construir una imagen abyecta, grosera, distorsionada de lo que era yo y y de lo que éramos nosotros, IU, en cuanto a la honestidad en la gestión pública".
"El objetivo era desalojar a IU de ese Gobierno pues éramos el impulso social de aquel gobierno. El PSOE había gobernado anteriormente y no se había hecho en Sevilla. Y se necesitaba una referencia, que se llamó Juan Ignacio Zoido, que fue el beneficiario político de aquella operación", asegura.
Rodrigo Torrijos recuerda algunas de las medidas puestas en marcha en esa legislatura para ilustrar cómo determinados "intereses" se exacerbaron al "considerar" que la entrada de IU en el Gobierno local "había modificado el decurso de los acontecimientos históricos, que es que ellos mandaban y ellos tenían los beneficios".
"Pusimos en marcha el bonobús solidario, un título de viaje para los desempleados de la ciudad que les permite el uso de transporte público. Hicimos 7.000 VPO a precio tasado, de calidad en pleno boom inmobiliario: los promotores tenían un competidor a la baja que cuestionaba su legítima tasa de ganancia. Pusimos en marcha el parque social de vivienda en el que se pagaban el 5% de los ingresos, eso cuestionó el mercado de alquiler. [Había en] Tablada una operación de envergadura, un pelotazo urbanístico: nosotros nos opusimos. Estaba también la central térmica de Punta del Verde, que hubiera afectado a la salud de un tercio de la población de Sevilla (informes), aunque es verdad que el ciclo combinado es menos contaminante. También impusimos cláusulas sociales [para las contrataciones del Ayuntamiento]".
Objetivo conseguido
Las elecciones de 2011 las perdieron PSOE e IU y las ganó, con un resultado histórico, por encima de 20 concejales el PP de Zoido: "Efectivamente, Y lo consiguieron. Consiguieron su objetivo. Consiguieron una mayoría histórica, por cierto para nada ¿Alguien recuerda en Sevilla alguna intervención de Zoido que beneficie a la ciudad?", dice Torrijos.
Consiguió algo más, aparte del objetivo de sacar a IU del Ayuntamiento, según Rodrigo Torrijos: "Consiguió también que gente de mi propia organización les comprara el discurso. El lawfare, la cacería no solo quiere desalojar al objetivo político, sino ganar la pelea cultural: hacer que las organizaciones actúen a la defensiva".
"Ceder –añade– ante la derecha cuando se gobierna es una mala estrategia. ¿Por qué? Lo que pasó con algunos cuadros es que asumieron el rol y el discurso que había hecho la caverna y empezaron a mirar hacia otro lado. El objetivo [de una cacería] es también generar la duda en dirigentes algo pusilánimes y que se amedrentan ante la ofensiva mediática. En mi opinión lo que hay que hacer con la gente que aplica las políticas de progreso es defenderlos. No mirar para otro lado".
"Bien es verdad –prosigue– también que yo he recibido en estos años el apoyo de centenares de militantes de mi fuerza y de otras. Cayo Lara [entonces el jefe de IU] sí se mantuvo con firmeza y elegancia y dignidad y se lo he agradecido personalmente. Vino a decirlo a Sevilla en el muelle de la sal, en la campaña de las municipales de 2011: que sepas que un hombre hijo de un tendero y de una maestra no iba a ser aceptado por la élites si tu política es transformadora y te van a dar la del tigre. Sé que estás aquí por defender nuestro proyecto".
En aquellas elecciones municipales, se votó bajo el impacto de la imputación de Rodrigo Torrijos, al que la magistrada Mercedes Alaya señaló a las puertas de los comicios. "En el caso de Mercasevilla –afirma Rodrigo Torrijos– se produce un acompasamiento de la instrucción y el tiempo electoral, de tal manera que casualmente, no me cabe la menor duda de que no hubo intención por parte de la magistrada, se anunció mi imputación en plena campaña electoral pero se me cita como imputado posteriormente. ¿Qué necesidad había de publicitarlo?"
"En aquella –añade con ironía Rodrigo Torrijos– instrucción, Alaya me situó una fianza breve, pequeña, sin importancia, de 33 millones de euros, que después mediante recurso quedó en nada. En aquella investigación de Mercasevilla casualmente quien llevó la investigación de mi presunta participación en los hechos a petición de la magistrada fue la UDEF, que acabó comunicando que yo no tenía nada que ver, pero la magistrada consideró que había que sacarla y colocar a la UCO, y la UCO siguió con la investigación. Estamos hablando de una instrucción como la Ley de Fincas, manifiestamente mejorable".
En el caso Fitonovo, el último del que ha salido Rodrigo Torrijos, también le apretaron las tuercas. "Me ponen fianza (Civil) de 620.000 euros, que a través de un recurso se redujo. Y en la Audiencia Nacional quedó en 8.000 euros. [Eso] Me complicó infinitamente la vida", afirma.
Este miércoles, Rodrigo Torrijos participa en un acto junto con la escritora Mercedes de Pablos y con el jurista Joaquín Urías que lleva por título ¿Se puede vencer el lawfare? "Yo he sido derrotado desde el principio, pero no he sido vencido. Puede parecer igual, pero no es lo mismo", responde Rodrigo Torrijos. Quien resiste, vence.
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