Este artículo se publicó hace 2 años.
Grupos animalistas reclaman en Madrid la paralización de un experimento con perros en Vivotecnia
Según denuncian, la Universitat de Barcelona ha contratado los servicios de la firma de evaluación de medicamentos mediante una licitación pública por valor de 255.648 euros para testar un fármaco en cachorros de beagle.
La localidad de Tres Cantos ha congregado este domingo a un grupo de personas para reclamar la paralización de un experimento con 38 cachorros beagle. Un ensayo encargado por la Universitat de Barcelona al laboratorio de la firma Vivotecnia.
Isabel Varela, portavoz de animales Felinos 3C, entidad convocante, ha tildado la experimentación de "maltrato animal" y "malas praxis". Los animalistas han procedido a leer un manifiesto explicando la situación e informando a los presentes de unas prácticas que –según ellos– derivarán en el sacrificio de los animales al cabo de tres meses.
Según denuncian los animalistas, la Universitat de Barcelona, a través de Parque Científico, ha contratado los servicios de Vivotecnia mediante una licitación pública por valor de 255.648 euros para testar un fármaco en cachorros de beagle.
"El contrato como tal es que será un experimento de 28 días de toxicología, se hará con el 50% de los cachorros hasta que mueran, con vómitos o sangrados y sin cuidados paliativos, y con el otro 50% con una dosis normal, que hará reacción", ha lamentado Varela, que también ha dado por supuesto que los animales serán "sacrificados todos".
Se trata de un ensayo que, según las entidades denunciantes, consiste en proveer a los perros de un fármaco para calcular la dosis exacta para acabar con la vida de la mitad de ellos y, una vez finalizadas las pruebas, se sacrificarán todos los animales para llevar a cabo necropsias.
En abril del año pasado, la Comunidad de Madrid suspendió la actividad de Vivotecnia después de que la organización Cruelty Free Internacional denunciara maltrato animal en su laboratorio. A raíz de la denuncia, se realizó una inspección y se pudo constatar indicios de abusos y malas prácticas en los experimentos.
La suspensión temporal fue levantada por la Comunidad de Madrid dos meses después, tras comprobar que el laboratorio había implementado las medidas solicitadas, como cámaras de seguridad y un equipo veterinario destinado a redactar informes sobre al situación de los animales.
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