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¿Por qué es importante saber que Chopin era homosexual?

Una reciente investigación aireada por una radio suiza en torno a las cartas del compositor a varios hombres, enfada a Polonia y vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de reconocer a referentes LGTBI para crear sociedades más inclusivas.

Chopin
Frédéric Chopin. Dibujo

Polonia, uno de los países más homófobos de la UE está en shock desde que hace uno días la radio suiza SRF emitiera un programa que sostenía que uno de sus ídolos nacionales, Frédéric Chopin, en realidad era gay. La información, difundida por el periodista musical Mortiz Weber, se basaba en una serie de cartas que el compositor polaco escribió a lo largo de su vida con un claro contenido sexual y erótico y que iban dirigidas a diversos hombres.

Esta visión no sólo contradice lo que los niños polacos y del mundo entero estudian en sus libros de texto, sino lo que han divulgado todos sus biógrafos a lo largo de la historia. Difícilmente exista sobre la tierra alguien que no conozca su relación sentimental con Amantine Aurore Lucile Dupin, más conocida como George Sand. Pero muy pocos podrían citar algunos de sus posibles amantes varones o, al menos aquellos depositarios de sus deseos sexuales a quienes iban dirigidas sus misivas. Weber afirmó en el programa que según su investigación, diversos biógrafos habrían cambiado los pronombres masculinos de las cartas por otro femeninos para minimizar, probablemente de forma intencionada, cualquier evidencia de las relaciones de Chopin con los hombres.

Aunque sorprenda, no es la primera vez que se hace un análisis de las cartas ni de las evidencias que demuestran que Chopin pudo tener relaciones homosexuales. Hace ya una década, el historiador y musicólogo mallorquín Antoni Pizá, que trabaja en el Graduate Center de la Universidad de Nueva York (CUNY), afirmaba que "a pesar de que Chopin buscaba la compañía de las niñas, su primer amor fue un muchacho [Titus Wociechowski]". "Las cartas de Chopin a Titus no pueden ser más claras: 'Te quiero besar' le dice en incontables ocasiones. 'Te quiero besar con todo mi corazón sobre tus labios si me dejas'", escribe Pizá. Y, tal como afirma este investigador, llega a ser más directo: "Tú eres lo único que amo".

¿Era Chopin homosexual? Se pregunta Pizá. Y se responde "Sí y no". "En todo caso no era débil ni asexuado, como se lo ha presentado" y que probablemente de haber vivido en otra época no hubiera reprimido sus instintos, afirma su escrito.

¿Pero por qué es importante saber si Chopin era o no homosexual? Pizá comienza a dar algunas pistas en su estudio. Explica que frecuentemente se afirma que la vida sexual de un artista no tiene ningún impacto en su obra y que por tanto se trata de una cuestión personal y privada que  mejor no remover. "Sin embargo, a Chopin la historia lo ha desexualizado. Haciéndolo pasar por un ser asexual se redefine a Chopin como un ser inofensivo, apto para todos los públicos". "No hay duda que una de las  formas principales a través de las que se ha neutralizado la figura de Chopin es a través de su sexualidad, ya sea tapándola o inventándola", afirma Pizá. 

"Nuestra identidad sexual no tiene por qué influir en nuestras posibilidades laborales, profesionales, académicas o en cuanto a la conciliación familiar. Pero el caso es que se presupone que somos heterosexuales. Eso es suficiente para introducir un abismo de desigualdad. La heterosexualidad se presupone. La homosexualidad te señala", afirma a Público Carlos Fernández Liria, profesor titular Filosofía Universidad Complutense de Madrid.

Siempre que sobre alguna personalidad se afirma que no importan sus preferencias sexuales, que se trata una cuestión privada, es porque son homosexuales o en su historia ha tenido relaciones con personas de su mismo sexo. La heterosexualidad nunca es privada. De hecho es muy pública. Se expresa abiertamente en las conversaciones más cotidianas, en los relatos sobre las vacaciones, en los comentarios sobre los hijos e hijas, en las fotos que se comparten... Estos detalles, imperceptibles para muchos heterosexuales, son a menudo una losa para una gran mayoría de personas LGTBI.

"Cuando una persona esconde su orientación sexual es porque tiene miedo. Miedo a la agresión que puede sufrir por parte de la sociedad, en su trabajo e incluso en su familia. Y tiene miedo, también, porque ha crecido con la ida de que su orientación sexual es un insulto en la sociedad. Por tanto es difícil que pueda hacerla pública. Por eso es importante que tengan referentes en su vida cotidiana que hagan pública su homosexualidad o bisexualidad y que les den esa idea de respeto a la diversidad humana. Es muy difícil en un trabajo o en la escuela salir del armario si lo que oyes son comentarios homófobos a tu alrededor. Incluso si llevas oyéndolos en tu propia familia desde que eres pequeño. Es difícil, además, educar en el respeto a la diversidad a la niñas y a los niños cuando la sociedad insulta por ser homosexual", afirma Marian Morenos, experta en coeducación.

Polonia hoy es uno de los países mas homófobos de a Unión Europea y del mundo. El Gobierno de ultraderecha de Andrzej Duda ha espoleado los sentimientos de odio hacia la población LGTB y ha permitido, e incluso alentado, la expansión de las llamadas zonas libres LGTB, territorios autodeclarados donde no existe la homosexualidad y que ya cubren un tercio del país en donde gais y lesbianas viven aterrorizados y amenazados. El poderoso líder y exprimer ministro, Jaroslaw Kacznski, ha afirmado que las personas LGTB "amenazan al estado polaco". Estas tendencias  han llevado a que Polonia sea el peor país de la UE para los derechos LGTBQ por la organización europea ILGA, que monitorea el cumplimiento de los derechos humanos de este colectivo.

Pero no hay que irse tan lejos ni tan a la derecha para conocer los efectos que la falta de referentes LGTBI y la ocultación de la diversidad provocan en una sociedad. 

Un estudio reciente realizado en 16 empresas y ocho universidades de España y Portugal, revelaba que el 72% de las personas LGTB se meten en el armario cada día en su puesto de trabajo, por miedo a ser objeto de burlas, comentarios negativos e incluso a no poder progresar en la empresa. 

Según el estudio, este repliegue o temor a hablar abiertamente sobre su orientación sexual, sobre su vida cotidiana, imposibilita a muchas personas LGTB a solicitar o pedir medidas de conciliación por temor a tener que descubrir su homosexualidad o a apartarse de los círculos en los que se deciden mejoras y promociones.

Esta constante de evitar hablar de temas relevantes de su visa social, sus aficiones, sus afectos o su familia "imposibilita un desarrollo personal en libertad y perjudica el desarrollo profesional, pues además de no poder disfrutar de ciertos derechos laborales, la personas enfrentan más dificultades para poder comprometerse con la empresa y realizarse profesionalmente", apunta el estudio.

"Una de las claves para que la sociedad avance y se reconozca nuestra realidad y nuestros derechos es que necesitamos referentes LGTBI en el arte, en la cultura, en la política y en otros ámbitos sociales. Durante muchos años se ha obviado y ocultado la orientación sexual de muchas autoras y autores de la literatura, de la música o de la pintura, porque ser lesbiana, gay, bisexual o tans resta en  una sociedad que no acepta la diversidad y que entiende la realidad desde la norma de la heterosexualidad", afirma Toño Abad, responsable confederal de UGT LGTBI.

"Sólo se nos valida como profesionales en el empleo o en la creación si somos heterosexuales. Y es vital que se estudie desde la escuela que Chopin, Lorca, Frida Kahlo, o Virginia Wolf eran gais, lesbianas o bisexuales. Los referentes LGTBI construyen expectativas de vida, de talento y de ilusión en los menores y nos facilitan la  vida y a inclusión en el futuro", concluye Abad.

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