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Los países empobrecidos exigen el compromiso de los ricos para afrontar las pérdidas por la crisis climática

Los dos primeros días de Cumbre del Clima (COP27) revelan que los países del Sur Global, los más vulnerables al cambio climático, pondrán todo su empeño en arrancar un compromiso de financiación de las potencias más contaminantes y ricas.

Vista general de uno de los primeros plenarios de la Cumbre del Clima de Sharm el Sheikh (COP27).
Vista general de uno de los primeros plenarios de la Cumbre del Clima de Sharm el Sheikh (COP27). Mohammed Salem / Reuters

Sólo han pasado dos días y las posiciones ya están fijas en la Cumbre del Clima de Sharm el Sheikh (COP27). El debate sobre la forma en la que los países empobrecidos, los que menos han contribuido al calentamiento del planeta, financiarán las pérdidas por la crisis climática está siendo la clave de todos los plenarios e intervenciones. El Sur Global, naciones en desarrollo, consideran que, para ellos, ya no hay demasiado margen: la crisis climática está asolando sus economías y necesitan el apoyo del Norte para salir adelante

Las naciones ricas prometieron en 2009 que iban a poner, antes de 2020, un fondo de 100.000 millones de dólares para financiar la adaptación al cambio climático de los países más vulnerables. Ese dinero no llegó, se quedó en 82.000 millones. El pasado reciente no ha permitido asentar bases sólidas para un clima de confianza y, ahora, las regiones en desarrollo exigen un compromiso firme que eleve las subvenciones y la cooperación de las superpotencias en dos direcciones: los fondos de adaptación y las finanzas sobre pérdidas y daños.

Esta idea ha quedado claro en las sesiones plenarias de los dos primeros días, en las cuales cada dirigente ha dispuesto los intereses que defenderá, en representación de su país, durante las negociaciones de la COP27. "África contribuye con menos del 3% de la contaminación responsable del cambio climático, pero es la región más afectada por la crisis. Es justo y adecuado que esta conferencia tome las medidas necesarias para reconocer las necesidades y circunstancias especiales de África", remarcó William Ruto, presidente de Kenia, en su intervención.

"Nuestra capacidad de acceder a coches eléctricos o a paneles fotovoltaicos está limitada por los países del Norte"

Mucho más contundente ha sido la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, cuyo territorio insular podría quedar engullido por el mar si los polos prosiguen si declive. "Vengo de una pequeña isla que tiene una gran ambición y no puede cumplirla porque la industria global no deja de poner obstáculos. Nuestra capacidad de acceder a coches eléctricos, a baterías o a paneles fotovoltaicos está limitada por los países que tienen una presencia dominante y pueden producir por sí mismos. Pero el sur sigue estando a merced del norte en estas cuestiones", dijo la líder caribeña, que también apuntó directamente contra el sector fósil, para quien pidió, al igual que la ONU, un gravamen especial: "¿Cómo es posible que las empresas obtengan 200.000 millones de dólares en ganancias en los últimos tres meses y no esperen contribuir con al menos 10 centavos por cada dólar de ganancias a un fondo para pérdidas y daños?".

En la misma línea han ido las intervenciones de otros países en desarrollo, como Colombia, cuyo presidente, Gustavo Petro, exigió un acuerdo para dejar atrás el petróleo y el resto de combustibles fósiles. También han movido ficha Bangladesh, Ghana, Maldivas y Sri Lanka. Ante la impasividad habitual de los países industrializados, han lanzado sus propios "planes de prosperidad" este martes, para tratar de hacer lo que puedan y adaptarse a un escenario de crisis climática que podría generar pérdidas económicas, con inundaciones o sequías, de hasta 40.000 millones de dólares para 2030. 

"Tanto la adaptación como las pérdidas y daños son temas importantes en esta COP y es necesario aumentar la financiación en ambos casos. Tener un punto en la agenda sobre finanzas de pérdidas y daños es histórico, muestra progreso y envía una fuerte señal política, pero es solo un primer paso. En los próximos días, será importante ver cuáles son las expectativas de los países para el futuro del Glasgow Dialogue, cómo deben movilizarse los fundos y qué quieren que se logre hasta 2024. En cuanto a la adaptación, los países desarrollados deben cumplir su compromiso de Glasgow de duplicar la financiación de la adaptación para 2024", explica a Público Caroline Cecilio, asesora de políticas de riesgo y resiliencia del think tank climático EG3.

Movimientos en los países desarrollados

Las exigencias de las regiones más expuestas al cambio climático están empezando a ser escuchadas. En estos dos primeros días se han visto algunos movimientos que dejan lugar a la esperanza, aunque todavía quedan muchos días de inmovilismo. El primer punto clave se dio durante la primera jornada de COP2, con la inclusión en la agenda de la financiación para pérdidas. Aunque los países ricos se han prestado a debatir sobre el tema, este punto se ha añadido con la condición de que haya un margen de actuación "hasta 2024".

Colombia, Barbados y Francia han exigido cambios en las reglas de financiación climática

Este martes ha sido el presidente francés, Emmanuel Macron, quien ha tratado de dar muestra de la predisposición de su Gobierno para contribuir al cambio. Los galos han respaldado los planteamientos de la primera ministra de Barbados, con quien se han reunido para tratar de garantizar que los países del Sur reciben suficientes flujos de dinero del norte para adaptar sus economías. Junto a estos dos países, Colombia ha reclamado que el FMI, el Banco Mundial y la OCDE modifiquen las reglas de pago de deuda, de tal forma que los países afectados por la crisis climática puedan tener más facilidad para devolver los prestamos otorgados por los Estados industrializados.

La voluntad de los países ricos para aportar más dinero al Fondo Verde de Adaptación empieza a ser clara. El problema se sigue enquistando, sin embargo, en las partidas específicas que van a sufragar las pérdidas y los daños por la crisis climática. Este es un reclamo importante para países que ya no tienen margen de maniobra, es decir, regiones dónde los efectos negativos del calentamiento planetario ya son una realidad cotidiana. Pakistán es el gran ejemplo, pues sus tierras han quedado sumergidas por inundaciones históricas. Allí no ya hay economía que descarbonizar, sólo se puede reconstruir y empezar de cero.

En esta línea, los movimientos están siendo escasos, aunque hay algunos anuncios relevantes. España, por ejemplo, ha dado un paso simbólico, ya que Pedro Sánchez anunció en su intervención del lunes que agregaría 2 millones de dólares a la Red de Santiago, la herramienta creada en la Cumbre del Clima de Madrid para la financiación de pérdidas y daños. Dinamarca y Bélgica, por su parte, también han anunciado que elevaran su compromiso en la materia. Son pequeñas dinámicas que podrían acelerar el cambio de posturas de otras regiones del Norte y posibilitar un acuerdo justo en esta COP de Egipto. 

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