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Vecinos de Malasaña: "Almeida quiere barrer todo lo que sea participación ciudadana y movimiento vecinal"

Un tribunal anula la orden del Ayuntamiento de Madrid de retirar la cesión a los vecinos del barrio del espacio participativo de la Casa del Cura. "Han intentado echarnos por todos los medios posibles", asegura Inma Castro, miembro de la junta directiva de la asociación vecinal que gestiona el espacio, donde también hay una despensa solidaria.

Casa del cura
Entrada principal a la Casa del Cura, en el madrileño barrio de Malasaña. Archivo / EUROPA PRESS

El Ayuntamiento de Madrid, con su alcalde José Luis Martínez-Almeida a la cabeza, ha sufrido un serio revés en su guerra abierta contra los movimientos vecinales y la participación ciudadana después de que el juzgado de lo contencioso-administrativo número 10 de Madrid haya anulado la decisión del Consistorio de retirar la cesión del espacio urbano conocido como la Casa del Cura, ubicado en la conocida Plaza del 2 de mayo, a la Asociación de Vecinos de Malasaña, Universidad y Centro.

La sentencia judicial es "un gran alivio y una gran victoria" para los vecinos de Malasaña que habían presentado el recurso ante los tribunales y también para las 38 colectivos sociales y ciudadanos que participan en el proyecto Haciendo barrio y que tienen en la Casa del Cura su sede y su espacio para realizar todo tipo de actividades sociales, culturales y comunitarias, explica Inma Castro, miembro de la junta directiva de la asociación vecinal del castizo barrio de Malasaña, quien cuenta a Público el "acoso" que están sufriendo los vecinos por parte del Ayuntamiento: "Desde el mismo momento que Almeida llegó a la Alcaldía ha intentado echarnos por todos los medios posibles".

De hecho, esta última sentencia ser suma a las otras dos que ha habido desde que en 2020 este contencioso pasó a los tribunales. Es más, este triunfo vecinal aún no es definitivo porque la sentencia es recurrible. El concejal de distrito Centro, José Fernández (PP) dijo en su momento que el Ayuntamiento no recurriría más a los tribunales aunque la sentencia fuera desfavorable a sus intereses. Sin embargo, el medio Somos Malasaña adelanta que el Consistorio madrileño sí va a a recurrir finalmente la sentencia.

La guerra se presume larga. El Ayuntamiento quiere que los vecinos y las otras asociaciones desalojen el edificio para construir, dicen, unas oficinas de los Servicios Sociales. El espacio vecinal alerta en cambio de que si cerrara la Casa del Cura "se dejaría sin espacio a la despensa solidaria de alimentos que ayuda a más de 90 familias de Malasaña", además de eliminar actividades culturales y de clausurar "un lugar donde colectivos y AMPAS de colegios del barrio pueden reunirse".

Inma Castro recuerda que en marzo de 2019 –"de conformidad con la legislación vigente", remarca–, el anterior equipo de gobierno municipal encabezado por Manuel Carmena cedió el inmueble de la Casa del Cura a la asociación de vecinos del barrio de Malasaña. Empezaron entonces unas obras de acondicionamiento del ascensor que misteriosamente se alargaron hasta febrero de 2020. A partir de ahí todo empezó a torcerse y el Ayuntamiento empezó a presionar para desalojar a los vecinos.

"Terminadas las obras, íbamos a tener una reunión con Ayuntamiento para cooordinarnos y acceder al inmueble, pero dos días antes de esa reunión nos enteramos por la prensa de que el concejal de Centro revocaba la cesión. Dos días después nos lo confirmaron de viva voz, pero a nosotros no se nos notificó nada formalmente así que entramos en el edificio porque seguíamos teniendo la cesión. Desde entonces el Ayuntamiento ha intentado desalojarnos; incluso les pillamos in fraganti intentando cambiar la cerradura de la puerta de entrada", resume la representante vecinal a Público.

La cesión de la Casa del Cura vence en marzo de 2023 y Castro, realista, es consciente de que entonces los vecinos tendrán que salir del inmueble, aunque no van a renunciar a su derecho de solicitar la renovación de la licencia. "El Ayuntamiento de Madrid ya ha demostrado cuál es su intención, no sólo con la Casa del Cura, sino también con otros espacios autogestionados: barrer todo lo que sea participación ciudadana y movimiento vecinal. Es un poco obsesivo", sostiene Inma Castro, quien se muestra estupefacta ante este acoso y derribo a los movimientos vecinales: "Todos los locales que ha ido cerrando el Ayuntamiento están ahí vacíos, parados e infrautilizados. El Ayuntamiento no tiene ningún proyecto alternativo, su único objetivo es barrerlo todo", concluye Inma Castro.

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