El efecto Stroop es una demostración de la interferencia semántica que se produce en los seres humanos al tener una lectura automatizada, lo que lleva a priorizar los estímulos procedentes de las palabras escritas antes que las formas o los colores.
Las diferentes variantes de los test de Stroop se utilizan actualmente como prueba de atención en el ámbito escolar para medir el control inhibitorio de la conducta, siendo de utilidad para la evaluación del TDAH, entre otros trastornos cognitivos y emocionales.
¿Qué es el efecto Stroop?
En 1935, el psicólogo estadounidense John Ridley Stroop publicó un estudio que partía de los ensayos psicológicos sobre interferencia o inhibición en la respuesta humana ante diferentes estímulos. En concreto, Stroop se inspira en los estudios de J.M. Cattell —uno de los primeros psicólogos en rechazar la introspección como método de análisis para concentrarse en la observación de datos visibles— en los que comprueba que se tarda menos tiempo en leer palabras que en reconocer colores: el ser humano asimila antes las palabras que los colores debido a que la lectura precisa un mayor nivel de atención.
Stroop desarrolla esas ideas realizando una serie de ensayos que tienen por objetivo estudiar este fenómeno de interferencia vinculado a los procesos de control inhibitorio. Para ello realiza una prueba en la que destaca el uso de palabras escritas con colores incongruentes. ¿Cuánto tiempo puede tardar una persona en señalar que una palabra está en color rojo aunque esté escrito ‘verde’? ¿Será capaz el sujeto de reducir sus impulsos, inhibirse de esa respuesta instintiva producto de nuestra lectura automatizada?
Stroop percibió que los sujetos de los ensayos tardaban más en contestar cuando las palabras estaban escritas en colores no concordantes debido a que tenían que inhibirse, neutralizar su proceso de lectura, casi ‘pararse a pensar’: este es el efecto Stroop.
El test de Stroop
Más de 80 años después de que John R. Stroop publicara su estudio, las pruebas de su ensayo siguen teniendo vigencia en numerosos ámbitos, especialmente el escolar, constituyendo uno de los test de atención selectiva más aplicados. El test consta de tres láminas que contienen varias columnas con elementos separados entre sí por unos 3 centímetros de distancia.
Lámina 1. Lectura de palabras
Al sujeto se le entrega una primera lámina donde se repiten de forma aleatoria las tres palabras del test, pero escritas en tinta negra: verde, azul y rojo. Se trata de una primera fase sencilla para que el individuo se concentre y comprenda el test. Se pide que se lean todos los nombres lo más rápido posible, puntuándose el número de aciertos.
Lámina 2. Denominación de colores
En esta segunda parte del test el sujeto recibe una lámina con figuras geométricas de distintos colores. Se debe decir primero el color de la figura y después el tipo de figura que es. Es decir, por ejemplo, “verde, cuadrado”, “rojo, cruz”. De nuevo, se puntúa el número de aciertos.
Lámina 3. Palabras – Colores. Estudio de la interferencia
Llegamos a la fase clave que explica el efecto de Stroop y que mide el control inhibitorio y la atención selectiva del sujeto. En esta lámina vuelven aparecer las palabras de la lámina 1 pero en colores no concordantes o incongruentes. Es decir, la palabra ‘rojo’ puede aparecer en verde y la palabra ‘azul’, en rojo. El sujeto debe decir el color en el que está impresa la palabra ignorando el significado de la misma. Se recogen los aciertos y se revisa el resultado final.
Resultados del test de Stroop
La comparación de las puntuaciones de las tres tareas evalúa en qué medida el sujeto se deja interferir por el efecto Stroop usando dos variables: el número de aciertos y el tiempo de respuesta.
Aplicaciones del efecto Stroop
Gracias a la rapidez y sencillez de este test que estudia el efecto Stroop, sus aplicaciones son diversas, desde el propio ámbito escolar para medir la comprensión y atención de los niños, además de otros trastornos más complejos, siendo también útil para evaluar las primeras fases de deterioro cognitivo de algunas enfermedades mentales.
El efecto de Stroop y el TDAH
Uno de los usos más habituales del test de Stroop es a la hora de estudiar posibles casos de TDAH. Según diversas investigaciones, el trastorno de déficit de atención con hiperactividad mostraría una anormal función del córtex prefrontal que se implica en el control de las funciones ejecutivas, incluyendo la flexibilidad cognitiva, la inhibición y la atención selectiva.
El test de Stroop se usaría en este caso para medir el funcionamiento ejecutivo y la atención selectiva. En general, una persona con TDAH mostraría una mayor interferencia a la hora de discriminar el color de la palabra en la tercera fase del test de Stroop.
El efecto Stroop y el deterioro cognitivo
El test de Stroop también puede ser de ayuda en la evaluación de enfermedades que suponen un deterioro cognitivo como el Alzheimer o la demencia. Es particularmente útil como apoyo en el diagnóstico de las primeras fases del Alzheimer ya que podría demostrar un deterioro de las funciones de la corteza prefrontal. No obstante, en las fases medias y tardías de esta enfermedad el efecto Stroop ya no se considera un indicador válido.
El efecto Stroop y los trastornos emocionales
Recientes derivaciones del efecto de Stroop han tenido interesantes repercusiones en el estudio de los trastornos emocionales. El Departamento de Psicología de la Universidad de Gales publicó un estudio que parte del efecto Stroop para estudiar diversas psicopatologías.
En concreto, los investigadores incluyeron entre palabras de significado neutro palabras asociadas a preocupaciones relevantes de la condición clínica de cada sujeto, sugiriéndose que las personas tardaban más en nombrar los colores de dichas palabras que tenían una vinculación con su estado emocional. En lugar de semántica, se trataría de una interferencia emocional, el ‘efecto Stroop emocional’.
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