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La semana en la que Madrid y Barça se pelearon por ver quién era más franquista

Joan Laporta acusó al Real Madrid de ser el "equipo del régimen" de Franco y los merengues contraatacaron con un vídeo que muestra el supuesto apoyo del franquismo al Fútbol Club Barcelona. ¿Quién dice la verdad?

Amancio, capitán del Real Madrid, levanta la Copa del Generalísimo ante Francisco Franco en 1975.
Amancio, capitán del Real Madrid, levanta la Copa del Generalísimo ante Francisco Franco en 1975. EFE

Lunes, 17 de abril de 2023. Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, califica al Real Madrid como "un club que se ha considerado el equipo del régimen". Lo hace durante una rueda de prensa sobre el caso Negreira, donde señala que el conjunto merengue "ha sido favorecido por las decisiones arbitrales históricamente y en la actualidad".

El mandatario blaugrana echa balones fuera, pero rebotan en el poste del Madrid, cuya televisión difunde un vídeo horas después donde rechaza las acusaciones y apunta al Barça como la entidad que recibió los favores de Franco. Sobre imágenes históricas, puede leerse que "el Camp Nou fue inaugurado por el ministro general de Franco, José Solís Ruiz".

También que "el Barcelona otorgó la insignia de oro y brillantes a Franco", que "nombró socio de honor a Franco en 1965", que "condecoró en tres ocasiones a Franco", que "fue salvado tres veces de la quiebra con tres recalificaciones por Franco" y que ganó ocho Ligas y nueve Copas del Generalísimo durante la dictadura. Mucho Franco, poco Battiato.

"El Real Madrid queda desmantelado en la guerra civil. Jugadores asesinados, detenidos y exiliados, como relata el documental de Santiago Bernabéu", concluye el vídeo, que recuerda que durante la dictadura "el Madrid tardó quince años en ganar la Liga". De 1939 a 1975, conseguiría catorce campeonatos, seis más que el Barça, que conquistó nueve Copas del Generalísimo, tres más que los blancos.

Puigdemont, con el Barça; Ayuso, con el Madrid

La onda expansiva del tuit del Madrid llega a Bruselas. Allí, el expresident Carles Puigdemont escribe el martes en Twitter: "Lo que Madrid está haciendo con el Barça, tanto la persecución como el esfuerzo por imponer un relato oficial en el que los opresores son víctimas del oprimido, es lo mismo que llevan haciendo desde hace décadas con Catalunya".

La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, pide la retirada del vídeo, "una manipulación de la historia tan burda que parece de manual", con la que el Real Madrid había cruzado una "línea roja", según ella. "Es una irresponsabilidad, una ofensa y un insulto a las miles de personas que sufrieron el régimen franquista, también el FC Barcelona".

A las declaraciones de Plaja, quien señala que el presidente blaugrana Josep Suñol fue fusilado por los rebeldes en 1936, se suma el president de la Generalitat, Pere Aragonès —militante de Esquerra Republicana, el partido de Suñol—, quien recomienda en Twitter un hilo de la revista Sapiens con enlaces a artículos como Franco contra el Barça, que denuncia el "proceso de depuración" al que fue sometido la entidad.

"El Real Madrid tuvo también su Sunyol: Antonio Ortega, el presidente asesinado por el franquismo en 1939. La diferencia con el Barça es que en Madrid, en lugar de reivindicarlo, lo han borrado de la historia oficial del club", reza un tuit de Sapiens, que reconstruye el fichaje del merengue Alfredo Di Stéfano, uno de los más polémicos junto al del culé Ladislao Kubala, ambos motivo de especulaciones sobre la ayuda del régimen en las negociaciones.

Desde la capital, Isabel Díaz Ayuso se deshace en elogios, pues considera que el vídeo es "magnífico" y "fantástico", pues muestra las costuras del catalanismo. "Ellos ponen en marcha un negocio victimista y, cuando se desmonta con hemeroteca, tiran del Francomodín", declara el miércoles la presidenta de la Comunidad de Madrid, quien barre para casa en un debate en el que —entre verdades, mentiras y manipulaciones— nadie tiene la razón.

El franquismo y el uso propagandístico del Madrid

¿Hubo un equipo del régimen? "Como tal, no", responde a Público Alejandro Quiroga Fernández de Soto, profesor de Historia de España en la Universidad Complutense. "El franquismo hizo un uso propagandístico claro de los triunfos deportivos españoles en competiciones internacionales. Como el Real Madrid fue el más exitoso —sobre todo en el periodo 1955-1960—, se utilizó como parte de una diplomacia deportiva internacional del régimen".

Quiroga afirma que, en la década de los cincuenta, era un régimen "bastante aislado y denostado" en el extranjero, justo cuando el Madrid se alza con cinco Copas de Europa consecutivas, de 1956 a 1960, un título que revalidaría en 1966 y que no volvería a ganar hasta bien entrada la democracia, en 1998. El Barcelona, entonces, estaba centrado en la Copa de Ferias, antecedente de la Copa de la UEFA, que ganó en 1958, 1960 y 1966.

Francisco Franco, en el Santiago Bernabéu, el estadio del Real Madrid.
Francisco Franco, en el Santiago Bernabéu, el estadio del Real Madrid. Archivo

"El Barça también podría ser considerado un equipo franquista, pero al tener menos éxitos internacionales hubo menos interés por parte de la dictadura en utilizarlo. Además, tenía un pasado catalanista —algunas de sus directivas— que complicaba la operación", añade el historiador, quien indica en el libro Goles y banderas (Marcial Pons) que en los últimos años del régimen "recuperó su vinculación con la identidad catalana y su papel como defensor del catalanismo".

Franco y la "jugada maestra" de Laporta

Las reacciones de los políticos dan paso, durante la semana, a las de periodistas, historiadores y emblemas futbolísticos. Jorge Valdano, un referente del Real Madrid, asegura en Movistar Plus+ que el Generalísimo era un "apestado" en el extranjero y que, pese a no contar con respaldo alguno, el club blanco ganó cinco Copas de Europa seguidas. "Yo no veo a Franco por ningún lado en todo ese período", justificó el argentino. "Si Franco era del Madrid, lo disimuló fenómeno".

Carles Santacana, catedrático de Historia Contemporánea de la Universitat de Barcelona, matiza en El País que el franquismo, a través de la Falange, controló a todos los clubes, que debieron aceptar el "intervencionismo político", incluso "renunciando a su pasado". Y que sin directivos franquistas el Barcelona hubiese desaparecido, de la misma manera que años después "tuvieron que seguir disfrazándose con esmoquin para conceder alguna medalla a Franco, que por otra parte era un ritual de obligado cumplimiento".

Rafa Cabeleira critica que el vídeo "mienta, tergiverse la historia y trate como un cachondeo una época muy jodida para España y a un dictador que mató a muchísima gente". El columnista de As y El País explica a Público que Joan Laporta, en vez de dar explicaciones sobre el caso Negreira, "lanzó el globo sonda del régimen para generar polémica y todo el mundo picó". Una cortina de humo calificada por el periodista como una "jugada maestra".

"El vídeo provocó un efecto contrario al pretendido: el aplauso unánime de la ultraderecha y el neofascismo", opina en una columna de El País Rafa Cabeleira, quien en 2019, cuando el Barça le retiró las medallas honoríficas a Franco, dejó escrito que "el barcelonismo y el franquismo nunca fueron incompatibles", una relación que hace extensible al resto. "Todos los clubes fueron franquistas durante el franquismo: una cuestión de pura lógica si uno entiende —y acepta— la naturaleza habitual de cualquier dictadura".

Barça: pasado franquista, alma catalanista

En aquel artículo, criticaba a la prensa madrileña por "fantasear con la especial querencia del dictador hacia el club catalán y exaltar la figura de Santiago Bernabéu como líder carismático de la resistencia, una especie de Che Guevara patrio a quien el mismísimo Millán Astray llegó a retar en duelo tras ser expulsado del palco". Ahora, cuatro años después, comenta a Público que un presidente del Barça no habría podido reaccionar como Bernabéu, quien consideró una ofensa los besos que supuestamente le dio el fundador de la Legión a la esposa del embajador argentino.

"El que más presume de que no sufrió presiones franquistas es el que más tiene que esconder. Imagínate qué poder y qué contactos deberías tener en el régimen para permitirte esos lujos en aquella época", reflexiona Cabeleira, quien considera que el Barcelona era un club "secuestrado e intervenido" por el régimen. "Claro que tuvo un pasado franquista, pero también un alma catalanista", añade el autor de Alienación indebida (Círculo de Tiza). "De hecho, cuando llegó Joan Laporta permanecían intactos los despachos ministeriales del régimen, porque las anteriores directivas se habían apoyado en los rescoldos del franquismo".-

Francisco Franco entrega a Segarra, capitán del Barcelona, la Copa del Generalísimo en 1957.
Francisco Franco entrega a Segarra, capitán del Barcelona, la Copa del Generalísimo en 1957. EFE

En la misma línea, Carles Santacana reconoce que, evidentemente, hubo barcelonistas franquistas. Sin embargo, "la actividad del club se distanció todo lo que pudo de la omnipresencia de la dictadura, y por eso el vídeo de marras no merece respuesta", critica en su artículo el catedrático de Historia Contemporánea de la Universitat de Barcelona, quien denuncia que el Real Madrid haya dado "valor a afirmaciones falsas y manipulaciones del más bajo nivel".

La "reinvención" del FC Barcelona

Enric González, en Una cuestión de fe (Libros del K.O.), alude a la reinvención del Barça como icono del "antifranquismo y catalanismo", lo que por contraposición convertía a sus rivales, el Madrid y el Espanyol —su equipo—, en todo lo contrario: unos adeptos al régimen. Para ello, "una brillante generación de periodistas e intelectuales, encabezada por Manuel Vázquez Montalbán, estaba reinventando la historia del FC Barcelona", calificado por el novelista como el "desarmado ejército simbólico" de Catalunya.

Alfredo Relaño alude a las "exageraciones" del barcelonismo que "les han sido repetidas hasta la saciedad a las últimas generaciones, produciendo un imaginario colectivo de agravios terriblemente exagerado". En el libro Nacidos para incordiarse (Martínez Roca), el periodista considera que "esa simplificación de que el Madrid fue el equipo del franquismo, y de ahí sus éxitos, es una seria injusticia". Y deja claro que, en los sesenta, "se instaló en un papel de institución del Estado que iba mucho más allá de su condición de mero club deportivo".

¿Pero fue más franquista el equipo blanco o el blaugrana? Difícil respuesta... "Parece claro que el Real Madrid fue utilizado como elemento propagandístico cultural y deportivo de la dictadura —lo que hoy llamamos soft power— y que también las directivas, que eran muy conscientes de este uso, supieron sacar partido y beneficiarse de este trato de favor", opina Alejandro Quiroga Fernández, quien considera que desde un punto de vista historiográfico y periodístico es una discusión estéril.

"Las declaraciones de Laporta y el vídeo no están hechos para resolver ningún tipo de debate. En el caso del presidente blaugrana, saca unos viejos clichés sobre el Real Madrid para construir un discurso victimista, de corte casi trumpista, con el que se pretende desviar la atención sobre las acusaciones de corrupción del Barça", cree el profesor de la Complutense. "Lo interesante es ver por qué estos estereotipos pueden movilizarse a día de hoy y por qué siguen teniendo validez a la hora de construir narrativas".

El "equipo del régimen", según Santiago Bernabéu

Respecto a la reacción del Real Madrid, según Quiroga, el vídeo es un claro ejemplo del "y tú más", pues trata de presentar al Barça como "el auténtico equipo franquista con medias verdades y una interpretación del pasado un tanto cuestionable". De nuevo, "no se está manteniendo un debate sobre la naturaleza franquista de los equipos o sobre sus identidades pasadas, sino que se está dando una batalla por el relato en el que el uso de estereotipos del pasado se utiliza para articular unas narrativas que continúan funcionando".

Comentaba Santiago Bernabéu que el suyo era considerado el equipo del régimen "por una intención perversa" y que, cada vez que lo oía, le daban "ganas de cagarme en el padre de quien lo dice". Durante una conversación con Jaime Martín Semprún, autor de Santiago Bernabéu. La Causa (Ediciones B), el presidente que da nombre al estadio merengue afirmaba que "lo que han hecho los Gobiernos de Franco es explotarnos y nunca nos han dado ni cinco céntimos".

Aquellas sentencias volvieron a escucharse en el banquillo de los acusados, quienes durante una semana se han tirado algunos pasajes históricos a la cabeza. Estereotipos y relatos enfrentados que cobran actualidad décadas después, lo que lleva a preguntarse a Alejandro Quiroga Fernández: "¿Qué finalidad buscan los directivos con este uso del pasado y por qué siguen funcionando a día de hoy?". Mientras llega la respuesta, la cortina de humo del franquismo sigue eclipsando el caso Negreira, que —conviene no olvidarlo— fue el origen de toda esta historia.

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