El próximo 22 de diciembre se celebrará el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad en el que están en juego unos 2.520 millones de euros entre los 172 millones de décimos que se emiten. Unos boletos que se llevan repartiendo desde el 5 de julio -fecha fijada para su venta- en las administraciones que tiene el Estado repartidas por todo el país. La más conocida es Doña Manolita, ubicada en la calle del Carmen número 22, entre la Puerta del Sol y la Plaza de Callao en Madrid.

Una administración que abrió sus puertas en el año 1904. Sus largas colas, de entre 25 minutos y una hora, suelen llegar hasta Gran Vía o dan incluso la vuelta a la manzana de los edificios colindantes. También es conocida porque ha repartido hasta en 76 ocasiones el premio Gordo de la Lotería de Navidad.

En su interior aguarda los números que con ilusión recoge la gente, en estos días, pasando frío en la calle. Unos décimos que tienen un precio de 20 euros en ventanilla, salvo en algunos bares, restaurantes, comercios, entidades sociales o hermandades donde se pueden encontrar por 22 euros. Estas dos últimas lo suelen cobrar a modo de donación.

Si todavía no ha comprado el suyo, aún tiene tiempo para hacerlo. El último día para hacerlo in situ en la administración es el 21 de diciembre a las 20.00 horas. Aunque debe saber que la página web de Loterías y Apuestas del Estado le brinda una última oportunidad para adquirirlo hasta las 22.00 horas de ese mismo día.

Mejor día y hora para ir a Doña Manolita

La administración más conocida de España tiene un horario cerrado de 9.00 horas de la mañana hasta las 21.00 horas de la noche. La encargada del establecimiento, Concha Corona, asegura que "la franja horaria recomendable para adquirir un décimo de la Lotería de Navidad es al mediodía". Otra franja que recomienda es a partir de las 18.00 horas porque al anochecer la gente tiende a marcharse.

Sin embargo, Corona elige "los domingos" como el mejor día para adquirir un número de Lotería de Navidad. Aunque precisa que "es muy complicado atreverse a dar una hora concreta" porque se acercan fechas festivas y cada vez hay más gente.