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Cambio de hora 2023: ¿Qué día hay que cambiar el reloj para entrar en el horario de invierno?

Los relojes se reajustan dos veces al año con el objetivo de adaptar las horas de luz solar con la jornada laboral y ahorrar energía.

Un hombre cambia las manecillas de un reloj a las 3 horas, en Madrid
Un hombre cambia las manecillas de un reloj, en una imagen de archivo. Jesús Hellín / Europa Press

El otoño llegó el pasado 23 de septiembre, aunque las bajas temperaturas no se hicieron notar hasta casi un mes después. Ahora la temporada otoñal está cada día más marcada y las horas de luz ya se empiezan a reducir. Cada vez se aproxima más el invierno, lo que significa que el habitual cambio de hora está más cerca.

El último fin de semana de octubre es todos los años una fecha señalada en el calendario de los ciudadanos españoles: toca retrasar los relojes una hora. Este año el horario de invierno en España comenzará en la madrugada del sábado 28 de octubre al domingo 29 de octubre. De esta forma, cuando el reloj marque las tres de la mañana, serán las dos de la mañana. Y, por lo tanto, amanecerá una hora antes y anochecerá también una hora antes.

Un cambio de horario que se realiza desde 1918 en España y que siguen los países europeos mediante la Directiva 2000/84 del Parlamento y Consejo Europeo, donde se establece que el período de la hora de verano terminará en todos los Estados miembros a la una de la madrugada, hora universal, del último domingo de octubre.

En este caso se ganará una hora más de sueño o de vida nocturna, para los más animados, por lo que el día durará 25 horas. Aunque la mayoría de los dispositivos electrónicos hacen el cambio de manera automática, siempre se recomienda a la ciudadanía estar atenta para hacer posibles cambios manuales y no perderse ninguna cita.

Los relojes se reajustan dos veces al año con el objetivo de adaptar las horas de luz solar con la jornada laboral, para así ahorrar energía y gastar la menor luz posible.

En los primeros días tras el reajuste de horarios muchas personas ven afectado su reloj biológico, sobre todo aquellas personas con unas rutinas muy marcadas. Por lo que pueden sufrir de insomnio, falta de concentración, irritabilidad o bajo estado de ánimo y cansancio.

Debido a estos efectos en la salud de las personas, los países de la UE
llevan debatiendo durante años quedarse con uno de los dos horarios, o bien el de verano o el de invierno, para no someter a la población a estos cambios. De momento no se ha llegado a un acuerdo, por lo que se seguirá manteniendo el cambio de hora al menos hasta 2026.

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