Este artículo se publicó hace 3 años.
Vox en Andalucía: del investigado Serrano a la diputada Olona
La investigación judicial y las pesquisas de la Agencia Tributaria contra el excandidato ultra en Andalucía, hoy dimitido, revela que presuntamente utilizó para otros menesteres la ayuda que recibió para montar una empresa. En paralelo, Vox prepara el ter
Sevilla-
El 28F, Día de Andalucía, Vox dejó caer que tiene ambiciosos planes para su partido en la Comunidad en la que hace dos años y unos meses la ultraderecha regresó a las instituciones por primera vez desde la transición. La irrupción de Vox, tras el giro de Ciudadanos, fue clave para acabar con 37 años de Gobiernos socialistas ininterrumpidos. Hoy Juanma Moreno preside Andalucía con el sostén indispensable, evidente, a la vista, del partido que dirige Santiago Abascal.
El símbolo de aquel resultado fue un exjuez de familia de larga trayectoria en Sevilla, con antecedentes de arbitrariedad incluidos, por los que fue condenado y apartado de la carrera judicial, aunque después fue reintegrado, llamado Francisco Serrano.
Hoy el exmagistrado, azote del asociacionismo e hipercrítico con las subvenciones públicas a colectivos feministas, sobre todo, ha caído en desgracia y está siendo investigado por un fraude a la Hacienda Pública. También ha dimitido de su escaño y se ha refugiado en Murcia, junto a un grupo de diputados díscolos de Vox, quienes le tienen como asesor.
Serrano se quedó presuntamente junto con un socio con una subvención de 2,48 millones de euros que solicitó para formar una empresa en Niebla (Huelva) que jamás llegó a ponerse en marcha. Para recibir el crédito la empresa debía aportar un capital social en consonancia con el proyecto a desarrollar. Sin embargo, "la sociedad se constituyó realizándose por los socios aportaciones no dinerarias consistentes en maquinaria diversa que se afirmaba como de su respectiva propiedad, cuando ello indiciariamente no se ajustaba a la verdad", afirma la Fiscalía.
Añaden los fiscales que "en el desarrollo de la actividad sufragada parcialmente con fondos del Ministerio de Industria, no consta la realización del proyecto comprometido de fabricación de pellets –combustible de biomasa– y no se ha llevado a cabo el reintegro de la deuda". Además, una parte de la subvención, 438.000 euros, según el Ministerio Público, se desvió para "préstamos a terceros, retiradas en efectivo, pago de facturas y gastos varios, ninguno de ellos relacionados con la finalidad para la que fue concedido".
El avance del proceso judicial –en mayo están fijadas las declaraciones–, iniciado tras una denuncia de Facua, y de las pesquisas de la Agencia Tributaria ha dado pistas de que efectivamente, el exjuez dispuso del dinero, pero no para montar la empresa, sino para otros menesteres, como gastos de VISA en restaurantes, viajes, y ocio, según las investigaciones del periodista Ángel Munárriz en Infolibre.es. Hacienda, de hecho, le llegó a embargar hace unos meses las cuentas para impedir que prosiguiera el presunto fraude y darse la posibilidad de cobrar lo que considera que se le debe: A Serrano le atribuye un perjuicio a las arcas públicas de 1,37 millones de euros.
La caída en desgracia de Serrano en Vox, sin embargo, se produjo antes de que este caso de corrupción cogiera el cuerpo y la entidad que hoy tiene. Un escrito demencial escrito en un tono impropio y enfermizo sobre La Manada y colgado en su cuenta de Facebook, le llevó a pasar al ostracismo dentro de su grupo y a ser relegado. El dos veces candidato de Vox, símbolo del ascenso de Abascal, no había respondido a la exigencia de participar de la gobernabilidad de Andalucía.
El liderazgo de Hernández
Alejandro Hernández, el portavoz parlamentario, diputado por Córdoba, un tipo calculador, que se mueve bien entre bambalinas, con discreción, ha sido quien ha dirigido la nave ultraderechista en este tiempo y se ha mostrado útil para los intereses de PP y de Ciudadanos, los partidos en el Gobierno.
Hernández, que ha mantenido un perfil bajo, con exabruptos medidos, cometió hace unas semanas un grave error. Se agarró un cabreo de tal calibre durante una intervención de Susana Díaz, la secretaria general del PSOE de Andalucía, en el Parlamento, que llegó a despreciar a la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet. Hernández evitó una sanción, gracias a PP y Cs, que los socialistas pidieron.
Hernández, que ha votado, junto a sus compañeros de escaño tres presupuestos de la Junta de Andalucía, tiene sintonía con sus socios de PP –con el portavoz parlamentario, José Antonio Nieto– y Ciudadanos –con el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín–. Es un hombre que ha garantizado la estabilidad del Gobierno andaluz en este tiempo.
Pero el 28 de febrero, Vox enseñó otra carta, ambiciosa. Macarena Olona, nacida en Alicante, abogada del Estado, diputada en el Congreso por Granada. Ella misma no descartó ser la candidata de Vox a la Junta de Andalucía, si su partido, es decir, Abascal, se lo ordenaba. Eso sí, "desconozco sus planes", puntualizó, en una entrevista con la agencia Efe. Iván Espinosa de Los Monteros, el portavoz parlamentario, tampoco cerró la puerta a una candidatura de Olona, pero la situó lejos en el tiempo. La próxima batalla electoral, una vez resueltas las elecciones en Catalunya, salvo sorpresa, será en Andalucía.
Los comicios tocan en diciembre de 2022, dentro de un año y medio. Vox, a través de Hernández, ha puesto en jaque al gobierno de Moreno a través de la censura parental en la escuela. Y Olona, del núcleo duro del partido en Madrid, secretaria general en el Congreso, si acaba por venir a Andalucía, no se va a limitar a ser una mera socia parlamentaria de PP y Ciudadanos. Ella apuesta por entrar en el Gobierno. "No me cabe la menor duda de que Vox gobernará" la Comunidad, dijo Olona en esa entrevista con Efe.
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