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El plan del Gobierno para reducir los residuos: más economía circular y el fin del plástico de un solo uso

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes un plan para reducir la generación de residuos de cara 2030, así como un anteproyecto de ley con el que se fecha de caducidad al consumo de productos plásticos como vasos, pajitas o tapones.

Restos de envases de plástico usados. Archivo/Reuters
Restos de envases de plástico usados. Archivo/Reuters

alejandro tena

Reducir al 30% el consumo de recursos materiales y recortar un 15% la generación de residuos para 2030. Estos son los objetivos que el Gobierno se marca a través de la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) que ha aprobado este martes en el Consejo de Ministros. El Ejecutivo plantea con este documento una hoja de ruta para dejar atrás el modelo de producción lineal e impulsar un nuevo sistema en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible.

Con esta estrategia de reducción de consumo nacional de materiales el Gobierno estima que se recortarán cerca de 10 millones de toneladas de CO2 asociadas a la gestión de residuos de cara al año 2030.

No en vano, la EEEC pone su atención en el desperdicio de alimentos, en tanto que se fija para 2030 una reducción del 50% de la generación de residuos alimentarios en los hogares y del 20% en las cadenas de producción. Todo ello, se conseguirá a través de una estrategia ligada al modelo de economía circular con el que, a priori, se pretende incrementar en un 10% el reaprovechamiento de los residuos municipales generados, así como mejorar en un 10% la eficiencia del agua. 

Debido al gran porcentaje de residuos plásticos derivados del agua embotellada, el Gobierno plantea instar a las administraciones públicas a disponer de fuentes de agua para garantizar su consumo a la ciudadanía. Además, el Ejecutivo pretende que el sector de la restauración ofrezca a los clientes la posibilidad de consumir agua gratuita del grifo, de modo que se recorte el número de botellas de plástico desechadas.

El plan estratégico de economía circular afectará a todos los sectores de la economía española, por lo que se desarrollarán varios comités para garantizar que los objetivos de reducción de residuos se van cumplimento. De este modo, el Ejecutivo contará con un Comité Interministerial de Economía Circular que se encargará de evaluar y supervisar las políticas sectoriales en relación a los planes de reducción de desechos. Además, se creará un grupo de trabajo con representantes autonómicos y locales para coordinar cualquier acción relacionada con la materia, así como un Consejo de Economía Circular donde participaran agentes sociales y del mundo empresarial.

Se trata de un plan estratégico no vinculante que servirá cómo una hoja de ruta de la que se espera que vayan naciendo nuevas leyes materialicen los objetivos de reducir la generación de residuos. Tanto es así, que el Gobierno también ha aprobado este martes el primer Real Decreto vinculado a la EEEC, con el que se pretende mejorar la trazabilidad de los residuos y el control de la movilidad de los mismos. Además, el Ministerio para la Transición Ecológica tiene intención de aprobar a finales de año otro decreto para desarrollar el sistema de consumo y retorno de envases.

Contra los plásticos de un sólo uso

Junto a la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) y el Real Decreto de trazabilidad de residuos, el Gobierno da luz verde al Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos contaminados, el cual será sometido a consulta pública y tratará de imponer por primera vez restricciones al consumo de plásticos de un solo uso.

Esta ley será una de los pilares centrales de la EEEC y podría terminar de aprobarse en las cortes a principios de 2021, según las estimaciones del Gobierno. Con esta norma, se pretende alcanzar una reducción del 50% de los residuos plásticos para 2026, de modo que se restringa la comercialización de vasos de plástico, tapas y tapones, recipientes de alimentos destinados al consumo inmediato o recipientes de comida rápida. Además, a partir de 2023 quedará prohibida la distribución gratuita de estos objetos, de modo que se establecerán mecanismo de fiscalidad verde para favorecer el descenso de su producción y consumo.

El anteproyecto de ley, por otro lado, prohibirá a partir de 2021 la comercialización de los siguientes objetos: bastoncillos de algodón –excepto si entran en el ámbito de los productos sanitarios–; cubiertos (tenedores, cuchillos, cucharas, palillos); platos; pajitas y agitadores de bebidas; palitos destinados a sujetar e ir unidos a globos; los recipientes y vasos para alimentos y bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidos sus tapas y tapones; y aquellos cosméticos que contengan microplásticos.

Por otro lado, el anteproyecto prevé incrementar la separación de residuos de cara a su reutilización y reciclado. Así, en 2023, todos los municipios deberán contar con servicios de recogida para bioresiduos y en 2024 para textiles, aceites de cocina usados y residuos domésticos peligrosos. 

Para poder garantizar un correcto tratamiento de los residuos y el cumplimiento de los objetivos planteados por la EEEC, el Ejecutivo contempla el desarrollo de una industria de reciclaje nacional que atraiga una inversión de cerca de 2.500 millones de euros de aquí a 2035 y que genere entre 55.000 y 70.000 nuevos puestos de trabajo.

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