La DANA de València fue un 12% más intensa por la crisis climática
Un informe realizado por expertos indica que el calentamiento global, provocado por la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, ha reducido a diez años la frecuencia de estos desastres.

Alacant-
La devastadora DANA del 29 de octubre de 2024 en la provincia de València fue un 12% más intensa a causa del calentamiento global provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera, inducidos por el hombre.
Esta es una de las principales conclusiones de un informe con el título Las lluvias extremas aumentan en el sureste de España a medida que las emisiones de combustibles fósiles calientan el clima, publicado por la World Weather Attribution, un foro de colaboración de científicos expertos en el impacto de la crisis climática.
En él se expone que la DANA que golpeó València y que causó 229 fallecidos (el número más alto de víctimas mortales por inundación en Europa desde 1967) fue un 12% más intensa y el doble de probable que en un periodo preindustrial, cuando esta zona del planeta estaba 1,3 grados centígrados menos caliente porque no se habían emitido a la atmósfera la ingente cantidad de gases de efecto invernadero durante los últimos dos siglos.
El estudio recuerda que existe la evidencia científica de que una atmósfera más cálida puede retener más humedad, lo que según la ecuación de Clausius-Clapeyron, conlleva que un grado centígrado de calentamiento implica un aumento en la capacidad de almacenaje de vapor de agua del 7%, y por tanto un aumento en agua disponible para las precipitaciones.
Eventos extremos que se repiten cada menos tiempo
Esta situación provoca que si la media de un evento de estas características era uno cada 20 años, ahora pase a uno cada diez con, además, episodios copiosos, como ocurrió hace doce en meses en Chiva, donde se recogieron más de 400 litros por metro cuadrado en menos de 24 horas.
Los expertos han concluido que las inundaciones de los últimos años en Alemania, Bélgica y, más recientemente, en València "ponen de relieve la urgente necesidad de mejorar los sistemas de alerta y acción temprana, vitales para garantizar que las personas no corran peligro".
"Implementar medidas de gestión de inundaciones, como la restauración de humedales, y redoblar los esfuerzos para abordar las vulnerabilidades sociales y proteger mejor a las comunidades de bajos ingresos y minoritarias, con mayor riesgo de sufrir inundaciones, también reducirá el coste humano", según el trabajo.
Abrir los ojos a los escépticos de la crisis climática
El profesor de Matemática Aplicada e Ingeniería Espacial de la Universidad de Alacant (UA) y divulgador sobre la crisis climática David García ha manifestado a EFE que la DANA de València es un ejemplo más para abrir los ojos a todos aquellos que se desentienden del creciente efecto invernadero pensando "a mí no me pilla".
Este desastre se suma a otros episodios extremos con víctimas mortales relacionados directamente con la crisis climática, como la ola de calor en Europa en 2003 que produjo la muerte de más de 70.000 personas. Dicha ola de calor fue el doble de probable que pasara entonces que en un mundo preindustrial.
Otro ejemplo ocurrió en septiembre y octubre de 2024 cuando los huracanes Helene y Milton asolaron el Golfo de México y provocaron la evacuación de 7 millones de personas.
Según García, se ha calculado que un huracán de la intensidad de Helene pasaba una vez cada 130 años en un mundo preindustrial y ahora se espera que suceda una vez cada 53 años, menos de la mitad de tiempo.

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