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Kama Muta: ¿sabes qué es?

“Es reconfortante saber que cuando nos sentimos conmovidos hasta las lágrimas por algo de lo que somos testigos, es una experiencia universal compartida por todos los humanos. Sin este conocimiento, podríamos haber rechazado o ignorado nuestros sentimientos”.  

Son palabras de Alan Fiske, profesor de antropología psicológica de la Universidad de UCLA de California en Estados Unidos, y principal investigador y difusor de las teorías vinculadas al Kama Muta, esa estremecedora experiencia emocional de múltiples matices que, según Fiske y sus seguidores, es uno de los rasgos más humanos de nuestra especie

Kama Muta, un compromiso moral universal 

Abrazo
Dos personas se abrazan – Fuente: Unsplash

Los investigadores del Laboratorio Kama Muta de la Universidad de Oslo asociado a UCLA, dirigidos por el propio Alan Fiske y al que pertenecen otros profesionales como el doctor en Psicología Social José Pizarro de la Universidad del País Vasco, definen el Kama Muta como “un sentimiento repentino de unidad, amor, pertenencia o unión con una persona individual, una familia, un equipo, un país, la naturaleza, el cosmos, Dios… o un gatito”. Sí, también un gatito, luego hablaremos de ellos. Pero antes conviene aclarar que el término “kama muta” procede del sánscrito काममूत y significa ser movido por el amor

Kama Muta: ¿la mecha de las revoluciones? 

A la postre, podríamos decir que el naming es lo de menos —“podríamos haberlo llamado Emoción Z o Emoción 76”—, lo interesante es más bien el objetivo que se marcó Fiske con todo esto: “comprender qué permite a los humanos coordinarse en sistemas de relaciones sociales a menudo cooperativas, complejas, cultural e históricamente variables”.  

Qué nos lleva, al fin y al cabo, a las grandes gestas —y atrocidades— amparados en impetuosos sentimientos presuntamente compartidos por un gran grupo social: tal vez detrás de las grandes revoluciones de la historia —y de algún que otro genocidio— haya altas dosis de Kama Muta. Pero antes de hilar tan fino, ¿cómo se expresa fisiológicamente el Kama Muta? ¿Qué sentimos exactamente cuando nos invade el Kama Muta? 

La respuesta fisiológica del Kama Muta 

Una mujer con los ojos cerrados - Fuente: Pexels
Una mujer con los ojos cerrados – Fuente: Pexels

Ya en 2018, Fiske, acompañado de una veintena de investigadores, presentaba el estudio a gran escala más ambicioso sobre esta suerte de catarsis emocional universal: una conceptualización y medición de la experiencia del Kama Muta entre 19 países y 15 idiomas concluyendo que esta emoción se caracterizaba a nivel global por la confluencia de cinco sensaciones

  • Calor en el pecho 
  • Ojos húmedos o lágrimas 
  • Escalofríos y piloerección 
  • Sensación de ahogo o nudo en la garganta 
  • Sensación de flotar y de euforia 

Conviene puntualizar que la confluencia de estas sensaciones que definen la experiencia del Kama Muta es muy breve, en torno a un minuto o menos, por lo que no se trata estrictamente de un sentimiento que perdura en el tiempo, aunque pueda ser la base que mueve al ser humano a diversas posturas ante una situación conflictiva o un dilema moral. 

El incondicional amor de madre: el origen biológico del Kama Muta 

Una mujer con un bebé - Fuente: Pexels
Una mujer con un bebé – Fuente: Pexels

Para Fiske, existe un propósito evolutivo en la configuración de una experiencia emocional tan poderosa como el Kama Muta y que no es otra que la perpetuación de la especie. Como señala en una entrevista para Psychology Today, el Kama Muta evolucionó como parte de la adaptación específica de los mamíferos: “Dado que sus recién nacidos pueden morir de frío o hambre rápidamente y son vulnerables a los depredadores, necesitan protección, calor, seguridad y alimentación”. 

Como habremos comprobado nosotros mismos si tenemos hijos, las madres mamíferas deben estar dispuestas a sacrificarse a muchos niveles anteponiendo sus necesidades para proteger a sus crías y que estas puedan desarrollarse adecuadamente. Así pues, para Fiske, las profundas raíces filogenéticas del Kama Muta surgen del amor maternal, que tiene que ser instantáneo y lo suficientemente intenso e incondicional para anteponerse a todo lo demás, incluso a la propia supervivencia. 

Y es que no lo olvidemos: nuestras emociones más viscerales tienen que ver con la defensa de nuestra supervivencia. Solo hay que ver cómo nos podemos “comportar” cuando tenemos hambre, hambre de verdad, no ganas de comer, que no es lo mismo. Sin embargo, una madre (o un padre) son capaces de llegar hasta las últimas consecuencias para proteger a un hijo, incluso poniendo en riesgo su vida. Esa poderosísima emoción visceral sería uno de los propósitos más significativos del Kama Muta. 

Kama Muta como conexión con la comunidad 

Varias personas se felicitan - Fuente: Pexels
Varias personas se felicitan – Fuente: Pexels

Pero más allá del ancestral vínculo de los mamíferos con sus crías, existe otra faceta que explicaría la relevancia del Kama Muta: sería la conexión con la comunidad o el intercambio con la comunidad definido por Fiske como communal sharing (CS).  

En este sentido, el Kama Muta entre los miembros de una comunidad fortalecería los lazos entre los mismos moviéndolos a actuar en defensa de la comunidad amparados en sentimientos como la compasión, la empatía o la ternura

Y aunque, según sus investigadores, la experiencia del Kama Muta dure solo unos segundos, la motivación que emerge de ella puede durar, minutos, días o años y ser, como hemos referido, la mecha que encienda una nueva actitud hacia determinado aspecto de nuestra realidad circundante.

O no, puede que la experiencia del Kama Muta se quede en nada y no mueva a más que consumir contenido digital, una irrelevante experiencia emocional fruto de nuestra adicción a los videos de gatitos. 

Kama Muta, videos de gatitos y romances imposibles 

Gatos juegan - Fuente: Pexels
Gatos juegan – Fuente: Pexels

Pero el Kama Muta es inagotable para Fiske y sus ayudantes y en su laboratorio promocionan diversas investigaciones para relacionar esta experiencia con otras facetas del ser humano. Y a la hora de estudiar esa conexión con la comunidad, se ha llegado a la conclusión, tal y como expresa este estudio publicado en Frontiers en 2019, de que observar el Kama Muta entre dos personas (o animales) aumenta exponencialmente la sensación de Kama Muta entre los observadores. Y para explicarlo, dos ejemplos. 

Por un lado, los videos de adorables gatitos que tanto éxito tienen en redes sociales. La ternura que despiertan estos animales y su actitud se dispara cuando dos seres percibidos como lindos o adorables interactúan entre ellos. Las personas humanizan la actitud de estos animales y sienten ese chute de Kama Muta que les eriza la piel y hasta les puede hacer soltar una lágrima. ¡Pero si son solo gatitos haciendo cosas de gatitos! Pero no tenemos remedio, le damos al play del video para esa catarsis emocional bañada en estimulante sobredosis hormonal. 

Pero Fiske también parece haber encontrado la clave del éxito de la literatura y el cine romántico en el Kama Muta que explicará la adicción a todas esas historias marcadas por la separación, la superación de obstáculos y el reencuentro en el clímax final de la narración. Los protagonistas sienten Kama Muta y los lectores o espectadores sienten Kama Muta con ellos en una suerte de comunión en la que todo el mundo acaba con lágrimas en los ojos, sobre todo si el romance termina en tragedia.  

Según Fiske y sus seguidores, “la historia más amada de todos los tiempos ha evolucionado culturalmente bajo la selección de la evolución psicológica de la emoción Kama Muta, es decir, cuanto más evoca Kama Muta una historia, más gusta a la gente, más admiran a las personas que la cuentan, mejor la recuerdan, más la difunden entre otras personas, y más la vuelven a contar”. 

Así que si eres un novelista o cineasta novel y estás detrás de tu primer pelotazo, no lo dudes, Kama Muta por todas partes y ya tienes tu primer éxito.  

La lado siniestro del Kama Muta 

Una escultura de dos personas abrazadas - Fuente: Pexels
Una escultura de dos personas abrazadas – Fuente: Pexels

Como si se tratara de uranio enriquecido que cae en “malas” manos, el supuesto potencial del Kama Muta puede volverse en contra de la comunidad, de sus miembros y de la salud mental de los mismos si cae en malas manos o se le aplica un uso siniestro. 

No solo podemos tener una inmensa colección de novelas y películas insustanciales nivel artístico y creativo que solo buscar estimular las emociones más viscerales de los consumidores de contenido con los recursos más gruesos, sino que podemos tener a toda una sociedad narcotizada por los maestros de la manipulación emocional. Y no hace falta ejemplos, ¿verdad? 

Así que, definir mejor las emociones que sentimos, es el primer paso para mejorar la salud mental de los miembros de la comunidad, pero esta gestión emocional no debe detenerse ahí: también hay que manejar adecuadamente las emociones y comprender sus mecanismos, para moderar sus consecuencias.

Porque fundamentar una actitud global y duradera en una emoción instantánea e irracional que dura unos segundos puede ser la base de gestas bellísimas o tragedias innombrables. Cuidado con lo que hacemos con el Kama Muta, el amor, la empatía, la compasión, la ternura o como queramos nombrar a estas emociones que nos hacen tan (peligrosamente) humanos y que, astutamente manejadas desde el exterior, también pueden ser un arma de manipulación masiva.



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