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Turismo tras la covid-19Bruselas admite que las aerolíneas compensen a los usuarios con vales en lugar de reembolsos
La Comisión Europea evita dar fechas concretas para reiniciar los vuelos dentro de la Unión Europea Esta en la presentación de su hoja de ruta para relanzar al turismo tras la covid-19.
Irene Sánchez Artero
Bruselas-Actualizado a
La Comisión Europea ha presentado su hoja de ruta para ayudar a los países de la Unión Europea a relanzar el turismo tras la pandemia. Proponen hacerlo reduciendo gradualmente las restricciones en los viajes, permitiendo a las empresas reabrir y garantizando a la ciudadanía que puedan disfrutar de sus ansiadas vacaciones tras el confinamiento, con seguridad y garantías. Sin embargo, todavía queda en el aire saber cuándo se podrá viajar a otro país del bloque.
Conscientes de la situación crítica en la que se encuentran las aerolíneas, que han pedido por activa y por pasiva relajar las reglas que protegen a los consumidores, Bruselas ha dado su brazo a torcer. Finalmente admite que las aerolíneas reembolsen con vales, y no en metálico, a sus clientes. A cambio, la Comisión exige que las empresas recompensen con un valor añadido a aquellos usuarios que acepten, de forma voluntaria, esta modalidad.
Dicho de otro modo, si el cliente no acepta el vale, la compañía estaría obligada a proceder con el reembolso de su billete. Así, Bruselas pide colaboración a los Estados miembros para que cubran la factura de los reembolsos, en el hipotético caso de que una aerolínea nacional quiebre.
El comisario de Interior, Thierry Breton, ha presentado la hoja de ruta junto a la vicepresidenta y comisaria de Competencia, Margrette Vestager. Posteriormente han sido relevados por los comisarios Kriakides, Johansson y Vlean, en un despliegue estelar con pocas novedades y pocos titulares.
El comisario francés considera que es el momento de utilizar el contexto para cambiar las tornas en aras de un "turismo sostenible, digital y resiliente". Una idea que ha apoyado su compañera, la comisaria Ylva Johansson, que hace hincapié en que hay que "repensar el modelo de turismo que Europa quiere y necesita".
Con la llegada del virus, una decena de países cerraron sus fronteras para evitar la expansión del coronavirus. De este modo, la libre circulación dentro del espacio Schengen, uno de los mayores logros de la Unión Europea, quedó en entredicho. El documento presentado este miércoles muestra su hoja de ruta hacia la apertura progresiva hacia la nueva normalidad.
La Comisión Europea insiste en que el levantamiento se hará de forma gradual a través de tres fases, aunque la estrategia turística de Bruselas no incluye ninguna fecha concreta. La fase 0 sería la actual, con ciertas restricciones de movimiento entre países y sólo el permiso para viajes esenciales. Al pasar a la fase 1, habría un levantamiento gradual de estas restricciones por regiones, áreas y Estados miembros, en función de la evolución. Y, finalmente, se llegaría a la fase 2, que implicaría el levantamiento de todos estos los controles.
Para pasar de una fase a otra se hará en base a tres criterios. En primer lugar, el pilar del equilibrio epidemiológico, dentro de donde habría que estudiar cómo evoluciona la pandemia, la curva y las capacidades sanitarias de los países. En segundo lugar, la capacidad de aplicar medidas de seguridad y contención como, por ejemplo, el distanciamiento social. En tercer y último lugar, la proporcionalidad, para equilibrar los beneficios sanitarios con las necesidades económicas y el impacto económico de las medidas de restricción.
Según el Ejecutivo comunitario, un equilibrio en estos elementos indicaría el pistoletazo de salida para empezar a abrir las fronteras por fases. Según Vestager, los primeros en abrir las fronteras deberían de ser "los países con una situación epidemiológica comparable", siguiendo las guías de la Agencia Europea para el Control de Enfermedades. Entre ellas estarían, por ejemplo, que el país cuente con una capacidad suficiente de camas en sus hospitales, pruebas o vigilancia.
Según recoge el documento, la agencia está preparando un mapa interactivo sobre los niveles de transmisión del virus, para que la ciudadanía y autoridades tengan a su alcance información precisa de la evolución del virus, país por país.
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, augura "un verano difícil para aquellos que disfruten de la multitud". Los compañeros y compañeras de televisión tendrán que agudizar su ingenio porque ver las playas de Benidorm o Tarifa masificadas, no tendrá el impacto visual que tiene verano tras verano.
Bruselas insiste en que el levantamiento requiere una "estrecha coordinación" entre países. Además, la eliminación gradual de las restricciones debe de hacerse respetando el principio de no discriminación y la reapertura debe de aplicarse "a todos los Estados miembro con una situación epidemiológica similar". Cualquier limitación debe de ser por lugar de residencia, pero nunca de nacionalidad.
Todavía no hay fecha para la apertura de las fronteras exteriores, ya que la Comisión Europea considera que, en primer lugar, se deben completar las fases de levantamiento de las restricciones dentro de la UE. Por ahora se ha acordado la limitación de estos viajes hasta, al menos, el 15 de junio.
Sector turístico
El turismo es clave para Europa, ya que contribuye al 10% del PIB de la UE. Bruselas es consciente de que el cierre de fronteras para frenar el virus supone un descalabro para un sector, que acoge millones de turistas anualmente y da empleo a 27 millones de personas, directa e indirectamente, lo que supone el 12% del empleo en la UE. Según datos de la Comisión, 267 millones de europeos realizan al menos un viaje de ocio al año y el 78% de ellos se quedan en Europa. La temporada de verano es crucial para la industria, ya que suele recaudar 150.000 millones de euros de media.
Con más del 50% de los hoteles y restaurantes con la persiana bajada desde marzo, una reducción del 85% en trenes de larga distancia y el 80% de vuelos y barcos en Europa, es crucial buscar una solución. Esta situación es más penosa todavía en los países del sur del bloque, ya que para España el sector del turismo aportar el 14,3% del PIB, en Portugal supone el 16,5% y en Grecia contribuye a las arcas en un 20,8%.
La Comisión Europea ha presentado unas recomendaciones de seguridad, no vinculantes, para los medios de transporte. Dentro de estos protocolos para minimizar el contacto entre pasajeros está fomentar la venta de billetes por internet y la prohibición de venta a bordo. También promueve el uso de mascarillas, el acceso obligatorio a gel desinfectante y la apertura y cierre automática de puertas.
No contempla medidas concretas para viajar en avión. Lo deja en manos de la Agencia de Seguridad Aérea, que trabaja en un protocolo. Sin embargo, sí contempla la posibilidad de limitar el número de pasajeros en autobuses, trenes o barcos para garantizar una distancia de seguridad.
También tiene un epígrafe sobre las cuarentenas. Considera que si las medidas de confinamiento se han tomado en dos países, no tendría mucho sentido aplicar posteriormente un confinamiento obligatorio a aquellos que viajen de un país a otro. Bruselas no cree que tenga mucho sentido, siempre y cuando ambos países cuenten con una situación epidemiológica similar y hayan vivido confinamientos parejos.
El comisario Breton ha puesto como ejemplo a España, que "por recomendación de las autoridades sanitarias" ayer publicó en el Boletín Oficial del Estado, un periodo de 14 días de cuarentena para los viajeros que lleguen del extranjero. Sin embargo, según ha añadido, otros países como Francia no lo han hecho.
Recortes en las compañías aéreas
Poco a poco se van conociendo los estragos que deja esta pandemia en las arcas del sector. Brussels Airlines, la principal aerolínea belga, ha anunciado este miércoles el despido del 25% de su plantilla. Este recorte, que implica la pérdida de empleo para 1000 personas, también supone que deje de volar a 22 destinos. Los sindicatos de la compañía temen que no se alcance cierta normalidad antes de 2023.
Un poquito más optimista es el turoperador TUI, que ha anunciado en un encuentro con la prensa que la actividad en Europa se reiniciará este mes de julio, aunque no espera que la actividad del sector se recupere hasta 2022.
En esta misma línea se ha expresado el gigante de los vuelos de bajo coste, Ryanair. La empresa irlandesa ha anunciado que reanudará el 40% de su actividad a partir de julio y prevé mantener el 90% de los destinos que tenia antes de la crisis sanitaria.
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