Teresa Gómez-Limón, víctima del accidente del Alvia: "Me fui del PP por la corrupción y las presiones"
Se cumplen diez años del descarrilamiento del Alvia, que dejó 80 muertos y 145 heridos. El juicio acabará en unos días. Teresa Gómez-Limón, exdiputada del PP en Madrid, recuerda que el siniestro precipitó su salida del partido.
Madrid-Actualizado a
La madrileña Teresa Gómez-Limón, que se acaba de jubilar como psicóloga forense de los juzgados de violencia de género de Madrid, atesora como un bien preciado los 50.000 folios del procedimiento por el accidente del Alvia, el 24 de julio de 2013, que dejó 80 muertos y 145 heridos. Ella viajaba en el tren y diez años después sigue sufriendo las secuelas, posiblemente de por vida.
Este lunes se cumple una década de aquel descarrilamiento mortal, que aún no tiene responsables señalados. Teresa Gómez-Limón conoce a la perfección la causa del Alvia, cuyo juicio concluirá en unos días, el 27 de julio. Durante un tiempo perteneció a la junta directiva de la asociación de víctimas. Se ha movido todo lo que sus lesiones le han permitido para reclamar justicia y visibilidad.
"Las víctimas hemos estado solas durante diez años. Solo nos ha apoyado el BNG (Bloque Nacionalista Galego), pero de los grandes, ningún partido. Gracias al Parlamento Europeo se ha podido juzgar al responsable de la seguridad de Adif (ente público Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), aunque soy pesimista respecto a la sentencia", dice. El fallo se conocerá el próximo otoño.
Antes de que se produjese el fatal accidente, Teresa Gómez-Limón estaba a punto de divorciarse del Partido Popular. Era diputada del PP en la Asamblea de Madrid y le indignó el escándalo por los sobres de dinero negro que repartía el extesorero del partido Luis Bárcenas a los máximos dirigentes del PP.
Le envió un burofax a Rajoy pidiéndole explicaciones, lo que le supuso el "aplauso de mis compañeros del juzgado y el desprecio de la gente del PP; me retiraron la palabra", dice a Público.
Después llegó la oscuridad, el accidente y las imágenes de personas muertas y desmembradas, que asegura que sigue viendo en su cabeza. Ella misma se creyó muerta, como ha dicho en el juicio.
"Me rompí dos vértebras cervicales y a punto estuve de quedarme tetrapléjica. Estaban tan rotas las vértebras que tuvieron que sacarme hueso de la cadera e injertarlo. Me rompí el esternón por la mitad y un tobillo; además de una brecha en la cabeza y magulladuras por todo el cuerpo", relata.
Tras 20 días ingresada en el Hospital Universitario de A Coruña (CHUAC), Teresa se trasladó a su casa, en Madrid, donde permaneció siete meses de baja. "Mis vínculos con Galicia son por mi marido, que es de Ferrol. Estábamos veraneando allí con mis hijos cuando tuve que regresar por un asunto a Madrid. Al volver a Galicia ocurrió el accidente. Siempre doy gracias al destino por haber viajado sola", explica Teresa.
Su pasado en el PP
Gómez-Limón fue la presidenta nacional del Centro Democrático Social (CDS), el partido fundado por el expresidente Adolfo Suárez. "En 2005 hicimos un proceso democrático para ver dónde nos integrábamos, si en el PP o en el PSOE, porque el CDS ya no tenía opciones políticas. Salió por mayoría el PP. Era cuando este partido decía que viajaba al centro", recuerda.
"Me ofrecieron ir en las listas para la Asamblea de Madrid, en el puesto 54. Luego pasó lo de Bárcenas, que a mí me horrorizó. Se puede decir que me fui del PP por la corrupción y la nula democracia interna", dice Teresa.
"Nadie del PP me llamó para preguntarme, salvo Esperanza Aguirre, que llamó a mi marido estando yo en el hospital. Pero el presidente entonces de Madrid y del PP, Ignacio González, ni me miró a la cara", recuerda sobre lo que sucedió tras el accidente de tren.
También se acuerda de los días en que se iba a comer sola a un burger cercano a la Asamblea de Madrid. Hasta que se dio de baja del PP y pasó al Grupo Mixto. Agotada aquella legislatura, abandonó la política.
Presiones y críticas
"He recibido presiones del PP y del Gobierno de Rajoy, en concreto del entonces secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, que luego fue ministro de Justicia", dice Teresa.
"Catalá me llamó indignado y me preguntó que por qué hablaba mal del partido. No sé, lo mismo se pensaba que iba a hablar bien de un gobierno que había hecho mal las cosas, que había dejado sin seguridad el tren, por lo que murieron 80 personas", clama.
También se dirigió a ella el presidente de Renfe, que insistió en verla a solas, sin nadie de la asociación de víctimas. "Me extrañó, pero accedí. En un momento dado me preguntó qué necesitaba, qué quería. Me hice la sueca. Qué necesitas?, insistió. Pues que se haga justicia y paguen los culpables, eso es lo que necesito. Y ante estas palabras ya reculó el presidente de Renfe. Yo soy una persona limpia".
"Los del PP me han llamado tránsfuga y desleal, pero yo creo que desleal es un gobierno que deja tirados a sus ciudadanos después de una catástrofe de este tipo-- sentencia --. Hemos estado abandonados".
"Tuve que escribir a Ana Pastor, que era ministra de Fomento, y decirle que las aseguradoras no estaban pagando nada y que teníamos muchos gastos que teníamos que costear de nuestro bolsillo: rehabilitación, psicólogos, gasolina, etc. Y es cuando la aseguradora de Renfe empezó a dar algo. Me dieron 10.000 euros en ese primer pago y luego, algo más", recuerda Teresa Gómez-Limón.
Un polémico peritaje
Para colmo de sus males, el perito judicial que le asignó el juzgado en Madrid por exhorto del de Santiago que instruyó la causa decepcionó enormemente a Teresa. "Fueron 10 minutos los que me vio, me preguntó la medicación que tomaba y poco más. Por entonces, yo había presentado 25 informes médicos al juzgado. En total, he acabado presentando 35. Pero el informe del perito judicial, Andrés Bedate, no recogía la mayor parte de mis secuelas y eso es indignante. No era ni siquiera un informe profesional, lo sé porque yo he trabajado en eso".
Teresa explica que echa en falta en el informe pericial una mayor puntuación por la cirugía de osteosíntesis, por ejemplo. "Por la lesión en el esternón no me dio puntuación. Por estrés postraumático me puso un nivel bajo", aclara.
Esta cuestión la ha expuesto en el juicio, en donde ha recordado que tras ese informe del forense Bedate, ella pidió al juzgado que la viera otro profesional, pero no obtuvo respuesta.
La sentencia, esencial para pasar página
La psicóloga de Teresa declaró en el juicio que "yo no podría pasar página hasta que no hubiera una sentencia. Diez años son una angustia, y si lo es para mí, que he mantenido la vida, imagina a los padres de los chicos que con 20 años perdieron la vida", clama.
Teresa tiene reconocido un 35% de discapacidad, sobre todo por la falta de movilidad en el cuello, donde lleva una placa y varios tornillos. Sufre neuralgias con frecuencia. También ataques de pánico y ansiedad.
"Y otra secuela que tengo es la depresión. Yo viajaba mucho, me he recorrido medio mundo. Ahora solo voy segura si conduzco yo. Si tengo que coger un avión o un tren tengo que tomar alguna pastilla y me agobio mucho", dice.
Sobre la sentencia del accidente del Alvia, que se espera que esté lista para otoño, Teresa no es optimista. "Soy la única o de las poquísimas acusaciones que he pedido la pena mínima para el maquinista, dos años, y para el exdirector de seguridad de Adif, la máxima, cuatro años".
Lo que se dirime en el juicio, al margen de la responsabilidad penal, es la responsabilidad civil. La reclamación total por este concepto asciende hasta los 57,6 millones de euros.
"El fiscal protege los negocios de Adif"
Hay que recordar que el fiscal ha retirado sorpresivamente los cargos para el exjefe de Adif mientras que los mantiene para el maquinista, para el que pide cuatro años de cárcel por las consecuencias del accidente.
Este giro de guion no ha gustado nada a Teresa, que cree que el Estado se protege siempre y además "protege los negocios de Adif, claro", añade. Para ella, tanto el Gobierno de Rodríguez Zapatero como el posterior de Rajoy son responsables del accidente: "Se hizo la línea nueva de alta velocidad hasta Santiago de Compostela, pero se cambió el trayecto porque el ministro José Blanco quería inaugurar antes de las elecciones", explica.
Posteriormente, ya con la ministra del PP Ana Pastor, "se desconecta la seguridad del tren, un sistema informático, que daba problemas y retrasos. Tanto el PSOE como el PP son culpables", sentencia.
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