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Familias Badalona La odisea de diez familias sin un techo abandonadas por Albiol

Once meses después del derribo del edificio del Passatge de la Torre por la aluminosis, diez familias siguen sin casa en Badalona. Tras la negativa del Ayuntamiento a pagarles el alojamiento a partir de la llegada a la alcaldía del popular Xavier García Albiol, apuran los últimos días en la Masia Po Canyadó, la solución provisional del anterior gobierno municipal, y exigen no quedarse en la calle.

la Masia Po Canyadó donde estan viviendo algunas de las familias del bloque demolido. /Bru Aguiló
La Masia Po Canyadó donde están viviendo algunas de las familias del bloque demolido. /Bru Aguiló

Montse L. Cucarella

Dentro de una semana se cumplirá un año del desalojo de las diez familias que vivían en el número 16 del Passatge de la Torre, en Badalona. El riesgo de derrumbe del bloque por culpa de la aluminosis aconsejó el colapso forzado del inmueble y, desde aquel 28 de octubre de 2019, las familias siguen sin disponer de una vivienda definitiva. Tras dos noches en un albergue creado para este tipo de urgencias, el Ayuntamiento de Badalona costeó el alojamiento de las familias en hostales y pensiones. Algunas de ellas, tras unos meses, fueron trasladadas a apartamentos sociales en municipios del entorno. Pero la mala noticia les llegó la última semana del mes de septiembre: el día 30 deberían abandonar, de nuevo, el lugar en el que estaban viviendo de forma temporal. El gobierno de Xavier García Albiol (PP) había decidido dejar de costearles el alojamiento.

"Las ayudas no pueden ser eternas", aseguraba el alcalde de Badalona. "Hace 11 meses que pagamos los gastos de alojamiento, ropa, comida y transporte a estas familias", añadía. El popular detallaba que el Consistorio había destinado 350.000 euros a los afectados del Passatge de la Torre y que ahora eran ellos los que tenían que buscarse los recursos. "Hay mucha gente esperando ayudas económicas en la ciudad", justificaba Garcia Albiol.

Con el apoyo de entidades sociales de la ciudad y de los grupos de la oposición en bloque, las familias salieron a la calle a reclamar que no les dejaran en la calle. De poco sirvió. De un día para otro se encontraron sin un techo bajo el que dormir. Como protesta –y sin tener alternativas–, algunas de las familias decidieron acampar en la plaza ubicada frente a las oficinas municipales de El Viver de Badalona.

Desesperación de los afectados

Mohammed Chentoue (Moha) tiene 20 años y vivía de alquiler con su padre en el Passatge de la Torre. A principios de octubre se quedó sin trabajo y durante todo este tiempo ha estado buscando una vivienda de alquiler en Badalona. Sin éxito. "Sabíamos que nos teníamos que buscar algo, pero no nos decían cuándo tendríamos que dejar el hostal", relata Moha, que asegura que también ha buscado piso en otras ciudades. "Pero me piden nóminas exageradas y un contrato indefinido. Mi padre no está capacitado para trabajar y yo tengo 20 años. ¿Cómo voy a tener un contrato indefinido?", se pregunta el joven.

Abdelouahab Akkouh vivía en el Passatge de la Torre con su mujer y sus hijos. Pagaban el alquiler, pero el propietario dejó de sufragar el coste de la hipoteca y el piso se lo quedó el banco. El Gobierno municipal le acusa de ocupar ilegalmente la vivienda, pero Abdelouahab insiste en que él pagaba regularmente los gastos. Tras el derrumbe, a él y a su familia les trasladaron a un apartamento en Santa Coloma de Gramenet, de donde tuvieron que marcharse tras la decisión del ayuntamiento. "Cuando ven nuestro nombre y apellido, no nos quieren alquilar un piso", lamenta Abdelouahab. Hace unos meses perdió su trabajo y teme por el futuro de su familia.

Moha y Abdelouahab son dos de los cuatro hombres que decidieron instalarse en la Plaça de l'Assemblea de Catalunya durmiendo en una tienda de campaña. Los demás pudieron alojarse de nuevo en hostales, costeados por las entidades sociales y por Guanyem Badalona en Comú durante los días que duró la ardua negociación con el Ayuntamiento. Una de ellas es Sfia El Yousoufi, de 60 años. Es viuda y tiene tres hijos, mayores de edad. "Mi piso estaba nuevo y lo he perdido todo", recuerda Sfia, casi un año después del derrumbe del edificio. Ella también estaba alojada en un hostal hasta que tuvo que abandonarlo.

Las familias afectadas en el Passatge de la Torre no han sido las únicas que han reclamado una vivienda digna. A ellas se han sumado dos casos más, los vecinos de un edificio en la calle Calderón de la Barca y otro en Pintor Rosales. Han sufrido situaciones similares al vivir en un bloque con deficiencias. Adil Gni vivía en un piso de la calle Pintor Rosales con su mujer y sus hijos y también acampó como protesta. "Gracias a gente solidaria, nuestra familia ha podido dormir bajo un techo, pero estamos muy cansados", relataba tras pasar la primera noche a la intemperie. Allí pasaron ocho noches seguidas mientras seguían las negociaciones con el Ayuntamiento.

Dos manifestaciones de unas 200 personas, varias entidades sociales apoyándoles y ofreciéndoles ropa, comida y alojamiento, y la unión de todos los grupos municipales de la oposición en el Consistorio surtieron efecto: consiguieron que el gobierno municipal rectificara y buscara una alternativa, otra vez temporal, para estas familias.

Nuevo alojamiento provisional

La idea inicial del gobierno de García Albiol fue alojarlos en un bloque en el barrio de La Salut destinado a personas sin techo, pero las condiciones del inmueble no permitían el alojamiento inmediato. Los días pasaban y la presión aumentaba. Mientras Ayuntamiento y Generalitat se acusaban mutuamente de ser los culpables de no ofrecer una solución definitiva a estos vecinos, surgía la posibilidad de un traslado. Durante 15 días, las familias con hijos podrían instalarse en una casa de colonias, la Masia Po Canyadó de Sant Fost, propiedad de la Fundació Pere Tarrés. Las familias sin menores a cargo podrían realojarse en Can Bofí Vell, un edificio también destinado a personas que duermen en la calle. En Can Bofí Vell podrían alojarse Moha y Sfia, al no tener hijos. Solo Sfia pasó una noche allí, y no ha vuelto. Aseguran que no es un sitio donde vivir en condiciones. "Nunca en mi vida he sentido tanta tristeza. Al que me ha mandado allí, no voy a perdonarle nunca", decía entre sollozos Sfia.

A pesar del triunfo de las entidades sociales, el desgaste de los ocho días de negociaciones y la dura situación de las familias hacen difícil encontrar una valoración positiva del asunto. "Estamos muy decepcionados, porque ha sido un menosprecio hacia familias que se han quedado en la calle", lamenta Carles Sagués, portavoz de la Plataforma Sant Roc Som Badalona, una de las que más ayuda y asesoramiento ha ofrecido a los afectados. Sagués se ha desplazado cada día a ver a los acampados, se ha ofrecido a acompañarlos a los servicios sociales y, desde que están alojados de nuevo, les ha visitado para seguir el proceso. Y es que esto no termina aquí. "Lo que esperamos es una solución definitiva para que estas familias dispongan de un alquiler en condiciones", reclama el activista.

Coincide exactamente con la visión de los miembros de los grupos de la oposición en el Ayuntamiento, que han forzado juntas de portavoces extraordinarias en varias ocasiones para reclamar al alcalde una solución. "Es una absoluta vergüenza lo que el alcalde ha hecho con estas familias", asegura la exalcaldesa de Badalona y presidenta del grupo municipal de Guanyem Badalona en Comú, Dolors Sabater. Gracias al "bote común", en el que depositan parte de su sueldo los concejales de Guanyem, se ha costeado el alojamiento de las familias durante los ocho días de periplo. "Exigimos a Albiol que deje de criminalizar a las familias y cree una mesa de trabajo para que podamos analizar caso por caso", pide Sabater.

Pero la solución definitiva aún sigue en manos de la comisión formada por la Generalitat y el Ayuntamiento de Badalona. Este sábado se cumplen los 15 días de plazo, cuando, de nuevo, deberán abandonar el lugar donde están alojados. Al cierre de esta edición todavía no se había tomado ninguna decisión sobre el futuro de esas familias. Los servicios sociales siguen analizando cada caso. "Ellos [el Ayuntamiento] ha creado el conflicto y ellos tienen que resolverlo", asegura Carles Sagués. Desde la Plataforma Sant Roc Som Badalona exigen "que se cumpla con la segunda parte del acuerdo y encuentren una salida definitiva para las familias".

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