Sánchez aspira a doblegar a Feijóo con buenos datos económicos en este 2023 electoral
El presidente del Gobierno afronta las próximas citas en las urnas con la confianza de que se jugarán en clave social y que la ciudadanía valorará las medidas del Ejecutivo. La presidencia española de la Unión Europea, durante el segundo semestre, está marcada en rojo en Moncloa.
Madrid-
Hace unos cuantos meses, desde la dirección federal del PSOE recorría un pensamiento. Ningún presidente del Gobierno podría resistir una inflación desbocada y una crisis económica fuerte. Al mismo tiempo, en Ferraz se mostraban optimistas con que la tendencia habría cambiado para 2023. Sus expectativas, al menos en el final de este año, se han cumplido. Los datos económicos son positivos, especialmente en comparación con otros países europeos. A esas cifras, y el impacto de las medidas desplegadas por su Ejecutivo, se aferra Pedro Sánchez para afrontar un decisivo y electoral: 2023.
De hecho, el año terminó con otro buen dato, el del IPC de diciembre. Se suma al descenso del precio de la luz y el gas arrancado gracias a la excepción ibérica. Aunque los precios de los alimentos sigan siendo muy altos, el Gobierno cree que los próximos meses serán diferentes. Además, tienen que entrar en vigor medidas específicas sobre estos productos como la reducción del IVA, incluida en el decreto anticrisis. "En 2022 continuamos en esa senda de crecimiento y vamos a entrar en el próximo año con una base muy sólida que nos permite seguir en esa tendencia. La economía española resiste muy bien", proclamó el día 30 la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño.
La protección social ha sido uno de los lemas del Gobierno durante sus balances de fin de año. Seguro que lo seguirá siendo durante los próximos meses. Porque en Moncloa están convencidos de que las elecciones se jugarán en clave económica y social. En este sentido confían en que la ciudadanía sepa valorar las medidas emprendidas por el Ejecutivo y sus efectos directos en la situación de las familias.
Sánchez afea ahora al PP que no quieran hablar de economía. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, fio todo sus discurso cuando llegó al nuevo puesto a vaticinar una suerte de apocalipsis económico que no ha llegado. Los populares han tratado estos últimos meses de exprimir especialmente el conflicto con Catalunya para erosionar al Gobierno de Sánchez. "Los comodines de siempre", según destacan en Moncloa.
El presidente tiene claro, y así lo ha defendido a capa y espada, su hoja de ruta catalana pese a los ataques de la derecha y ultraderecha. La mejora de la convivencia en Catalunya es un hecho aunque se hayan tenido que tomar medidas arriesgadas para una parte de la población como los indultos o las reformas de sedición y malversación.
Pese a todo, Moncloa quiere ahora pasar página. La Mesa de Diálogo está congelada pese a las intenciones de ERC, con quien salvo alguna excepción sonada como con la reforma laboral o lo que rodeó al caso Pegasus, han mantenido una relación estable. Incluso Sánchez se permitió un palo político a los independentismos en su balance anual. Las exigencias de un referéndum de independencia han sido contestadas de forma tajante por el propio presidente: "Son debates del pasado".
El Gobierno, por tanto, no quiere que los focos se centren en Catalunya. Porque además consideran que allí tienen un caladero importante de votos. Ven serias opciones de recuperar la Alcaldía de Barcelona de la mano de Jaume Collboni. Y confían en ser la fuerza más votada en las generales en todo el territorio catalán. "La ciudadanía prima las soluciones a los conflictos", apuntan en Moncloa.
Para las municipales, los socialistas tienen la esperanza en su tirón local e implantación territorial. Sus expectativas pasan por mantener feudos como Sevilla o asaltar València, así como dar cierta batalla en Madrid. A nivel autonómico, el éxito pasa por mantener los gobiernos que ya tienen en Aragón, Castilla-La Mancha, País Valencià, Illes Balears, Extremadura, Asturias o Navarra.
Presidencia de la UE y leyes pendientes
Los retos con los que comienza el año el Gobierno de Sánchez pasan también por aprobar algunas leyes importantes que quedan pendientes. Pese al acelerón legislativo de final de año, todavía quedan proyectos con los que sus socios de Unidas Podemos y otros aliados parlamentarios van a apretar. En el Congreso deben tramitarse asuntos como la Ley de Vivienda, la Ley de Bienestar Animal o la reforma de la ley mordaza.
Porque poco después del inicio los partidos activarán ya del todo su modo electoral. La primera cita llega a finales de mayo, el día 28, con las municipales y autonómicas. Y con la resaca electoral, Moncloa tiene un hito marcado en rojo en el calendario. Se trata de la presidencia española de turno de la Unión Europea (UE), que comenzará en el segundo semestre del año. Sánchez le otorga una relevancia máxima, más teniendo en cuenta la proyección internacional que ha tenido durante toda la legislatura y la iniciativa que llevado en Bruselas en muchos debates, saldados casi todos con victoria.
Entre los objetivos que se marca el presidente está un reforzamiento de las relaciones con los países de América Latina. Sánchez preparó en cierto modo el terreno el pasado mes de agosto con una gira que le llevó a Colombia, Ecuador y Honduras. La transición ecológica será otro de sus ejes importantes, algo que también tratará de impulsar desde su nuevo cargo de presidente de la Internacional Socialista.
"Europa espera mucho de la presidencia española y no vamos a defraudar esa expectativa. La presidencia europea va a ser de toda España, con las 17 Comunidades Autónomas y de toda la ciudadanía llevando a la calle el ideario europeo", proclamó el presidente en su balance. Moncloa ha hecho gala de la reivindicación europeísta en un contexto como el de este año, marcado por la guerra en Ucrania.
Sánchez reivindicó el pasado día 27 "defender nuestro derecho a la confianza". Las "fortalezas" de nuestro país "que siempre se ha crecido ante la adversidad. "Es hora de pensar en todo lo que podemos lograr con el viento a favor", afirmó ante los medios de comunicación. Los partidos de Gobierno han reivindicado su estabilidad pese a los ruidos externos e internos en una legislatura con fenómenos adversos desde el minuto uno, desde la pandemia hasta la invasión de Putin.
"Hay quien se pregunta qué hará el gobierno progresista en un año electoral. La respuesta es simple: lo mismo que en los demás años. Este año subiremos el Salario Mínimo, como el año pasado y el anterior. Subiremos las pensiones, como en años anteriores. Protegeremos el poder adquisitivo de las familias, como los demás años. Los años electorales y los que no lo son, los años pares e impares, gobernaremos siempre para las mayorías, para las clases medias y trabajadoras, para la gente de a pie". Es uno de los mensajes que dejó Sánchez el día 30 en una carta enviada a toda la militancia socialista y que fue difundida por Ferraz.
El PSOE mirará también con atención los movimientos a su izquierda, a falta de concretarse cómo será el proyecto de Yolanda Díaz. Moncloa no tiene dudas de que se presentará. Otra cosa es cuánto de unitaria será su candidatura y cuánto se tensarán las costuras en el espacio de Unidas Podemos. Los socialistas necesitan a sus socios lo más fuerte posible.
El año 2022 se ha cerrado con una relación tensísima entre el Gobierno y el PP. Las maniobras con el Tribunal Constitucional y el bloqueo del poder judicial han sido la gota que ha colmado el vaso. Y Sánchez ha sido claro. Ha hablado de "complot" con la participación de la derecha, judicial y mediática. Unos ataques que de seguir así podrían movilizar del todo a la izquierda cuando llegue el momento electoral. Economía, protección social, reacción a la derecha y, en definitiva, una salida diferente a la crisis son los pilares principales para el PSOE en la entrada de año.
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