¿Rusia se prepara para una escalada en Ucrania?
Inna Afinogenova
Madrid-
Si hace unos meses una posibilidad de armisticio o de un congelamiento del conflicto, aunque fuera temporal, parecía tangible, hoy, visto el panorama, queda patente que ninguno de los bandos está dispuesto a ceder, con lo cual las negociaciones parecen inviables. Es más, una escalada del conflicto no es que no se descarte, es que parece cuestión de tiempo a estas alturas.
Vamos con ello. Primero, hace unos días Rusia tomó la localidad de Soledar, ubicada al este de Ucrania, en la zona de Donetsk.
Cuando se escriba un manual sobre esta guerra, seguramente a este episodio le dedicarán menos de un párrafo, pero a estas alturas del conflicto tiene importancia por varios motivos: primero, porque Rusia hasta ese momento se ha destacado más por sus 'retiradas estratégicas' y sus bombardeos de la infraestructura energética ucraniana, que por sus avances en el frente.
De manera que se instaló en el imaginario popular (al menos en el de esta zona del mundo) la idea, seguramente en parte justificada, de que son muchísimo más débiles de lo que parecían, de que se están quedando sin armamento y de que el que tienen es una basura, de que los nuevos movilizados son todos unos borrachos inútiles (o niños o presidiarios) que no cambiarán nada y bueno, más allá de los avances o los retrocesos, lo que está claro es que en este tipo de mensajes la propaganda influye tanto como en los que nos dicen que todos los combatientes ucranianos son unos nazis, que es algo que se oye mucho, especialmente en ruso.
Pero bueno, vamos a seguir. Segundo, y esto es lo más interesante: la captura de Soledar ha hecho público un conflicto interno entre las élites militares rusas que durante meses era un secreto a voces.
Un conflicto que enfrenta al Ministerio de Defensa con la empresa militar privada Wagner y su jefe, Evgueny Prigózhin, convertido en uno de los halcones más mediáticos de estos meses, que reclutó a presos a cambio de indultos, se sacó videos repartiendo mandarinas entre prisioneros de guerra ucranianos, mandó audios informando sobre avances en el Donbás en su canal de Telegram, etc. Cuando se tomó la localidad de Soledar, este señor informó de que todo se había hecho únicamente con fuerzas de los mercenarios de Wagner. Hizo especial hincapié en su discurso en que en ese asalto no había participado nadie más y hasta envió una foto suya junto con los mercenarios en una mina de sal de Soledar. Dos días después fue el Ministerio de Defensa Ruso el que informó sobre la toma de la localidad.
Prigozhin ha sido crítico con el Ministerio de Defensa desde hace un tiempo y el hecho de que el Ministerio de Defensa le haya 'arrebatado' esa victoria a Wagner se ha interpretado como una prueba de esas diferencias.
El caso es que inmediatamente después, el Ministerio de Defensa anunció una serie de reorganizaciones importantes. Que también tienen varias lecturas. ¿Se acuerdan del denominado 'general Armageddón', el 'carnicero de Alepo', Serguéy Surovíkin a quien pusieron a liderar la ofensiva militar en Ucrania en octubre? Pues ya no la lidera más. En su lugar asumió el número dos de Defensa, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Valery Guerásimov.
Y este podría ser el mensaje del establishment y del propio Putin a la empresa Wagner y a su líder. El mensaje vendría a ser: "Yo decido de quién son las victorias, yo decido quiénes son los héroes, yo decido quién va a llevar esto a cabo y cómo. Los demás obedecen y cumplen órdenes". Así que el hecho de poner a la mano derecha del ministro de Defensa al mando de todo podría ser una suerte de señal de apoyo hacia el ministerio y sus estrategias.
Valery Guerásimov es el señor al que durante años toda la prensa internacional presentó como autor de la denominada 'doctrina Guerasimov', que otorga mayor importancia a las guerras híbridas frente a las convencionales. Unas guerras en las que se utilizan herramientas como la propaganda, las operaciones psicológicas, etc. Lo que me gustaría destacar sobre este señor es que es un militar que tiene experiencia en la segunda campaña rusa en Chechenia y en Siria.
Su homólogo ucraniano, Valery Zaluzhny, el jefe del Estado Mayor de Ucrania, dijo en una entrevista a Time que tiene mucho respeto a la experiencia de Guerasimov, y se refirió a él como una de las personas más inteligentes que conoce.
Bueno, el caso es que lo que se especula es que Guerasimov llegó para liderar una nueva ofensiva. Por decirlo de algún modo, esta sustitución materializa una estrategia que los analistas que interpretan las decisiones del Kremlin han definido de la siguiente manera: en los momentos en los que había que asumir ciertas derrotas o retrocesos, necesitaron a Surovikin básicamente para cargar sobre sus hombros movimientos como la retirada de Jersón, que golpeó duramente la imagen de todo el Ejército.
Porque si bien ambos son hombres "del sistema", a Guerasimov se le vincula mucho más con Putin, se le considera alguien de su círculo más cercano.
El hecho de que la OTAN esté insistiendo tanto en la necesidad de entregar más armamento a Ucrania y todo el debate en torno al tema de los tanques, también sería una confirmación de la preparación para esa eventual escalada. Ayer se informó de que un centenar de soldados ucranianos llegaron a EEUU para recibir, en Oklahoma, entrenamiento en el sistema de defensa antiaérea Patriot, capaz de derribar misiles de crucero, misiles balísticos de corto alcance y aviación.
CNN publicaba hace unos días un artículo titulado 'Cómo se ha convertido Ucrania en un laboratorio para las armas occidentales y la innovación en el campo de batalla', en el que hablan, citando a las autoridades estadounidenses, de la 'rara oportunidad' que les dio esta guerra para ver cómo funcionan sus armas en el campo de batalla real. "Ninguno de estos equipos se ha utilizado nunca en una guerra entre dos naciones industrialmente desarrolladas". "La guerra en Ucrania ha sido una increíble fuente de datos sobre la utilidad de sus propios sistemas", afirman fuentes familiarizadas con la inteligencia occidental.
En el año 2021 las acciones de las principales empresas armamentísticas estadounidenses han dado saltos igual de increíbles. 40% de crecimiento en tan sólo un año de Northrop Grumman (nort-rop gráman), 15% de Raytheon, 34% de Lockheed Martin. El monto de los grandes contratos armamentísticos acordados casi se duplicó el pasado año, pasando de un valor de 15.500 millones de dólares en 2021 a 28.000 millones de dólares en 2022, según un análisis de Foreign Policy.
Con todos estos datos sobre la mesa, parece ingenuo esperar, a corto y medio plazo, algún tipo de negociación. Tanto Rusia como Ucrania parecen confiar en que todavía pueden mejorar sus posiciones y EEUU tiene una "rara oportunidad", como la llama la CNN, para forrarse y para poner a prueba su armamento en una guerra en la que no tendrán que perder ni un soldado.
Una inmejorable oportunidad la que les ha otorgado esta "inteligente" decisión de Rusia, que además de destruir el país vecino y matar a cientos de miles de sus ciudadanos en señal de amor fraternal, también está entregando la vida de otros cientos de miles de rusos que hasta el 24 de febrero vivían en un país que soñaba con un futuro más próspero y con un mayor bienestar.
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