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Una jueza reconoce que tocar el culo es abuso sexual y condena a un hombre a pagar 3.200 euros 

El fallo judicial se produce contra el criterio de la Fiscalía, que consideró que la palmada en el culo sin consentimiento había sido "un toque fugaz".

Una mujer grita durante una marcha y batukada feminista en el CIE de Aluche, en Madrid (España), a 5 de marzo de 2021.
Una mujer grita durante una marcha y batukada feminista en el CIE de Aluche, en Madrid (España), a 5 de marzo de 2021. Eduardo Rubio / Europa Press

Tocar el culo a una mujer es un delito de abuso sexual. Así lo ha reconocido el juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra al condenar a un hombre a 18 meses de multa, a razón de seis euros al día. En el fallo judicial, al que ha tenido acceso Europa Press, se explica que la mujer "no prestó su consentimiento al acto de tocamiento de glúteos, lo cual era conocido por el hombre, ya que se ejecutó encontrándose la denunciante de espaldas".

La jueza Julia Monteagudo Limeres ha sido la firmante del fallo judicial que se produce pese a que la Fiscalía se opuso en la instrucción y en la propia vista del juicio a esta consideración del delito.

Pese a que la sentencia pena la actuación del principal acusado, la defensa de la víctima se muestra disconforme y ya ha pedido una aclaración del fallo judicial, ya que para uno de los testigos que comparecieron en la vista, un guardia civil, pidió que se le dedujese testimonio por "mentir" en su declaración de la vista oral, con imputación por delito de falso testimonio, con apertura de diligencias previas.

La jueza absuelve al segundo de los varones juzgados, en este caso, por supuestas coacciones y amenazas

En la propia vista la letrada de la víctima alertó de posible "falso testimonio" de este hombre, presente en el pub en el que la mujer fue agredida sexualmente por un hombre en presencia de varios amigos. La sentencia no resuelve sobre esta cuestión, de ahí la petición de aclaración.

Al margen de la condena de multa para el principal acusado, la jueza absuelve al segundo de los varones juzgados, en este caso, por supuestas coacciones y amenazas a la joven después de la agresión, algo con lo que la defensa de la víctima también se muestra disconforme y por eso estudiará recurrir el fallo judicial.  En este sentido, la defensa sostiene que se "ve con claridad" en las imágenes, que se han visionado en el juicio, como se "encara" hacia la víctima, que denunció las coacciones y amenazas para que se fuera y no llamase por teléfono a la policía. La defensa de la víctima también desacredita que no se declare ningún tipo de responsabilidad civil al no entender que haya "perjuicio" alguno.

La Fiscalía consideró que se trató de "un toque fugaz"

Los hechos ocurrieron en un reservado de un pub de Pontevedra en la madrugada del 24 de febrero del 2019, en presencia de 15 hombres de un equipo de fútbol que manifestaron que venían de una cena. En este sentido, la defensa trató de demostrar que se trató de evidenciar una "coacción en grupo" que la jueza, sin embargo, no ha estimado.

La Fiscalía sostuvo que existía un atentado contra la dignidad de la víctima y reprochó la actitud del acusado de abuso sexual y ahora condenado, pero no se sumó a la petición de condena al considerar que se trató de "un toque fugaz".

La víctima relató que después del tocamiento se originó un "ambiente de burla" y se sintió "humillada y vejada"

Según relató la denunciante, estaba hablando con unas amigas dentro del local y, cuando fueron a hacerse una foto en grupo, una persona le dio "una palmada en el culo".   Durante el juicio, la denunciante relató que después de su reacción ante el tocamiento se originó un "ambiente de burla" hacia ella, por lo que se sintió "humillada y vejada".

  Mientras, la abogada de la denunciante insistió en el carácter sexual de la agresión después del visionado de las cámaras de seguridad. "La miraban como un objeto de deseo y se animaban entre ellos a tocarle el culo", denunció.

La denunciante es guardia civil y en aquella época estaba en prácticas. En un momento de la discusión, alguien le avisó de que se encontraba un teniente coronel en el grupo y, según se recogió en el juicio, la invitaron a irse y a que cejase en su empeño de identificar al que le tocó el culo porque de lo contrario "iba a tener problemas".

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