Este artículo se publicó hace 4 años.
Debate de investiduraSánchez, sobre Catalunya: "Hay que devolver a la política un conflicto político y dejar atrás la deriva judicial"
El candidato a la Presidencia del Gobierno, nada más subir a la tribuna, afirmó: "No se va a romper España, no se va romper la Constitución. Aquí lo que se va a romper es el bloqueo a un Gobierno progresista". Asegura que su objetivo es trabajar para resolver el conflicto de Catalunya, "porque no podemos asumir el conflicto territorial como una dolencia crónica".
Madrid-Actualizado a
El candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, nada más subir a la tribuna, quiso zanjar la principal inquietud que genera su investidura. Y lo hizo en una sola frase: "No se va a romper España. no se va a romper la Constitución. Aquí lo que se va a romper es el bloqueo al Gobierno progresista democráticamente elegido por los españoles". Y recogió su primer aplauso en el hemiciclo.
A partir de ahí, Sánchez desgranó un discurso típico de investidura -es el tercero ya que hace el dirigente socialista- marcando los valores que regirá su Gobierno, sus objetivos políticos y su programa de Gobierno en coalición con Unidas Podemos.
Sobre los valores que inspirarán su Gobierno, Sánchez señaló cuatro puntos: justicia social, servicios públicos, libertad y cohesión territorial. Desarrolló todos los apartados, pero especialmente quiso ser muy preciso en su posición política en materia territorial, cuyo posicionamiento condiciona en buena medida el desarrollo de la investidura.
Así, Sánchez primero hizo un reconocimiento explicitó de que en Catalunya "existe en un amplió sector de su población un sentimiento de agravio respecto a las instituciones centrales, otro sector que se siente ignorado o tratado injustamente por las instituciones de su propia tierra, y existen en otros puntos de España un rechazo a las acusaciones que vierten algunos líderes independentistas, y yo me incluyo entre ellos", dijo.
Para Sánchez, esta situación es consecuencia de la incapacidad política y el abandono de anteriores Gobiernos de la vía política para resolver "un conflicto que es político", enfatizó. Por ello, se comprometió, "con toda la lealtad constitucional y con toda la responsabilidad institucional, a devolver a la política un conflicto político, dejando atrás la deriva judicial que tanto dolor y fractura ha causado", afirmó.
Eso sí, manifestó que su objetivo es retomar la vía del diálogo, la negociación y el pacto con Catalunya, "amparado por nuestra Constitución", y marcó como inicio para retomar el diálogo político "el punto en el que los agravios empezaron a acumularse".
Según Sánchez, esta es "la obligación" de un Gobierno y no hay otra vía que el diálogo, pero volvió a poner sus condiciones: "El diálogo es el camino, la Ley es la condición" y, como más adelante dijo, siempre en el marco del Estado de las Autonomías que, según Sánchez, "es el mejor modelo territorial de nuestra historia".
Además, Sánchez hizo un llamamiento al diálogo a todos los grupos de la Cámara para intentar llegar a grandes acuerdos, advirtiendo que sería un error "caer en dos bloques cerrados". En este sentido, dijo que a los partidos de derecha no les pide que abandonen sus principios, "pero sí les pido que abandonen su sectarismo", dijo.
El resto de su larga intervención, Sánchez la dedicó a explicar el programa ya conocido pactado con Unidas Podemos, sin dejar de mencionar ninguno de los capítulos que contiene.
El discurso se hizo en esa fase algo denso y un tanto aburrido, y salvo aplausos muy esporádicos, los diputados lo siguieron con cierta indiferencia.
El aplauso de ERC
Y Sánchez acabó como empezó. Centrando el problema en Catalunya, asegurando que su objetivo "es trabajar" esta legislatura para resolver esta situación, "porque no podemos asumir el conflicto territorial como una dolencia crónica", dijo.
En este sentido, Sánchez anunció ante el pleno del Congreso la creación de una mesa de diálogo bilateral entre el Gobierno y la Generalitat de Catalunya, un mensaje que ha arrancado los aplausos de la bancada de ERC en el Congreso.
La creación de esta mesa era una de las principales reivindicaciones de la formación catalana desde el principio de las negociaciones con el PSOE. El portavoz de ERC en la Cámara, Gabriel Rufián, ligó la abstención de su grupo en la investidura a un compromiso de los socialistas para establecer la mesa con un calendario de trabajo; y Sánchez quiso verbalizar ante el pleno del Congreso este compromiso.
Sus últimas palabras fueron, de nuevo, un llamamiento al diálogo y, sobre todo, una petición de no crear desde el Congreso más crispación, ni más división. Casi dos horas después de subirse a la tribuna, Sánchez dio por concluido su tercer discurso de investidura.
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