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El calor entiende de clases: los barrios vulnerables viven un infierno este verano

El poder adquisitivo, la ausencia de zonas verdes, longevidad de edificios o la mayor presencia de tráfico provocan que las zonas más humildes sean las más afectadas por las olas de calor.

Una mujer dentro de su casa en medio de una ola de calor en el barrio desfavorecido de Cañada del Real, en las afueras de Madrid, a 11 de agoosto de 2023.
Una mujer dentro de su casa en medio de una ola de calor en el barrio de Cañada del Real, en las afueras de Madrid, a 11 de agosto de 2023. Susana Vera / Reuters

Los termómetros marcan los 40ºC en las calles del barrio de San Diego, en el distrito madrileño de Puente de Vallecas. José y su familia ya no saben qué hacer para combatir el calor sofocante. "Aquí hace un calor terrible, la situación en verano es mucho más complicada que en invierno. Nosotros no tenemos calefacción, cuando hace frío ponemos más mantas y nos abrigamos, pero en verano no hay forma de soportar el calor o nos duchamos a todas horas gastando agua o hay que tener aire acondicionado, al final todo son gastos", explica.

El calor entiende de clases y con la subida de la luz la pobreza energética y las desigualdades se evidencian cada vez más. Una investigación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) sobre el impacto del calor en los barrios de la capital ha descubierto que las diferencias de temperaturas entre los barrios más humildes (como Puente de Vallecas, Usera o Carabanchel) y los más ricos pueden llegar a superar los 8ºC debido a factores como la ausencia de zonas verdes, longevidad de edificios, presencia de tráfico y, obviamente, el poder adquisitivo.

En los barrios vulnerables "el problema no es solo que no se pueda pagar las facturas del aire acondicionado, sino que directamente la mayoría de la gente no puede ni instalarlo en sus casas", comenta a Público la representante de la Asociación de Vecinos de Puente de Vallecas.

Y los pocos que lo tienen instalado se ven obligados a hacer un uso medido del aire: "Lo que hacemos en programarlo unas horas por la noche y que después se apague solo. Es la única manera en la que al menos así podemos dormir, pero durante el día no podemos permitirnos encenderlo", nos explica José, vecino de San Diego.

Desigualdad térmica en los hogares y los trabajos

Es necesario hablar de crisis climática –este julio ha sido el más cálido desde que existen registros a escala mundial– pero también hay que hablar de desigualdad social.

El calor es un indicador de pobreza. No todos sufren de la misma forma las olas de calor que azotan el país. Para empezar, una familia obrera que viva en un piso pequeño, mal aislado y sin apenas zonas verdes no va a poder refugiarse de las altas temperaturas de la misma forma que aquellas que cuenten con una casa climatizada y con jardín. La misma desigualdad térmica que se repite cuando un trabajador acude a la obra o, por el contrario, se dirige a una oficina con aire acondicionado.

"El verano es la peor época del año. Me gustaría poder permitirme unas vacaciones con mi familia, pero tengo que estar subido a un andamio en plena tarde a más de 30ºC, es horrible. La única solución es estar bebiendo agua y refrescándote todo el rato", explica un obrero anónimo.

En la actualidad, las cifras de pobreza energética están alcanzando máximos históricos: un 17% de los hogares no pueden mantener una temperatura adecuada (tanto en verano como en invierno), lo que se traduce en más de ocho millones de personas, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona. Además, España fue el segundo país de toda Europa por muertes atribuibles al calor durante el verano del 2022: 11.324, solo por detrás de Italia (18.010), país con más habitantes.

ONGs presentan medidas a los partidos políticos

"Para las personas vulnerables el verano es mucho más complicado que el invierno porque es mucho más difícil combatir el calor. También para nosotros a la hora de ayudarles, porque tiene mucho más que ver con el mal aislamiento de las viviendas. Mientras que el frío se puede intentar cerrar mejor las ventanas, poner alfombras, mantas, cortinas, pero con el calor nada de eso sirve. Más allá del asesoramiento para optimizar el uso del ventilador es complicado crear programas específicos", explican desde la ONG Socaire, que trabaja para ayudar a aquellas personas que se encuentren en situación de pobreza energética.

Por ello, son tan importantes las medidas gubernamentales para solventar esta gran problemática, que estará en aumento en los próximos tiempos debido a la crisis climática.

Una veintena de organizaciones, entre las que se encuentra Alianza contra la Pobreza Energética (APE), han organizado una serie de reuniones con los principales partidos políticos –PSOE, PP y Sumar– para presentarles "cinco medidas clave" para luchar contra la pobreza energética.

Incluyen la prohibición de los cortes de agua, luz y gas en los hogares que se encuentran en situación de vulnerabilidad y la creación de un plan para afrontar la deuda acumulada durante la moratoria de cortes que lleva aplicándose desde marzo de 2020. Asimismo, denuncian que el bono social eléctrico debería contar con mejores condiciones, porque "aunque mucha gente tiene derecho a él, una gran cantidad no se están beneficiando de esta ayuda debido al infierno burocrático que le supone. Nosotros proponemos que se automatice el bono para garantizar que todo el mundo pueda acceder a él.", explican desde APE a Público.

Otra de las demandas que trasladaron a los partidos es la creación de una tarifa social progresiva, "un mecanismo con el que pagar en función de los ingresos de la familia. En la organización siempre nos encontramos con gente que quiere pagar sus facturas de la luz, pero tienen que pagar algo que sea acorde a sus ingresos". De esta forma, el sistema iría incrementando el IVA y los costes regulados de forma proporcional a la potencia contratada.

En cuanto a la respuesta recibida por parte de los partidos en las respectivas reuniones, "el representante del PP que vino a la reunión tenía un desconocimiento total de esta problemática", explica la portavoz de la ONG. "De hecho, el programa del PP busca retroceder en los derechos alcanzados, plantean una reforma del bono social que sería dar pasos atrás, una de sus propuestas es unir el bono eléctrico y el térmico".

Por su parte, el PSOE consideran que "fue bastante ambiguo a la hora de comprometerse con algunas de las medidas, pero sí que dejó claro que si conseguían finalmente gobernar no iban a dar marcha atrás en los derechos que ya se habían adquirido".

Mientras que con Sumar han notado que "hubo mucha predisposición, mostraron apoyo a nuestras protestas y, de hecho, su programa electoral incluye dos de nuestras medidas clave: la automatización del bono y la creación de la tarifa social".

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