Lamar Johnson ha sido liberado después de pasar casi 30 años en la cárcel por un crimen que no cometió. Después de escuchar el fallo del jurado de Misuri, este hombre estadounidense se ha visto visiblemente emocionado tras conocer que volvía a ser libre a sus 50 años.

Este hombre fue condenado en 1994 por el asesinato de Marcus Boyd. Por entonces, las autoridades señalaron que el crimen se produjo por un ajuste de cuentas por un tema de drogas. Johnson siempre ha defendido que se encontraba con su pareja, Erika Barrow, a mucha distancia de donde ocurrieron los hechos.

La fiscal del distrito de St. Louis (Misuri), Kim Gardner, presentó un recurso el pasado agosto, tras realizar una investigación en la que corroboraba la inocencia de Johnson. "Hoy los tribunales corrigieron un error" al anular la sentencia de este hombre "después de su condena injusta″, ha señalado la fiscal en un comunicado.

Este caso pegó un vuelco después de conocerse nuevos testimonios sobre el asesinato de Boyd. James Howard, quien actualmente cumple cadena perpetua, aseguró que él y un segundo sospechoso, Phil Campbell, fueron los autores materiales del crimen. Howard explicó que disparó a este individuo varias veces, como un ajuste de cuentas por deberle dinero por venta de drogas. 

Howard y Campbell firmaron declaraciones en las que reconocían el crimen y afirmaban que Johnson no estaba implicado. Además, ha sido clave que uno de los testigos iniciales del caso, James Gregory Elking, se haya retractado de su declaración.

Elking declaró que el día de los hechos fue a comprar crack a la casa de la víctima y vio a dos personas con pasamontañas (Howard y Campbell), que fueron las encargadas de perpetrar el crimen. Por aquel entonces, el detective Joseph Nickerson presionó al testigo con dinero para que le diera un nombre. Es en este punto donde el nombre de Johnson apareció como implicado. "Me ha estado atormentando", recalcó Elking por mandar a este inocente a la cárcel.