Este artículo se publicó hace 3 años.
La patera de NabodyNabody, otra niña llegada en patera que también pudo morir en Gran Canaria
La niña de dos años que murió días después de ser reanimada en el puerto de Arguineguín no se llama así. En la patera también viajaba una niña llamada Nabody que fue hospitalizada.
Jairo Vargas Martín
Madrid-Actualizado a
No se llamaba Nabody, pero Nabody también pudo haber muerto. De hecho, Nabody, una niña de Mali (aunque ninguna institución ni ONG pueden o quieren confirmar los datos) también estuvo hospitalizada desde que el pasado martes llegara al muelle de Arguineguín (Gran Canaria) en una patera rescatada por Salvamento Marítimo. De la niña de dos años que murió dos veces —la definitiva el pasado domingo—, no se conoce el nombre por el momento.
La primera vez que la niña murió, alguien la llamó Nabody. Fueron dos enfermeros de la Cruz Roja quienes la resucitaron en el propio muelle, cuando un tripulante de la salvamar les entregó el cuerpecito sin latido, sin respiración, que había llegado en la barca junto a otras 51 personas. Nueve eran niños y niñas, todos acabaron ingresados por hipotermia y otras dolencias tras varios días a la deriva en el Atlántico. Fue un error en esa maraña de números sin nombre y tragedias sin cámaras que se vive a diario en las islas, epicentro de la única ruta migratoria hacia Europa que aún, por imposible, no se ha bloqueado del todo. Más de 1.200 personas murieron el año pasado intentando atravesarla, según ha informado este lunes la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA). Solo la Nabody que no se llamaba así en realidad ha recibido los sentidos tuits del Gobierno de España y parte de la oposición.
"No voy a salir en más medios. Lo siento. Estos niños mueren a diario en África y es cuando lo hacen en nuestro territorio cuando son noticia". Abián Montesdeoca, pediatra del equipo del Servicio Canario de Salud que suele atender a los menores que llegan en patera, fue quien alertó del fallo en su cuenta de Twitter el domingo. Había una Nabody en la barca, también acabó en el hospital, aunque ya está fuera de peligro, al igual que su madre, que fue al Hospital Doctor Negrín. "Solo espero que no haya podido leer la prensa. No quiero ni pensarlo", comenta a Público José María Rodríguez, periodista de la agencia EFE en Las Palmas, uno de los que le atribuyó el nombre a la fallecida.
Fue consecuencia de esa equivocación que, como explicó Montesdeoca en una entrevista en la Cadena Ser, es muy normal cuando llegan varias pateras en dos días, muchas con niños que necesitan ser ingresados y cuyas madres van a otro hospital o no requieren atención. "Como los niños son demasiado pequeños para decirnos sus nombres, fue muy complicado identificarlos al principio", explica el pediatra.
Sin información oficial
No es fácil obtener información sobre las personas que se juegan la vida para buscar una mejor. Cruz Roja no ha querido hacer declaraciones ni dar información sobre esta patera cuyos 52 ocupantes llegaron en mal estado de salud en su mayoría. Tampoco el Ministerio del Interior puede o quiere precisar datos, edades, nacionalidades ni otros detalles. No está completa la filiación policial de todos los rescatados hace seis días, ya que muchos eran menores cuyas madres también fueron hospitalizadas y no pasaron por el Centro de Atención Temporal a Extranjeros (CATE), una extensión improvisada de una comisaría de Extranjería en Barrancoseco, Gran Canaria.
La fallecida viajaba con su hermana, también menor, y con su madre, que pudo despedirse de ella en el hospital
De la patera en la iba Nabody ya no queda ningún menor en la unidad de cuidados intensivos. Dos niñas han pasado por allí, la que falleció el domingo y otra que se ha recuperado y permanece en planta. Este lunes, todavía quedaba en el centro un adulto en cuidados intensivos, según el parte hospitalario, que también incide en que hay ingresados 12 niños y diez adultos rescatados de las últimas pateras que han llegado a la isla. Según confirmó EFE, la fallecida viajaba con su hermana, también menor, y con su madre, que pudo despedirse de la pequeña en el hospital.
"En esa patera llegaron tan mal que no hemos querido molestarles ni hacer preguntas todavía, pero hay que investigarla. Es un poco raro", explica a Público Helena Maleno, miembro de Caminando Fronteras, una organización que recibe las alertas de personas que se lanzan al mar en patera y avisa a los equipos de búsqueda y rescate. Era una embarcación en la viajaban, además de los menores, 29 mujeres (una de ellas embarazada) y 14 hombres. Una composición poco habitual. Tampoco está claro si es una de las pateras de las que alertaron a Salvamento Marítimo, ya que el número de personas a bordo no coincide con las que manejaba la organización, que inicialmente hablaba de 64 personas a bordo.
Salieron desde Dajla, la ciudad trampolín de migrantes por excelencia durante el pasado año, en los territorios saharauis ocupados por Marruecos. Según las primeras informaciones, pasaron cuatro o cinco días en el océano, aunque aún no hay informe policial que lo confirme. Lo que está claro es que llegaron exhaustos, incluso los tripulantes de Salvamento Marítimo pesaron que alguno de los ocupantes había perecido.
"Que esta niña haya muerto por cruzar una frontera indica varias cosas. Que son expulsados de sus territorios por las políticas neocoloniales, que llegan en malas condiciones por las políticas de externalización de fronteras, que aceptan viajar en condiciones infrahumanas por el poder que están adquiriendo las redes criminales y que sus rescates tardan más de la cuenta por el desmantelamiento de los equipos de rescate que defienden el derecho a la vida en el mar", lamenta Maleno.
"Dejar morir en las fronteras diluye la responsabilidad", denuncia Helena Maleno
"No hay palabras para describir tanto dolor. Gracias, de corazón, a quienes han luchado hasta el final por salvar su vida. Es un aldabonazo en la conciencia de todos nosotros", dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al conocerse la trágica noticia. "El sistema es tan perverso que permite que los victimarios se disocien de su responsabilidad, que sientan que están en la parte de las víctimas. Dejar morir en las fronteras diluye esa responsabilidad", concluye Maleno.
Al día siguiente de que llegara esta trágica patera, Salvamento Marítimo llevaba otra al muelle de Arguineguín. A bordo iban 50 personas de origen subsahariano: 11 menores, 19 mujeres y 20 varones. Uno de ellos llegó sin vida, no pudo resistir la travesía más peligrosa de las que tienen Europa como destino. Dentro también iba su mujer, embarazada de varios meses, según informaron los servicios de emergencia. Ya son 29 víctimas mortales en esta ruta en los que va de 2021, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). No hay constancia, pero sí la seguridad de lo que muertos, en realidad, son más. No parece que todos supongan un aldabonazo en las conciencias.
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