La ayuda humanitaria requerida por condiciones climáticas extremas se multiplica por ocho en dos décadas
El impacto del calentamiento global en otras crisis se hace palpable mientras la financiación para que los países pobres se adapten al cambio climático es entre cinco y diez veces inferior a lo necesario.
Jairo Vargas Martín
Madrid-Actualizado a
En los último 20 años, las necesidades de financiación para ayuda humanitaria ante crisis provocadas por condiciones meteorológicas extremas se han multiplicado por ocho. Es solo una muestra de cómo la crisis climática está recrudeciendo los efectos de algunos desastres naturales y de cómo repercute en el dinero que se destina a cubrir las necesidades básicas de las personas afectadas.
El último balance sobre la acción humanitaria en el mundo, publicado este lunes por Médicos Sin Fronteras y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), es tajante al señalar que "los efectos de la crisis climática están coadyuvando al agravamiento de fenómenos habituales como huracanes o tormentas tropicales que están aumentando su poder devastador".
Inundaciones, sequía extrema, el fenómeno del Niño y otros desastres han provocado el desplazamiento forzoso de 8,7 millones de personas en 2022, un 45% más que el año anterior. Hasta 32,6 millones de personas se encontraban desplazadas durante 2022 por este tipo de desastres.
Mientras 2023 cerrará como el año más caluroso desde que se tienen registros, la última cumbre del clima concluyó sin un compromiso para acabar definitivamente con los combustibles fósiles, responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero. El resultado es que cada vez más personas necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir por culpa del cambio climático, pero la financiación disponible para ayuda humanitaria no sigue el ritmo de las necesidades mundiales, abunda este informe.
"La COP28 nos da a entender que no hay voluntad política para desviar el rumbo que llevamos hacia una situación insostenible. Ya no son metáforas las que identifican a los refugiados medioambientales. Cada vez hay más gente que se ve obligada a irse de su territorio por el deterioro de su medio ambiente o ante el aumento de tensiones por la lucha por los recursos naturales como el agua", aseguraba Jesús A. Núñez durante la presentación del informe.
Los expertos de MSF y el IECAH apuntan a que la financiación para la adaptación al clima es "especialmente importante" para mitigar estos problemas. Orientar la Ayuda Oficial al Desarrollo a la adaptación al cambio climático y a la reducción del riesgo de desastres puede ser fundamental para apoyar la respuesta, la recuperación y la creación de resiliencia ante crisis cada vez más comunes, advierten. Sin embargo, las respuestas a estos desafíos "siguen esperando planteamientos coherentes que atiendan tanto las causas como sus consecuencias", lamenta el estudio.
Sin financiación para países menos desarrollados
"Es evidente que el compromiso internacional de 100.000 millones de dólares anuales asumido en el Acuerdo de París de 2015 – para ayudar a los países más vulnerables a los efectos del cambio climático– aún no se ha cumplido, y la financiación global de la lucha contra la crisis climática sigue siendo insuficiente", especifica el informe de estas organizaciones.
El estudio calcula que la financiación actual para la adaptación al cambio climático es entre cinco y diez veces inferior a lo necesario para preparar a los países de rentas bajas ante la aceleración de los efectos de la crisis climática.
Una financiación que todavía es menor en aquello países altamente vulnerables al cambio climático y que además atraviesan crisis humanitarias prolongadas en el tiempo. Según este estudio, estos países reciben alrededor de un dólar (menos de un euro) por habitante de los fondos multilaterales para el clima. Mientras tanto, otros países vulnerables al cambio climático que, sin embargo, no viven una crisis humanitaria prolongada llegan a recibir hasta cuatro dólares por personas de los mismo fondos.
La financiación para la reducción del riesgo de desastres, destinada a anticiparse a las catástrofes, es cada vez más esencial. Desde 2017 se han movilizado unos 13.200 millones de dólares para este fin. Sin embargo, en 2021 (el año más reciente para el que se dispone de datos) se produjo un descenso del 5%, llegando solo a 3.000 millones de dólares. De ellos, el 43 % (unos 1.300 millones de dólares) se proporcionó en forma de préstamos, explica este informe.
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