El Ministerio de Asuntos Exteriores ha pedido formalmente a Marruecos que vete a los ciudadanos senegaleses sin visado para, así, impedir que suban a sus aviones con escala en España. Con esta medida, el Gobierno aspira a cortar el flujo de migrantes que ha provocado una verdadera crisis en las salas de inadmitidos del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas.

Desde hace varias semanas, más de 400 personas viven hacinadas a la espera de una respuesta a su solicitud de asilo. Una situación que ha sido denunciada por el Defensor del Pueblo, que ha advertido de que "se podría estar sometiendo presuntamente a estas personas a un trato degradante menoscabando su integridad moral". Sin camas suficientes para todos, ni sillas o mesas, entre duchas averiadas, sin teléfono para comunicarse y comiendo en el suelo, estas personas permanecen allí durante un tiempo indefinido en condiciones devastadoras.

El gabinete que dirige Fernando Grande-Marlaska ha calificado estas escalas de "fraudulentas", al entender que los pasajeros aprovechan la parada para quedarse en España, según ha adelantado la Cadena Ser. El Gobierno busca poner trabas a aquellos senegaleses que no figuren visado Schengen concedidos en al menos los dos años anteriores al viaje, según se especifica en el escrito de la diplomacia española.

La Embajada de España en Rabat ha solicitado a las autoridades marroquíes que mantengan esta medida "hasta la entrada en vigor de la obligatoriedad del visado de tránsito aeroportuario para los titulares de dichos pasaportes, prevista para el próximo 19 de febrero". De esta forma, Interior externaliza a Marruecos el control de estos migrantes anticipando una normativa que todavía no ha entrado en vigor.