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Deporte fememino El despido de la portera del Espanyol pone sobre la mesa la precariedad del fútbol femenino y la inexistencia de un convenio

A pesar de que en febrero pasado se hizo pública la firma de un convenio colectivo para el fútbol femenino, éste documento nunca llegó a publicarse en el Boletín Oficial del Estado. Según las expertas esto supone que el acuerdo es un sólo un contrato privado entre las partes y que los clubes no lo cumplen. 

Mariajo Pons
Mariajo Pons, exportera del Espanyol

No es el único caso, pero pocas veces las jugadoras de fútbol se atreven a denunciar públicamente los problemas laborales que sufren con sus equipos. En juego suelen estar sus carreras y la posibilidad de que sean fichadas nuevamente por otro club. Por eso es llamativa la denuncia que realizó Mariajo Pons, portera del Espanyol hasta hace pocos días, en sus redes sociales y en medios de comunicación. Tras una lesión no resuelta, el club le rescinde el contrato e incumple el acuerdo verbal que había alcanzado con ella para mantenerla la próxima temporada.

La jugadora denuncia que tras una lesión en una de sus manos en octubre de 2019, que no parecía particularmente grave, el club la presionó para "acortar los tiempos" de recuperación y que debido a esto la lesión empeoró y precisa de una compleja operación. Tras problemas en la rehabilitación, ahora el club le ha comunicado su despido. Con 36 años y tras 20 temporadas en el fútbol competitivo, Pons afirma que "lo que queremos son unos derechos mínimos. Que estas cosas tan precarias no pasen. ¿Dónde quedan las jugadoras? ¿Quién se hace cargo de todo esto? Estamos muy desprotegidas", afirmó este martes a la Cadena Ser.

En febrero pasado se anunció a bombo y platillo la firma de un convenio colectivo para el fútbol femenino. Tras semanas de huelga de partidos como medida de presión por parte de las jugadoras, parecía que por fin se había alcanzado un acuerdo de mínimos que podía llamarse convenio. Esta firma fue calificada como "hito histórico". Pero dicho documento ha quedado hasta ahora en papel mojado y en una serie de compromisos que los clubes no cumplen.

Tal como explica Arantxa Uría, abogada y asesora legal de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP), el convenio colectivo del fútbol femenino nunca llegó a publicarse en el Boletín Oficial del Estado, requisito fundamental para que sea considerado como tal. Desencuentros entre los sindicatos firmantes dejaron el documento en stand by. Firmado, sí, pero sin vigencia.

"Han vendido que el convenio colectivo está firmado. Pero no es cierto. Se llegó a un acuerdo y las partes que habían estado presentes en las reuniones de trabajo lo firmaron. Pero para que el convenio exista y sea vigente tiene que haberse publicado en el BOE. A fecha de hoy sigue sin estar publicado porque uno de los sindicatos que lo firmaron lo impugno ante la autoridad laboral por contenía cláusulas que no se ajustaban a la legalidad vigente."

Esta no publicación en el BOE, explica esta experta, deja el documento como un acuerdo privado entre particulares, lo que supone que ante vicisitudes, accidentes o problemas, la única solución posible es que la jugadora vaya a los tribunales ordinarios, como cualquier ciudadano que tiene un conflicto con un contrato privado. "No existe convenio colectivo que las proteja. Las jugadoras siguen sin derechos laborales por mucho que quieran decir lo contrario, afirma Uría".

Tamara Ramos del sindicato FutbolistasOn ligados a UGT, reafirma el hecho de que si el convenio firmado no se publica en el boletín oficial, no pasa de ser un acuerdo privado, un contrato entre partes. El conflicto, explica, surgió por la insistencia de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para incluir una cláusula de votación en el convenio que FutbolistasOn entiende que es ilegal y no se ajusta a derecho. 

Ramos afirma que aunque no se haya publicado, el documento está firmado y debería ser de obligado cumplimiento por las partes, "y el Espanyol está en el grupo de equipos que forma parte de la asociación que firmó el convenio (a la que no pertenecen el Atlético de Madrid, el Real Madrid, y el Barcelona)".

Pero esta sindicalista no sólo resalta un problema de forma, sino también de contenido. "El artículo 33 del convenio colectivo que habla de la incapacidad hay que cambiarlo, porque sólo cubre casos de muerte o de incapacidad absoluta", por lo que un caso como del de Pons quedan fuera del acuerdo. Esta experta apunta a que esta cláusula no es sólo un problema en el convenio del fútbol femenino, sino que también figura así en el convenio de fútbol masculino. "Pero pocos se atreven a criticar a los clubes por miedo a no poder jugar. Las futbolistas son más valientes. Dan más la cara porque y es fácil enfrentarse al club que te tiene que contratar". 

Tal como apunta Uría, la desprotección de las jugadoras no es sólo laboral, que te despidan. "En el caso de Pons, supone que ella deberá correr con todos los gastos médicos para curarse por su cuenta y pagarse la operación de la mano. Se desentienden de los gastos médicos cuando deberían tener contratado un seguro". "La desprotección es total", añade esta abogada. "El de Pons se trata de un caso sangrante de lesión, pero tenemos muchos casos de chicas a las que el club la despide sin más, sin ninguna explicación ni indemnizaciones. Esto está pasando todo el tiempo, pero pocas se atreven a denunciarlo".

La firma del acuerdo se realizó un mes antes del inicio del estado de alarma, y ha estado parado desde entonces. Ahora toca retomarlo y acabar lo que se acordó en febrero, confirman las fuentes consultadas. "La firma del convenio no supuso ningún hito histórico, tal como se vendió y nos queda mucho por avanzar", concluye Ramos.

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