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¿Psicólogo o coach personal? Cuándo elegir la mejor opción

Pese a que son profesiones que pueden compartir algunos objetivos y metodologías, la psicología y el coaching son disciplinas muy diferentes que el usuario debe distinguir.

En esencia, si tenemos un problema psicológico y/o emocional o si consideramos que podemos estar ante el inicio de una enfermedad mental, debemos acudir a un psicólogo. Si, por el contrario, buscamos una figura externa que nos motive, nos aconseje y nos ayude a conseguir unos determinados objetivos en un área concreta, el coach personal puede ser la respuesta. Os lo explicamos una forma más detallada. 

Diferencias entre el psicólogo y el coach 

Dos mujeres ante un ordenador - Fuente: Unsplash
Dos mujeres ante un ordenador – Fuente: Unsplash

Para ayudarte a encontrar el profesional que necesitas, te resumimos las principales diferencias entre ambas profesiones: 

  • Fundamento. La psicología es una ciencia del comportamiento y los procesos mentales, lo que supone que usa (o debe usar) el método científico como metodología lo que conlleva la observación sistemática, medición, experimentación, formulación, análisis y modificación de hipótesis. El coaching no es una ciencia ni se rige por el método científico, aunque pueda ser desempeñada con rigurosidad por los coaches, pero tiene un fundamento y naturaleza diferente, básicamente mejorar el rendimiento individual en un área concreta. 
  • Ámbito de aplicación. La psicología es una disciplina sociosanitaria por lo que los psicólogos son capaces de diagnosticar enfermedades y tratarlas, aunque no administran medicación, ya que no son profesionales médicos, como sí lo son los psiquiatras. Por su parte, el coaching es una disciplina asociada al desarrollo personal. Por lo tanto, el psicólogo se ocupa de tratar problemas emocionales y/o enfermedades mentales mientras que el coach se ocupa de motivar, arengar y aconsejar. No trata (ni debe tratar) enfermedades mentales. 
  • Pacientes y usuarios. La persona que acude a un psicólogo y se somete a un tratamiento específico es un paciente. Las personas que acuden a un coach no son pacientes, sino usuarios.  
  • Metodología. Pese a que ambas profesiones comparten habilidades comunicativas y expresivas debiendo “escuchar” y empatizar con los usuarios para ayudarlos, su metodología para conseguirlo es diferente. Los psicólogos usan terapia para tratar a sus pacientes mientras que la metodología del coach es más heterodoxa incluyendo diferentes actividades que tienen como fin cumplir los objetivos que el cliente se ha marcado: progresar en el trabajo, en las relaciones interpersonales, superar un bache creativo, completar un determinado proyecto, etc. 
  • Formación y profesionalidad. Un psicólogo debe seguir una formación reglada para poder ejercer estando debidamente colegiados lo que supone una garantía para el paciente, además de una seguridad legal para el mismo. El coach no tiene obligación de seguir una formación concreta, aunque sea muy aconsejable, por supuesto. Así pues, “cualquier” persona puede ejercer como coach… si consigue clientes. No obstante, esto no quiere decir que todos los psicólogos ejerzan su labor con intachable profesionalidad ni que todos los coaches sean oportunistas o embaucadores que basan su formación en haber leído medio manual de desarrollo personal. En este sentido, hay que recordar que son diversos los coaches que llegan a esta profesión procedentes de la psicología, debido también a la oportunidad laboral alternativa que ofrece esta profesión cada vez más demandada en los países occidentales.  
  • Pasado, presente y futuro. Generalmente, el psicólogo comienza su labor con un paciente tratando de comprender la trayectoria vital pasada del mismo en relación con su problema mental. Por su parte, el coach suele enfocar su labor en el presente con vistas al futuro: así, el psicólogo parte del pasado para ayudar al presente del paciente, mientras que el coach parte del presente para ayudar al futuro del cliente. 

¿Cuándo buscar un coach

Colaboración - Fuente: Unsplash
Colaboración – Fuente: Unsplash

Si bien todos podemos necesitar la ayuda de un psicólogo en un momento de nuestras vidas, independientemente de nuestro carácter y personalidad, no todas las personas precisan de un coach, al margen del momento de sus vidas en los que se encuentren o la naturaleza de sus objetivos vitales.   

En este sentido, en un mundo ideal, tu coach deberías ser tú mismo, ya que todos tenemos capacidad para motivarnos y mostrarnos el camino para conseguir nuestros objetivos fundamentales. Pero, la realidad, al menos a este lado del mundo, es otra.  

Las dudas, la incertidumbre, la falta de confianza, la presión laboral, el exceso de competitividad, las fallidas relaciones interpersonales y la deficiente gestión de las emociones, entre otros factores, conllevan que las personas se enfrenten a fases delicadas de sus vidas en las que precisan de una figura externa que recomponga sus fundamentos vitales

En ocasiones, necesitamos ayuda para conseguir un objetivo muy concreto, desde terminar de escribir una novela a desarrollar habilidades de liderazgo o gestionar el tiempo. El coach se ocupa de cimentar la confianza, la seguridad y la convicción de sus clientes. 

Así pues, si estás seguro de que no tienes un problema mental que requiera la intervención de un psicólogo, pero consideras que necesitas alguien para ayudarte a reconducir tu vida y/o alcanzar unas determinadas metas, la labor de un coach puede ser de gran ayuda. Pero, ante la duda, consulta siempre (primero) con un psicólogo que puede derivarte a un coach, si lo considera pertinente en tu caso.  



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