Este artículo se publicó hace 2 años.
Rota, la singular economía que depende de una base militar y del turismo
Dos tercios del PIB proceden de la actividad en el recinto naval compartido con EEUU al que llegarán dos nuevos destructores, mientras la ocupación turística del municipio será de las mayores de la provincia de Cádiz este mes.
Rota-Actualizado a
El cuadro que se contempla desde la playa del Rompidillo, a los pies del bello y cuidado casco histórico de Rota, es, al menos, chocante. Las oscuras siluetas de los barcos de guerra atracados en la base naval se perciben claramente en el horizonte desde la arena en la que se van acumulando sombrillas y toallas en el inicio de julio, temporada alta del turismo en esta parte del litoral gaditano. Y en un futuro próximo habrá más siluetas, las de otros dos destructores de la flota de EEUU que se incorporarán a la base roteña, tal como se ha anunciado esta semana en la cumbre de la OTAN en Madrid.
"Impacta la vista, eh", dice un empleado encargado de la limpieza de la playa al ver a quien escribe concentrado en la visión de tan contradictorio paisaje. "Es algo gris, atroz, relacionado con la guerra, es así, pero Rota depende de esa base", responde el trabajador haciendo un alto en su faena. Sabe perfectamente de lo que habla, porque lleva toda la vida viviendo en esta localidad de la Bahía de Cádiz. Sabe lo que supone para la economía de su pueblo tener esas siluetas negras por horizonte.
La Base Naval de Rota, de uso compartido entre las fuerzas armadas de EEUU y España, fue construida en los años cincuenta a raíz de los Pactos de Madrid de 1953. Ocupa una superficie de unos 24 kilómetros cuadrados, casi un tercio de la superficie total de Rota, aunque también se asienta sobre terrenos pertenecientes a El Puerto de Santa María. Según datos del ayuntamiento, gobernado por el PSOE con mayoría absoluta, la actividad de la base representa dos tercios del PIB de la localidad roteña. Es, por tanto, su principal motor económico, la empresa de la que depende en buena medida el pan de sus cerca de 30.000 habitantes.
Y en una provincia como Cádiz, donde las tasas de paro suelen estar disparadas, adquieren mayor importancia las pocas fuentes de las que mana el empleo. En Rota, el paro no ha bajado del 20% desde 2007 y en algunos años ha superado el 30%. Con el puerto pesquero bajo mínimos, y a falta de otras actividades destacadas, el turismo ha quedado como el único sector que proporciona riqueza a esta villa gaditana, aparte de la base. No en vano, en los meses de julio y agosto la población puede llegar a duplicarse con la llegada de veraneantes de Sevilla, de Jerez, de Madrid y de otras partes de España que tienen aquí una segunda vivienda o que la alquilan por temporada –a una media de 800 euros la semana– o que ocupan alguna de las 3.500 plazas hoteleras del municipio con más banderas azules de Andalucía en sus playas.
Ambas actividades, totalmente dispares, se han complementado, sin embargo, en este municipio y parece que las dos afrontan un buen momento: Rota tendrá en la segunda quincena de este mes la mayor ocupación turística de la provincia de Cádiz, según la Federación de Hostelería gaditana Horeca. Y la base naval va a aumentar su flota permanente con dos destructores Arleigh Burke de la marina de EEUU, dotados cada uno con una tripulación de unas 300 personas, es decir, una nómina de 600 vecinos más, a los que se podrían añadir las familias que vengan con ellas, que aumentarán el gasto en alquiler de pisos, taxis, compras y ocio en negocios de la población de Rota.
Nadie ha tirado cohetes por la noticia que dio el presidente de EEUU, Joe Biden, en la cumbre de la OTAN en Madrid, pero parece que ha sido bien recibida en Rota. La guerra en Ucrania ha acelerado el crecimiento del gasto armamentístico de los países occidentales y, de paso, la decisión de incorporar otros dos buques al proyecto de defensa contra misiles balísticos que ya cuenta con cuatro destructores en la base roteña. Y, como decía el empleado de la limpieza en la playa del Rompidillo, "es atroz" lo que se ve, pero Rota depende de lo que se trabaje en ese recinto, al que se accede desde una rotonda donde un azulejo recuerda lo que en otro municipio recordaría al alcalde de turno: "La reordenación del viario de la plaza del Triunfo y entrada a la base naval se realizó siendo comandante de las actividades navales de los EEUU en España el capitán John Horem".
El ayuntamiento lo ve "muy positivo"
En el ayuntamiento tienen claro que la noticia "es muy positiva" para Rota, porque permitirá ampliar las actividades que proporcionan riqueza a este y otros municipios de la zona, asegura a Público su teniente de alcalde, Encarnación Niño. La base naval, según ella, además de generar más de mil empleos que forman parte del llamado Personal Laboral Local, contratas para cubrir servicios del aeropuerto que hay en el recinto y para el mantenimiento de jardines, proporciona trabajo a los astilleros gaditanos.
La actividad de la base representa dos tercios del PIB de la localidad roteña
La sociedad pública Navantia renovó hace poco más de un año el acuerdo que había firmado en 2013 para hacerse cargo del mantenimiento de los cuatro destructores Arleigh Burke de la Navy, con el compromiso de generar hasta 2028 un millar de empleos directos anuales, a los que habría que sumar los que se requieran de la industria auxiliar. Esos trabajos se llevan a cabo en lo que se conoce ya como el cuarto astillero de la Bahía (junto a los de Cádiz, San Fernando y Puerto Real), que la empresa española ha construido en una superficie de más de 13.000 metros cuadrados dentro del recinto militar roteño.
En el ayuntamiento confían en que si, en vez de cuatro son seis los destructores que habrá que mantener, deberá aumentar considerablemente la carga de trabajo y los astilleros de Navantia necesitarán, por tanto, más mano de obra para sacarla adelante, lo que acabará beneficiando a la población de Rota y de los municipios colindantes.
Por todas esas razones de peso económico, las cuestiones que rodean a la base apenas constituyen motivo de controversia política en Rota. "Aquí es como una cuestión de Estado", explica la teniente de alcalde. La base no es el centro de las batallas políticas en este municipio, pero sí de algunas laborales, como la que se deja ver en las pancartas que ocupan la rotonda de acceso al recinto militar, la de la placa del capitán John Horem, pancartas que recuerdan el conflicto de los trabajadores despedidos de la contrata encargada del aeropuerto.
El 45% de la población tiene a alguien en la base
En una de las principales vías comerciales y peatonales de Rota, la calle Charco, el comienzo del mes de julio se vive con gran expectativa después de dos largos años de pandemia. Las previsiones de ocupación turística hacen prever un gran verano y, en consecuencia, buenas ventas. Sergio, que regenta una tienda que vende productos de cuero, recalca que la temporada que va de mayo a septiembre representa el 70% de los ingresos para los negocios de este municipio, y este año aún será más crucial antes de que llegue una posible recesión por el aumento de los tipos de interés y la inflación galopante.
Sin embargo, aunque su tienda dependa en buena medida de los veraneantes, Sergio no pierde de vista un dato que, a su juicio, resulta fundamental para entender lo que representa la base naval en la vida de Rota: en torno al 45% de la población de este municipio tiene a algún familiar o amigo que trabaja en el recinto militar o en algo relacionado con su actividad. Por eso, él también ve "positivo" que EEUU traiga otros dos destructores, porque eso supondrá, a su entender, que aumente el gasto en los negocios de la población roteña.
Sin embargo, su mujer, Conchi, que regenta en la misma calle otra tienda, se queja de que el cliente estadounidense gasta cada vez menos en los establecimientos. Antes, dice ella, los norteamericanos eran de "antojo" y compraban mucho, pero en los últimos años apenas gastan, "están más cortitos". La culpa de eso la tiene, sobre todo, que el euro ya casi está a la par que el dólar y se ha mermado bastante la capacidad adquisitiva de los bolsillos norteamericanos.
El "paraíso" de Almudena Grandes
Rota no es sólo una villa de hoteles, restaurantes y tiendas alrededor de una base militar. También es el punto de encuentro de novelistas, poetas y cantantes de otras partes de España que han hecho de este rincón gaditano su segunda casa, o casi la primera. Como Almudena Grandes, que tiene desde hace años una avenida con su nombre en la hermosa zona de la playa Punta Candor, junto a otra que lleva el de su marido, el poeta Luis García Montero, paralela a la de Joaquín Sabina y perpendicular a la de Miguel Ríos, todos ellos asiduos del verano roteño desde que el escritor local Felipe Benítez Reyes les mostró los encantos de su pueblo.
Desde Punta Candor no se ve la base, como desde la playa urbana del Rompidillo, porque está más alejada del núcleo urbano, y era el sitio que Almudena Grandes consideraba su "paraíso", tanto que allí recibió, tras su muerte el año pasado, el homenaje que aún no le han hecho ninguna de las autoridades de su ciudad, Madrid. En la presentación del libro Sin ninguna base del poeta y periodista gaditano Juan José Téllez, la escritora madrileña dijo lo siguiente al respecto de lo que representa el recinto militar en la vida roteña, según consta en las crónicas del acto: "Hay padres de familia que no están de acuerdo, pero en la Base tienen sus puestos de trabajo".
Las marchas contra la base y la OTAN
Hay otras muchas personas que también viven en el entorno de la base militar, pero que no reciben los beneficios de la cercanía a esas instalaciones. Son aquellas que viven en los municipios cercanos, donde, por ejemplo, apenas llega el gasto de los trabajadores estadounidenses. "Siempre se habla de Rota, pero somos 600.000 personas las que vivimos en los municipios alrededor de la base, en toda la Bahía, y que también podemos ser un objetivo militar".
Eso lo dice Juan José Ruiz, que es vecino de El Puerto de Santa María, municipio sobre el que se halla asentada una parte de la base naval, y que aquí habla como portavoz de la Red Antimilitarista y No Violenta de Andalucía, una de las organizadoras de las marchas anuales contra la OTAN y su presencia en Rota. Esa marcha se convoca desde 1984, cuando estaba en juego el referéndum que promovió el gobierno socialista de Felipe González, quien partió con el lema "de entrada, no" y acabó logrando la permanencia de España en la organización militar.
"Está claro que aquí somos un objetivo militar número uno, porque esta es una zona estratégica muy importante para Estados Unidos"
"Está claro que aquí somos un objetivo militar número uno, porque esta es una zona estratégica muy importante para EEUU. Aquí hay aviones todos los días sobrevolando la zona con carga militar, y sólo hay que recordar lo que pasó en Palomares; hay barcos, se han visto submarinos nucleares... Y todo eso supone un peligro constante", advierte Juan José.
Que ahora anuncien la llegada de dos destructores más no hace más que incrementar ese peligro y el riesgo para la población que vive en las proximidades de la base, según el portavoz de la Red Antimilitarista andaluza. "Dicen que nos protegen, pero al mismo tiempo nos están convirtiendo en objetivos. Y nosotros el concepto de seguridad que manejamos es otro muy diferente. Cuanto más armamento hay, más peligro para la paz. ¿Y de dónde van a sacar ahora el aumento que han anunciado en gasto militar en España, cuando hay tantos recortes en educación y en sanidad?", se pregunta Juan José.
La líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, nacida en Rota, también se ha mostrado muy crítica con la decisión de incorporar nuevos buques de guerra de la Marina de EEUU a la Base roteña. En su cuenta de Twitter ha dejado escrito: "Otra vez reforzar el papel de Rota y Andalucía como plataforma de guerra y por tanto como objetivo militar de otros países. Por favor, no nos faltéis al respeto otra vez prometiendo a cambio de empleos. Sólo hace diez años que nos vendisteis esa moto. Deja Andalucía en paz".
En el Ayuntamiento roteño creen, en cambio, que se debe reivindicar la aportación de la base naval a la historia económica y social de esta localidad. Tanto que, según su teniente de alcalde, van a abrir un centro cultural hispano-norteamericano, una especie de museo en el que se mostrará lo que ha supuesto la presencia del recinto militar en la vida de esta localidad gaditana, su trayectoria y su contribución a la interculturalidad del municipio.
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