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¿Tenía razón Edmundo Bal sobre cómo sería el "nuevo" Ciudadanos?

Arrimadas es la voz más importante del partido y no ha cambiado su discurso como prometía la nueva dirección. "En su cabeza suena 'sigo siendo la presidenta'", dice un miembro de Cs.

Edmundo Bal e Inés Arrimadas.
El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal e Inés Arrimadas durante una reunión de la Diputación Permanente del Congreso.  EFE/ Fernando Alvarado

Han pasado dos semanas desde que Edmundo Bal perdió las primarias de Ciudadanos contra Adrián Vázquez y Patricia Guasp, aunque para él y sus afines la derrota fue en realidad contra Inés Arrimadas. Ese fue el detonante del fuego cruzado que atravesó el partido en diciembre y el caballo de batalla de Edmundo Bal. El abogado del Estado siempre sostuvo que Arrimadas trataba de controlar Ciudadanos en la sombra, que había usado el proceso de refundación en su propio beneficio político, que la nueva dirección del partido seguiría subyugada a su figura y que seguiría siendo la líder. Para muchos dirigentes de dentro y fuera de Ciudadanos 15 días han sido suficientes para darle la razón.

Lo que sucedió este martes en Congreso de los Diputados durante la intervención del presidente del Gobierno fue especialmente revelador. Inés Arrimadas intervino como portavoz de CS con un discurso que no había sido consensuado con la cúpula del partido, ni siquiera con la líder política, Patricia Guasp. No solo no hubo ningún cambio discursivo, como se prometió durante la asamblea que alumbró una nueva dirección, sino que por momentos se evidenció la incomodidad de la mayoría del grupo parlamentario con  Arrimadas. 

Para mayor evidencia de la complejidad de la nueva estructura de Ciudadanos, ocurrió que Pedro Sánchez usó la asistencia de Inés Arrimadas a la manifestación contra el Gobierno del pasado sábado para atacar al partido. Luego, en la réplica, ella defendió sin completos la participación de CS en la marcha, a pesar de que el tándem Vázquez-Guasp no asistió. Es más, la líder política defendía hace semanas en una entrevista con Público que ella defendía no acudir a esa manifestación. 

Pero la sola presencia de Arrimadas sigue siendo igual a la de Ciudadanos y arrastró las siglas del partido a un escenario común con el PP y la extrema derecha en el que la nueva dirección no quiso estar. Un miembro de CS lo resume así: "En su cabeza suena 'sigo siendo la presidenta'".

El sector crítico con el oficialismo, al que siguen cuestionando a pesar del resultado en las primarias, esperaba que el partido naranja aprovechase la oportunidad de despojarse de losa que todavía arrastran desde la 'foto de Colón y critican la "pasividad" de Vázquez y Guasp. "¿Dónde están?", se pregunta un miembro de Ciudadanos.  

Las responsabilidades de Arrimadas dentro del partido han quedado resumidas a su papel como presidenta del grupo parlamentario en el Congreso y portavoz. Un rol que, según fuentes del partido, ejerce sin tener en cuenta a la mayoría del grupo. De nueve diputados que tiene Ciudadanos, cinco apoyaron a Edmundo Bal y solo Guillermo Díaz fue fiel a Arrimadas. "No hablamos con ella", coinciden varios diputados. Desde el equipo de la expresidenta, en cambio, sostienen que impera la "normalidad" en el grupo. 

Guillermo Díaz, un "enlace" para Arrimadas

Pero la convivencia es tensa y el primer movimiento de la dirección con respecto al grupo parlamentario ha generado malestar. Designar a Guillermo Díaz como enlace entre los nueve diputados del Congreso y la Ejecutiva es visto por el grupo como una forma de camuflar el control que, de facto, tiene Arrimadas, sostienen las fuentes consultadas por Público.

El partido también decidió mantener a Edmundo Bal como portavoz adjunto pero en la última semana se ha puesto en evidencia que perderá buena parte de la presencia mediática que tenía. Señalan desde el grupo parlamentario que "se lo repartirán entre ellos", señalando a Arrimadas y Díaz. 

Vázquez ya avanzó que Díaz ganaría "mucho peso y responsabilidad" y así ha sido, porque este jueves fue él quien salió a dar una rueda de prensa desde el Congreso. Ni Arrimadas como portavoz, ni Bal como viceportavoz. Otra decisión que tampoco se le comunicó al grupo, dicen fuentes parlamentarias. Además, según ha podido saber este medio, ya ha habido también importantes discrepancias en relación al sentido del voto de CS en el pleno de este martes. Bal y sus afines le habrían reprochado a Arrimadas y Díaz que el partido no hubiese apoyado el decreto anticrisis del Gobierno.

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