Tras el levantamiento de las restricciones, la violencia de género volvió a crecer hasta niveles previos a la pandemia, que durante el confinamiento había  descendido por la dificultad de denunciar las agresiones. Este aumento ha venido acompañado de un crecimiento del negacionismo de la violencia machista entre los jóvenes -uno de cada cinco cree que es un invento ideológico-, a la par que el informe No es amor  muestra la  normalización de la violencia de género entre las adolescentes. 

El último informe del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ ha apuntado que el tercer trimestre de 2021 ha sido el año con más sentencias condenatorias, -ocho de cada diez- lo que supone un nuevo máximo histórico. No solo crecen las condenas, sino también las víctimas y las denuncias, las cuales han aumentado más del 5% en comparación con el año anterior.

Entre julio y septiembre de este año, las víctimas por violencia de género fueron 43.830, un 5,58% más que en el mismo trimestre de 2020 y una cifra muy cercana a la del tercer trimestre de 2019, en el que sumaron 43.349. De esta forma, la tasa de víctimas de violencia machista ha crecido un punto, hasta los 18,2 por cada 10.000 mujeres.

Pese a este aumento, las solicitudes de órdenes de protección en los juzgados de violencia sobre la mujer experimentaron en el tercer trimestre un descenso del 3,89%. En la mitad de los casos, la víctima mantenía una relación afectiva con el agresor en el momento de solicitar la orden de protección, una proporción que se mantiene prácticamente inalterada en los últimos años.

Por otra parte, el número de denuncias también ha crecido hasta las 45.091, un 5,22% más que en el mismo trimestre de 2020, en el que fueron 42.854. La mayoría de las veces, un 73,22% del total, las propias víctimas son las que toman la iniciativa de denunciar, lo que supone que sigue siendo mínimo el porcentaje de denuncias presentadas por los familiares o el entorno de la víctima, que en el periodo analizado no llegaron a dos de cada diez.