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Alerta por la depresión social en las regiones europeas afectadas por la descarbonización

Una investigación de 14 consorcios de 12 países liderada por la Universidade de A Coruña advierte de las implicaciones psicosociales de los procesos de despoblación y desindustrialización que acompañan a la transición energética.

Una de las torres de la central térmica de As Pontes, vista desde el cementerio del municipio. REUTERS/Miguel Vidal
Una de las torres de la central térmica de As Pontes, vista desde el cementerio del municipio. Miguel Vidal / REUTERS

La transición energética y el proceso de descarbonización para combatir el cambio climático implican la desindustrialización de muchos territorios de la UE que pueden sufrir severos procesos de despoblación, envejecimiento y depresión social si no se adoptan las medidas adecuadas para ofrecerles soluciones alternativas.

Así lo asegura una investigación de 14 consorcios de 12 países de la UE liderada por la Universidade da Coruña (UDC), que alerta además de que los mayores riesgos psicosociales los pueden padecer los colectivos más vulnerables, especialmente mayores, mujeres y migrantes.

"Hay cuestiones ambientales muy relevantes en la descarbonización de esos territorios, como la gestión de residuos o la regeneración de terrenos. Pero lo que más nos ha preocupado son las dimensiones psicológicas relacionadas con la identidad y con la desconexión de las personas con el territorio", explica Ricardo García Mira, catedrático de Psicología Social en la especialidad de Psicología Ambiental de la UDC y coordinador de la investigación.

Los expertos del proyecto, titulado Entrances, han estudiado el impacto de los procesos de descarbonización en seis regiones mineras y en otras siete de producción intensiva de CO2 en Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia, España, Francia, Italia, Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido y Rumanía. Y han encontrado patrones comunes en las consecuencias sobre sus poblaciones.

Pérdida de conexión de la población con el territorio

"En todas ellas hay un proceso de desterritorialización, en el sentido de pérdida de conexión de la comunidad con un territorio que hasta hace poco sus habitantes veían como garantía de su bienestar y de su calidad de vida, que les ofrecía buenos salarios y oportunidades profesionales, personales y familiares gracias al desarrollo económico que acompañó a la implantación de aquellas industrias", señala García Mira.

"Es evidente que ese tejido industrial tenía un impacto medioambiental muy negativo, pero las poblaciones de esas zonas veían la situación en positivo", aclara.

"No puede haber transición energética si no es una transición justa, y eso significa inclusividad"

El riesgo, según señala el catedrático de la UDC, es que a la depresión industrial que puede implicar la transición energética se sume la depresión social que conlleva la emigración derivada de la pérdida de oportunidades profesionales y, con ella, el despoblamiento, el abandono y el envejecimiento de esas zonas.

"Hay que detectar cómo afecta eso a las familias, a los grupos vulnerables, a las empresas auxiliares creadas en torno a esas industrias, pero también a la red comercial de pequeños negocios surgidos en esas zonas", añade García Mira. "No puede haber transición energética si no es una transición justa, y eso significa inclusividad".

Implicación de las administraciones locales y regionales

El estudio, financiado con tres millones de euros de los fondos Horizon del programa marco de investigación e innovación de la UE, incide también en la necesidad de diseñar alternativas propias para cada región más allá de las medidas globales generalistas que la UE o los Estados puedan poner en práctica.

El informe aboga también por implicar a las administraciones locales y regionales no sólo en el diagnóstico y la definición de los problemas particulares de cada territorio, sino en la toma de decisiones, que debería descentralizarse. "Los niveles locales y regionales deberían tener voz y capacidad para influir en la aplicación de medidas", añaden los autores.

"Un futuro sostenible de esas zonas es inseparable del bienestar de sus habitantes"

"Al abordar proactivamente los desafíos asociados con la dependencia del carbón, estas regiones pueden posicionarse para una vida más próspera y resiliente en consonancia con los esfuerzos globales para combatir el cambio climático", resume Fernando González Laxe, expresidente de la Xunta y catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidade de A Coruña, en el prólogo del documento final. "Un futuro sostenible de esas zonas es inseparable del bienestar de sus habitantes", concluye.

La investigación también ha sido coordinada por el experto hindú Nachatter Singh Garha, como investigador asociado, y por la coordinadora del Grupo de Investigación Persona-Ambiente de la UAC y profesora de esa universidad Cristina García Fontán.

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