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Pego no quiere convertirse en el Altsasu valenciano

Fiscalía pide hasta nueve años de prisión a 14 jóvenes que participaron en una manifestación espontánea contra una marcha nazi.

Concentración contra las peticiones de la fiscalía contra 14 jóvenes de Pego (Alacant).
Concentración contra las peticiones de la fiscalía contra 14 jóvenes de Pego (Alacant). Cedida a Público

Las peticiones de la fiscalía contra 14 jóvenes de Pego (Alacant) han alarmado el pueblo. Por ahora, el viernes 18 se convocó una concentración que reunió centenares de personas, en un pueblo que justo llega a los 10.000 habitantes. Numerosos comercios cerraron las puertas en señal de solidaridad y para facilitar a los trabajadores acudir a la protesta.

Los jóvenes acusados se enfrentan apenas de entre 4 años y 9 meses, la más baja, y 9 años y nueve meses de prisión, la más alta. Los 14 están acusados de desórdenes públicos, 12 de atentado y lesiones y, además, todavía hay tres acusados de amenazas. En Pego, mucha gente ha comparado la situación con la que se vivió en el pueblo navarro de Altsasu, donde ocho jóvenes vecinos fueron encarcelados después de ser condenados por un delito terrorista, tras una pelea en un bar con unos agentes de la guardia civil fuera de servicio.

Y en los hechos de Pego hay varios puntos de similitud. El caso se remonta al 18 de octubre del 2020, cuando en un partido de fútbol entre el equipo local y el Gandía, de primera regional, hicieron acto de presencia unos treinta miembros de los Gandiblues, ultras del Gandía de tendencia de extrema derecha. Estos se pasearon por el pueblo en grupo, dando cánticos a favor de Hitler, entre otros lemas nazis, y realizando varios actos de vandalismo, pintadas y otra propaganda fascista. "Por los grupos de Whatsapp empezaron a correr las imágenes y los comentarios de la gente que lo estaba viendo, y de forma espontánea, muchos jóvenes fuimos a concentrarnos ante el campo de fútbol para mostrar nuestro rechazo al fascismo", explica un vecino de Pego que prefiere no decir su nombre.

Con la concentración antifascista en las puertas, los miembros de Gandiblues se quedaron encerrados dentro del recinto deportivo durante cuatro horas, sin atreverse a salir. Finalmente, llegó un operativo de la Guardia Civil para escoltarlos hasta fuera de Pego. En este momento se vivieron momentos de tensión y también se produjeron algunas cargas.

Maria Josep Martínez, abogada: "La Guardia Civil prefirió detenerlos de forma ostentosa en la puerta de casa"

Al día siguiente se produjo la primera reacción, con una primera detención de un joven de Pego implicado en colectivos antifascistas, lo que ya motivó una primera concentración masiva de solidaridad. Un mes después se producirían el resto de detenciones. "A los detenidos les habrían podido citar a declarar en comisaría, pero la Guardia Civil prefirió detenerlos de forma ostentosa en la puerta de casa o del trabajo, o en medio de la universidad. Fue una acción innecesaria y muy dolorosa", explica la abogada de algunos de los detenidos, Maria Josep Martínez.

Desde el grupo de apoyo a los detenidos que se ha creado en Pego, destacan que estas detenciones "tenían un trasfondo político, de criminalización al movimiento antifascista y de causar alarma entre el vecindario y el entorno de los detenidos". Una motivación política que, según su versión, se mantiene "en la desproporción de las peticiones fiscales", puesto que consideran que si no se tratara "de una cuestión política no habría ni esta actitud de la Guardia Civil ni de la Fiscalía". En este sentido, las mismas fuentes remarcan que "no se trató en ningún momento de una pelea entre bandas ni un ataque a los seguidores del Gandia. Los seguidores del Gandía pudieron salir del campo e irse a casa sin ningún problema. Fue una movilización antifascista de carácter espontáneo".

Martínez también considera que las peticiones de Fiscalía son "desproporcionadas" e, incluso, superan las de la acusación particular presentada por cuatro de los guardias civiles que sufrieron lesiones leves aquel día. "Tiene un punto de escarmiento y de generar miedo. Y se ve más claramente si se compara, por ejemplo, con el trato que recibieron los fascistas del 9 de octubre —en referencia a las agresiones a manifestantes en pleno centro de València durante la Fiesta del País Valencià del 2017 que ni fueron detenidos de forma pública ni se los pide penas de prisión tan elevadas, a pesar de que los hechos son mucho más graves—. De hecho, tampoco tenemos ninguna constancia de ninguna actuación ni investigación hacia los ultras de Gandiblues por exaltación del fascismo o por vandalismo, y estas cosas reafirman el sentimiento de impunidad de estos grupos", concluye esta abogada.

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