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Campesinos Cuando la mujer sostiene el campesinado

La fotoperiodista Judit Prat recoge en una exposición un trabajo de dos años en Mozambique, Yemén, Sudan del Sur, México y EEUU con el que denuncia "los conflictos que asolan a la tierra y las violaciones de derechos humanos a los campesinos", un escenario en el que la figura femenina resulta fundamental.

Joaneta Nguinha, presidenta de la Asociación de Mujeres Campesinas 7 de abril, prepara la comida para ella y su marido enfermo en su casa de Marracuene (Mozambique) al llegar a casa tras finalizar el trabajo en el campo. JUDITH PRAT
Joaneta Nguinha, presidenta de la Asociación de Mujeres Campesinas 7 de abril, prepara la comida para ella y su marido enfermo en su casa de Marracuene (Mozambique) al llegar a casa tras finalizar el trabajo en el campo. JUDIT PRAT

"Matria incluye una mirada especial a la mujer campesina, motor y alma de la agricultura familiar en todo el mundo. La agricultura es un sector altamente feminizado, pero, como en tantos otros, la mujer tiene problemas añadidos a los de quienes trabajan la tierra", explica la fotoperiodista y documentalista Judit Prat, que ha dedicado dos años a recorrer zonas de México, Estados Unidos, Yemen, Sudán del Sur y Mozambique para documentar "los conflictos que asolan a la tierra y las violaciones de derechos humanos a los campesinos".

Ese trabajo ha quedado recogido en una exposición de 66 fotografías que, antes de iniciar un periplo de dos años por salas y festivales de España y de otros países, se muestra desde el 8 de julio en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza. Iba a permanecer hasta el domingo 30, pero el éxito de la convocatoria ha llevado al Gobierno de Aragón a prorrogarla hasta el 13 de septiembre: 2.229 visitas, 162 de ellas guiadas (se conciertan aquí (direccionmpabloserrano@aragon.es), en tres semanas de canícula y en una ciudad en fase dos dan idea del atractivo de la propuesta. En cuya edición y diseño han colaborado, respectivamente, María Man y Susana Blasco.

"Ha sido un reto. Es mi trabajo más personal pero también el más ambicioso, tanto en el proceso como después, a la hora de pensar en cómo montarlo, en ordenar todo el material para que se entendiera", explica Prat, cuyo currículo incluye trabajos sobre las minas de coltán en el Congo y la extracción de petróleo en el Níger, sobre conflictos como los de Yemen y Kurdistán y sobre la crisis humanitaria de los refugiados sirios, con frecuencia con una mirada específica sobre la mujer, que ocupa el papel central en sus acercamientos a la violencia de Boko Haram en Nigeria o los feminicidios de Ciudad Juárez.

Matria tuvo mucho de vuelta al origen para la fotoperiodista, natural de Altorricón (Huesca), para quien esos dos años fueron como "estar constantemente en contacto con mi familia, con los paisajes de mi infancia. Ha sido un viaje de conexión con lo que yo soy. He ido a lugares que no conocía, pero era como estar en casa. El círculo era la Matria, y eso me hacía sentir cómoda y saber cómo me movía".

¿Qué es Matria?

¿Pero qué es Matria? La palabra no viene en el diccionario de la RAE, algo que tampoco acaba de sorprender en un glosario que carece de entrada para Pangea y para coronavirus, pero la fotógrafa no tiene dudas sobre su significado: "Matria es el reconocimiento de la tierra como única patria, esa patria global para todos y para todas".

El componente personal añadió más complejidad a la que el proyecto ya entrañaba en sí mismo, ya que "no habla solo de los campesinos y del mundo rural, sino también de quién produce los alimentos y cómo se producen".

Al final, halló la guía en la Declaración de los Derechos de los Campesinos de la ONU, cuya asamblea debatió durante trece años ese pronunciamiento "ante la virulencia de las violaciones de los derechos humanos que sufre el campesinado" en muchas partes del mundo.

El salario de un trabajador agrícola que recoge té en Gurúè (Mozambique) depende de los kilos de té que recolecta y nunca supera los dos euros diarios. JUDIT PRAT
El salario de un trabajador agrícola que recoge té en Gurúè (Mozambique) depende de los kilos de té que recolecta y nunca supera los dos euros diarios. JUDIT PRAT

Los campesinos "son un tercio de la población mundial, a la que alimentan, y a pesar de eso el 80% de las personas que sufren hambre y pobreza en el mundo viven en zonas rurales", explica la fotoperiodista, cuyas imágenes denuncian los procesos de acaparamiento de tierras y de expulsión de la población local.

"Eso se da con mucha violencia en África, por ejemplo", explica, donde "los poderes locales ponen el territorio en bandeja a las estructuras del agronegocio con fórmulas muy opacas en lugar de potenciar la producción local y ecológica, que es la que puede garantizar la soberanía y la seguridad alimentarias".

"Hay modelos cooperativos que están logrando cambios"

La mujer juega en la Matria un rol nuclear que se contrapone a ese modelo de agroindustria. "La exposición habla de cómo las mujeres se están organizando en cooperativas en todo el mundo, impulsando la producción agroecológica y recuperando semillas autóctonas", señala.

Esa estructura, añade, "les permite no solo defenderse del modelo neoliberal de la agroindustria y de la gran minería, sino de otros usos sociales de sus entornos. Ellas trabajan la tierra, pero quien comercializa sus productos y se queda el dinero son muchas veces los maridos. Hay modelos cooperativos que están consiguiendo cambiarlo".

Tres de las lacras que denuncia esa declaración de la ONU son algunos de los ejes de Matria: los efectos de la guerra en el mundo rural, la situación de los trabajadores agrícolas transfronterizos y el acaparamiento de tierras por la agroindustria con el consiguiente desplazamiento de campesinos.

La fotoperiodista, cuyo proyecto contó con la colaboración de Vía Campesina Internacional y con el apoyo de una beca Leonardo de la Fundación BBVA y de la Consejería de Cultura de Aragón, dedica específicamente otro apartado al feminismo y la agroecología, y a los planteamientos que proponen ante esas problemáticas.

"Partimos del cuidado a la tierra frente a la explotación"

Ese es el cuarto eje del proyecto, en el que fotografías y textos narran "las alternativas que el campesinado ofrece frente al agronegocio", las cuales "pasan por la vuelta a la agricultura familiar en un marco de soberanía alimentaria y por la agroecología, y eso pasa también por fortalecer las estructuras de producción que están creando las mujeres. En África la mayor parte de las productoras son mujeres, y la mujer está muy presente en lo que propone la comunidad internacional campesina".

También los cuidados está presentes en Matria, en este caso con una visión más amplia de la que suele dárseles. "Partimos del cuidado a la tierra frente a la explotación", señala Prat, para quien "ese es el primer cuidado que hay que plantearse cuando hablamos de esto: un cultivo respetuoso con la tierra que incluye aspectos como la recuperación de las semillas autóctonas. Eso forma parte de los cuidados".

La situación de la mujer en el mundo rural español no difiere mucho de la que se da en otros países. "En esencia es muy parecido: las mujeres se han dedicado a la agricultura y han tenido un peso específico, pero están invisibilizadas, como ocurre en tantos otros ámbitos", indica. "Cuando vas al campo ellas están trabajando, pero cuando vas a las estructuras, como los sindicatos de riegos o las cooperativas, no están", añade.

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