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La gerontóloga Lourdes Bermejo denuncia el desinterés de las comunidades autónomas por las residencias

La experta en intervención social analiza la situación de los centros de mayores y destaca la importancia de poner el foco en los derechos de los mayores a disfrutar tanto de la comida como de su día a día.

Varios ancianos sentados en un banco de la Gran Vía durante el segundo día de confinamiento perimetral por la crisis del Covid-19, en Logroño, La Rioja, (España), a 24 de octubre de 2020.
Varios mayores sentados en un banco de la Gran Vía, en Logroño, La Rioja (Archivo). Europa Press

El estado de las residencias de mayores en España ha abierto numerosos debates en todos los rincones del país. Fotos sobre la mala calidad de las comidas, infraestructuras deterioradas, falta de material higiénico y personal han sido algunas de las carencias que tanto trabajadores como familiares de personas que necesitan cuidados en centros de mayores han denunciado en reiteradas ocasiones.

En una entrevista con Público, Lourdes Bermejogerontóloga con más de 25 años de experiencia en el sector, indica algunas de las claves para atender algunas limitaciones de la atención a los mayores en la actualidad, así como de quién, a su juicio, es responsabilidad que esta situación mejore.

La experta en intervención social denuncia que la calidad y la atención en los centros de mayores "no puede ser un asunto del que la Administración se desentienda", y llama a las 17 comunidades autónomas a implicarse de lleno en los derechos de los mayores a vivir dignamente y a disfrutar de la vida durante todas sus etapas. "Sean residencias públicas, concertadas o privadas, nadie debe mirar hacia otro lado cuando procedan indebidamente. Se trata de tratar a las personas con dignidad y atenderlas conforme a sus necesidades", asevera.

Bermejo compara el funcionamiento de los centros de mayores con el de los comedores comunitarios y "aboga por una organización que se ajuste a las necesidades y gustos de todas las personas". "Hay residencias malísimas, donde no se cuida la calidad de la materia prima, la elaboración, la cantidad o la presentación. Pero por suerte son una minoría", añade la gerontóloga.

Lourdes Bermejo: "Hay residencias malísimas, pero por suerte son una minoría"

Familias y asociaciones han señalado abusos y dejaciones a mayores en residencias en diferentes comunidades, aunque donde más casos se han detectado es en las grandes capitales, como Madrid. Entre las causas se encuentra, por un lado, el coste de la vida, que es mucho mayor en comparación con zonas más rurales; y la inversión, pues es la comunidad donde se firman los contratos más bajos para financiar los menús.

Durante su conversación con este medio, Bermejo muestra preocupación por el estado de alarma que puede llegar a generar el hecho de que las administraciones competentes no sancionen ni intervengan estos centros con malas prácticas. Lamenta que el dudoso servicio de unos pocos opaque el enorme esfuerzo que realizan la gran mayoría de los profesionales por cuidar a los mayores en todo el país.

Lourdes Bermejo: "En ocasiones la falta de medios impide a los trabajadores ofrecer el servicio que desearían"

Además, la especialista pone de relieve la enorme variabilidad en el espectro de las residencias, donde se puede encontrar "desde centros en los que nadie comería, hasta equipos con mucho cariño y una forma de cuidar excepcional". Insiste en que son precisamente esos lugares hacia los que se debe mirar y, sobre todo, dotar de financiación para que no decaigan y continúen mejorando la calidad y esfuerzo en la asistencia que prestan.

"Además de la voluntad de las direcciones de los centros, para dar bien de comer hacen falta recursos", advierte. La especialista hace referencia a los ínfimos conciertos que ofrecen muchas administraciones para gestionar los centros y asegura que, a pesar de que los trabajadores hacen todo lo posible por generar espacios cómodos y afables, "en ocasiones la falta de medios les impide ofrecer el servicio que desearían".

Así, la gerontóloga, muy crítica con los contratos a la baja, se pregunta cómo pretenden los gobiernos que las residencias puedan ofrecer servicios de calidad si tras la debacle económica que supuso la pandemia y la creciente inflación el presupuesto sigue siendo el mismo: "La calefacción, la luz, los alimentos frescos, el material, la formación para los trabajadores han sido recortados en múltiples centros porque pocas regiones han dado más fondos".

Incentivar las buenas prácticas

Aunque es consciente de que todavía queda mucho por hacer, empezando por redactar una regulación rigurosa y actualizada a los tiempos que corren, Bermejo reivindica las propuestas para mejorar el día a día de los mayores que han prosperado. Afirma, de acuerdo con su experiencia profesional, que cada vez hay más posibilidad de cooperación entre mayores, familiares y gestores de las residencias para hacer de la vejez una etapa a disfrutar.

Destaca la creación de órganos de participación "por los cuales los residentes dicen si les gusta o no les gusta la forma de preparación de las comidas", que cuentan con todas las personas que puedan ser capaces de manifestar su opinión verbalmente. Además del diseño de menús con alimentos frescos, cero procesados, y adaptados a las necesidades nutricionales de cada cual. 

Lourdes Bermejo: "Cada vez hay más posibilidad de hacer de la vejez una etapa a disfrutar"

"Hay centros donde incluso se están practicando nuevas técnicas con texturizados para que tengan un aspecto agradable y que aquellos que no pueden masticar bien, mantengan una alimentación correcta", expresa Bermejo, en contraposición con otras residencias "donde muchos mayores se van a la cama sin cenar porque no les gusta lo que hay". Justamente para darle la vuelta a estas situaciones, la gerontóloga apuesta, aparte de la financiación, por visibilizar las buenas prácticas: "Es sorprendente que todavía no exista un estudio para saber qué tanto por ciento de las residencias son de buena calidad y cuáles no".

Bermejo explica que el cambio de rumbo en los derechos y atención a los mayores depende de múltiples factores, si bien señala a los gobiernos y administraciones como punto de partida: "Se requiere un fuerte compromiso para mejorar la formación de los inspectores de residencias, que en última instancia son quienes deben controlar que el servicio sea el deseado".

Asimismo, llama a las familias a señalar todo lo que deba mejorarse en la cotidianidad asistencial. Sospecha que será la mejor manera de que en el futuro, cuando quienes estén en residencias sean los jóvenes de hoy, la adaptabilidad sea óptima: "Ningún reglamento establece nada sobre vegetarianos o veganos, por ejemplo, estaría bien empezar a introducir cuestiones como estas con el fin de que todos los gustos y voluntades sean respetadas".

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