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Salario mínimo Bruselas respalda el objetivo del Gobierno de coalición para subir el salario mínimo

La Comisión Europea ha abierto una ronda de consultas con los sindicatos y patronales con el objetivo de acordar un sueldo mínimo continental de al menos el 60% del salario medio de cada país. Es la misma meta que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha propuesto para el final de la legislatura.

Banderas de la Unión Europea ondean cerca de la sede de la Comisión Europea en Bruselas. REUTERS/Yves Herman

Bruselas pretende que la remuneración mínima para los trabajadores en Europa sea del 60% del salario medio en cada país. Con ese objetivo en mente, el comisario de Empleo, Nicolas Schmit, dio este martes por oficialmente abiertas las conversaciones con los interlocutores sociales para explorar cuál es el apetito de los sindicatos y patronales del continente por tener una estándar mínimo continental.

El objetivo de Bruselas es el mismo que el que el Gobierno de coalición se ha propuesto en su primer Consejo de Ministros de este martes, tal y como señaló durante la reunión el presidente Pedro Sánchez. Si el salario mínimo a día de hoy fuera el 60% del mediano, estaría situado alrededor de los 1.000 euros mensuales, 100 euros más que el actual.

Los salarios mínimos en Europa son muy dispares. Van desde los 286 euros de Bulgaria hasta los 2.071 de Luxemburgo. España estaría más o menos en la mitad, ya que los 900 euros mínimos que se cobran en nuestro país se refieren a 14 pagas, con lo que el indicador oficial que puede compararse a otros países es de 1.050 euros. Es decir, con las pagas prorrateadas.

Para la eurodiputada socialista Estrella Durá, que se coloque un mínimo salarial a nivel europeo podría funcionar a modo de protección contra futuros recortes en caso de que un Ejecutivo conservador ocupe la Moncloa en próximas legislaturas. “Un cambio de gobierno de corte neoliberal podría hacer peligrar este avance. Por eso es importante que logremos a nivel europeo un acuerdo para garantizar unos salarios dignos y suficientes”, ha dicho la eurodiputada, que es miembro de la comisión parlamentaria de Empleo y Derechos Sociales, en declaraciones a Público.

Durá: "Es importante que logremos a nivel europeo un acuerdo para garantizar unos salarios dignos y suficientes"

La ronda de consultas que se ha abierto durará seis semanas, en las que los interlocutores sociales europeos podrán presentar sus ideas respecto a la iniciativa. Tras la primera ronda de consultas, la Comisión Europea elaborará una propuesta en base a las respuestas recibidas. Entonces, abrirá una segunda ronda de consultas de otras seis semanas para que sindicatos y patronales puedan dar su opinión sobre esa primera propuesta. Bruselas espera tener un texto final para septiembre de este año. Será entonces cuando la Comisión envíe una primera versión de la propuesta legislativa al Parlamento Europeo y los representantes de las capitales en el Consejo de la UE.

“La Comisión quiere recibir diferentes puntos de vistas sobre cómo podemos asegurarnos de que cada trabajador en nuestra Unión tenga un salario mínimo justo, que debería permitir una vida decente sea donde sea que trabajen”, resumió Schmit en una rueda de prensa en Estrasburgo. Se trata de recopilar los puntos de vista de los diferentes actores, para que la Comisión decida después qué hacer. De hecho, Schmit no descartó la posibilidad de que patronales y sindicatos puedan negociar la creación de un salario mínimo europeo directamente entre ellos, aunque el comisario se mostró escéptico de que las organizaciones tengan apetito para eso.

El recibimiento entre los interlocutores sociales ha ido por barrios. Entre los sindicatos, esperanza por que la Comisión “reconozca que la situación de los trabajadores con salarios bajos ha empeorado a la vez que las desigualdades salariales han aumentado”, tal y como escribía el secretario general de la Conferencia Sindical Europea, Luca Visentini, en un comunicado minutos después de la apertura del proceso de consultas. Sin embargo, para Visentini la propuesta se queda corta. “Aumentar los salarios mínimos al 60% del salario mediano, el umbral oficial de la pobreza salarial, es un requisito básico pero no es suficiente. Los trabajadores aún se las desearán para llegar a fin de mes”.

En el otro extremo está la patronal europea, BusinessEurope, que no quiere oír ni hablar de fijación de salarios a nivel europeo. “La gran mayoría de los Estados miembros ya tienen un salario mínimo, pero cada uno de ellos funciona de manera bastante distinta. La fijación de salarios se hace mejor con los interlocutores sociales al nivel nacional. BusinessEurope está totalmente en contra de que haya una legislación europea sobre salarios mínimos”, decía en un comunicado Markus J. Beyrer, director general de BusinessEurope, que aglutina a la CEOE y a sus homólogos de toda Europa.

Falta por ver cuál será la reacción de las capitales una vez que se concrete mejor cómo podría llevarse a cabo la idea del salario mínimo europeo a la práctica, ya que hasta ahora que es competencia exclusiva de los Gobiernos nacionales.

Protección de la negociación colectiva

Otro de los caballos de batalla para los sindicatos es la protección de los procesos de negociación colectiva en Europa. Esta es una reivindicación de los sindicatos, sobre todo pensando en los seis países en los que no hay un salario mínimo -como Dinamarca, Suecia o Italia-, y donde por tanto las negociaciones colectivas son si cabe más importantes.

Las palabras del comisario socialista Schmit fueron en la línea de lo que piden los sindicatos europeos, prometiendo reforzar la importancia de los procesos de negociación entre patronales y sindicatos en todos los países. “Se trata de reforzar la idea de la negociación colectiva, protegerla donde sea el único sistema empleado y promoverla donde no esté lo suficientemente desarrollada como método”, aseguró.

La consulta por los salarios es parte de una agenda social europea más amplia, que incluirá la presentación una agenda sobre capacitación a principios de marzo y una propuesta por parte de la Comisión para una garantía juvenil reforzada en verano. “Aún quedan muchos jóvenes que se quedan fuera del mercado laboral porque no están bien capacitados o están teniendo dificultades para trabajar”, advirtió Schmit.

Para el comisario hay además una relación directa entre la protección de los salarios mínimos, el apoyo a la formación de los trabajadores y la transición ecológica de Europa. “También tenemos que readaptar los sistemas sociales y de bienestar a lo ligado al cambio climático, y a la revolución tecnológica, pero también a los retos demográficos, sin olvidar el fenómeno de la globalización económica, que sin duda continuará”, concluyó.

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