Sánchez se reunirá con la ultraderechista Meloni en su viaje europeo más difícil
El presidente del Gobierno continúa en Chipre, Malta e Italia sus giras preparatoria de la presidencia española de la UE. Las diferencias sobre las migraciones serán uno de los objetos de debate entre ambos mandatarios. En Moncloa tratarán de llegar a con
Madrid-Actualizado a
El pasado 9 de diciembre estaba prevista una primera reunión entre Pedro Sánchez y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni. El marco era la Cumbre Euromediterránea que se celebraba en Alicante y Moncloa otorgó entonces un perfil bajo al encuentro. Una enfermedad de la mandataria ultraderechista italiana aplazó su imagen juntos. Cuatro meses después, el presidente del Gobierno visita Roma este miércoles en uno de sus viajes más complejos y difíciles a nivel europeo.
Sánchez continúa esta semana con las mini giras preparatorias de la presidencia española de la UE. Una serie de viajes cortos donde el objetivo principal es intercambiar posiciones con otros líderes europeos respecto a temas prioritarios para el Gobierno como la autonomía estratégica, las relaciones con América Latina o el mercado energético. Por el momento, el líder del Ejecutivo ha visitado ya Croacia, Eslovenia, Austria, Irlanda, Finlandia y Dinamarca con este formato. Antes de llegar a Italia, este martes Sánchez aterrizará en Chipre y Malta.
Las migraciones y un posible pacto a nivel europeo es otro de los objetivos principales de Sánchez en el segundo semestre de este año. Pero en Moncloa reconocen que las posiciones a nivel comunitario están muy alejadas. Este asunto es en concreto un espinoso tema que se tratará con Meloni, aliada de Vox en España. El principal punto de diferencia son las reticencias, junto al ministro Mateo Salvini, en acoger en sus puertos barcos de rescate de personas migrantes recogidas en el Mediterráneo. Una actitud política que contrasta con algo de lo que hizo bandera el Gobierno de Sánchez desde sus comienzos, con la acogida del barco Aquarius.
En Moncloa no esconden esas diferencias aunque al mismo tiempo destacan que las posiciones de Meloni se han ido suavizando conforme han pasado los meses. Pero nada más lejos de la realidad, el pasado mes se aprobó un decreto migratorio que según las ONG de salvamento marítimo contraviene el derecho internacional y limita el número de rescates que pueden realizar sus barcos en el Mediterráneo.
Una medida que fue puesta como ejemplo por el partido de Santiago Abascal. No se espera que Sánchez se inmiscuya directamente en ese decreto pero desde Moncloa sí destacan que el mensaje que quieren trasladas es la necesidad de llegar a consensos. Para ello, piden que todos los países, incluido Italia, se sitúen en la línea que tenga en cuenta los valores europeos de responsabilidad y solidaridad. El Gobierno de Sánchez sí hace hincapié en que los puertos cercanos deben servir como lugares de acogida.
Para ejemplificar que pese a las diferencias teóricas existentes hay algunos puntos en común, el Gobierno de Sánchez destaca que Italia forma parte todavía del MED5, el grupo de países mediterráneos. Precisamente hace pocas fechas los ministros de Interior de España, Chipre, Italia, Grecia y Malta se reunieron y aprobaron una declaración conjunta.
"Debemos redoblar los esfuerzos para prevenir la migración irregular, con el fin de evitar la pérdida de vidas en el mar, así como el abuso de los derechos de los migrantes por parte de los traficantes. Los esfuerzos preventivos deben llevarse a cabo en colaboración con los países de origen y de tránsito", destaca una de las partes del texto.
En todo caso, el presidente tendrá que hacer equilibrios diplomáticos por su caro institucional y el de Meloni. Y es que las relaciones bilaterales entre España e Italia, recuerdan fuentes gubernamentales, trascienden los gobiernos y es una relación muy sólida en lo político, económico o cultural. Obviamente la sintonía política, personal e ideológica está ahora mucho más lejana que en la anterior etapa con Giuseppe Conte o Mario Draghi en primera línea.
Los derechos sociales, LGTBi o la igualdad de género es una brecha también profunda entre Sánchez y Meloni. El presidente del Gobierno quiere también avanzar en derechos sociales durante la presidencia española de la UE. Moncloa reconoce las amplias diferencias que les separan aunque inciden en que Italia todavía es un país firmante del Convenio de Estambul, a diferencia de otros como Bulgaria, República Checa, Letonia, Lituania, Eslovaquia o Hungría. Precisamente con este último país, liderado por el ultraderechista Viktor Orban, no se ha producid un encuentro bilateral. No está previsto que se incluya dentro de estas mini giras.
Sí que las posiciones parecen más cercanas con Italia, también con Chipre y Malta, sobre la importancia de la autonomía estratégica, el mercado energético o las relaciones con América Latina. Los tres países han apoyado reforzar los lazos con el continente latinoamericano y la necesidad de reformar de alguna manera los asuntos energéticos en sintonía con el Gobierno de Sánchez. Del mismo modo, pese a las dudas iniciales, Meloni se ha alineado con Ucrania y su presidente Volodimir Zelensky.
"El avance de la justicia social no puede detenerse. El mejor freno al extremismo es proteger el Estado de Bienestar y la igualdad de oportunidades. Hoy es un día de preocupación para los demócratas del mundo", dijo la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, cuando Meloni ganó las elecciones. El viaje de Sánchez es, por tanto, muy simbólico por todo lo que supone políticamente.
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