Este artículo se publicó hace 4 años.
'Isaías', un huracán prematuro que anuncia un año con casi el doble de temporales que la media
Predicciones de la Universidad de Colorado hablan de que 2020 podría tener 20 tormentas con nombre, nueve huracanes y cuatro huracanes de fuerza 3 o más. Una cifra elevada si se tiene en cuenta que el promedio anual se sitúa en 12 tormentas con nombre, seis huracanes y tres grandes huracanes.
Alejandro Tena
Madrid-
La llegada del temporal Isaías viene a confirmar que 2020 va a ser un año de récords climáticos. Tanto es así que, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, se ha convertido en la tormenta tropical empezada por la letra «I» más temprana de la historia, superando la marca de Irene, que comenzó a azotar las Antillas menores el 7 de agosto de 2005. No sólo eso, sino que Isaías –convertido en Huracán de categoría 1– ha llegado antes que cualquier tormenta tropical con «H», tal y como informa el meteorólogo Bob Henson.
Todo ello no es fortuito, sino que es consecuencia directa de los cambios en el clima y, sobre todo, de como el calentamiento del planeta propicia que se intensifique el número de fenómenos extremos. Según explica la NASA, las temperaturas "anormalmente cálidas" del océano junto a "una potencial La Niña" han propiciado un escenario idóneo para que los huracanes que se produzcan este año superen la media.
La prematura llegada de Isaías viene a confirmar los pronósticos realizados hace unas semanas por la Universidad de Colorado, que estima que en este 2020 se producirán 20 tormentas con nombre, nueve huracanes y cuatro huracanes de fuerza 3 o más. Unos datos que casi duplican la media anual estos temporales extremos, situada, según los académicos, en 12 tormentas con nombre, seis huracanes y tres grandes huracanes.
En el gráfico realizado por el Observatorio de la Tierra de la NASA, la línea marrón representa el promedio de ciclones tropicales por día que ha habido entre 1970 y 2017. La parte sombreada representa, en la parte alta, el récord máximo de huracanes y, en la baja, el mínimo de huracanes. De esta forma, se puede ver que la cifra actual de temporales que se han desarrollado en 2020 está muy por encima del promedio.
"Estamos en una temporada donde el medio ambiente es propicio para la formación de tormentas desde el principio. Esas condiciones favorables a menudo persisten durante toda la temporada", ha valorado Jim Kossin, científico atmosférico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Desde la Universidad de Colorado señalan que las estimaciones sobre el posible aumento de los huracanes se basa en un modelo estadístico muy dinámico, por lo que hay posibilidades de que la predicción falle. Además, los autores del informe ponen sobre la mesa la baja probabilidad de que dichos ciclones alcancen a tocar tierra más allá a algunas áreas costeras de los Estados Unidos.
Las temperaturas elevadas del océano, normalmente por encima de los 27 º C ,se convierten en el escenario ideal para que temporales extremos como Isaías se formen. No en vano, una publicación del Observatorio de la Tierra de la NASA pone sobre la mesa la importancia que pueden tener las numerosas tormentas de polvo del Sahara que han acontecido durante 2020, que transportan aire seco por el Atlántico e impiden que se desarrollen los temporales.
"Incluso cuando los océanos son muy cálidos y favorables para la formación de tormentas, las intrusiones de aire seco y el aire polvoriento del Sahara pueden evitar que se formen huracanes", ha explicado Kossin.
Tim Hall, investigador de huracanes en el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, en un comunicado, explicaba que en julio ya hubo "eventos que suprimieron una mayor intensificación de las tormentas tropicales". Esto sin embargo, no significa que esos fenómenos de aire seco "sigan extendiéndose en agosto y septiembre", tal y como señala el experto, que señala como las temperaturas cálidas del océano hacen de Las Antillas un territorio propenso a un mayor desarrollo de tormentas tropicales. De hecho, las previsiones de Phil Klotzbach, meteorólogo de la Universidad Estatal de Colorado, estiman que la cantidad de aire seco y polvo africano disminuya a mediados de agosto, por lo que la presencia de huracanes parece estar más que garantizada.
Tal y como señalaba la Organización Mundial de Meteorología en la pasada Cumbre del Clima, la crisis climática está propiciando que las temperaturas del mar asciendan cada vez más para dar pie a un incremento de los fenómenos meteorológicos extremos. Quizá este incremento de los temporales sea una evidencia más de cómo la crisis climática está haciendo de la tierra un lugar inhóspito.
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