La salud mental durante el embarazo y después del parto, un problema con escaso apoyo institucional
La ansiedad y la depresión en el período perinatal suelen ser comunes, afectando a una de cada diez mujeres pertenecientes a países ricos y a una de cada cinco en países pobres.
María Martínez Collado
Madrid-
El embarazo, el parto y la crianza de un bebé suponen un giro de 180 grados en el día a día de las familias. Tantos cambios repentinos pueden dar lugar a situaciones de estrés, ansiedad o angustia que las madres y padres nunca antes habían experimentado, así como un gran malestar.
Sin embargo, en España apenas existen planes públicos diseñados para cuidar la salud mental perinatal.
Por su condición de gestantes, las mujeres son quienes más sienten cambios en su salud mental durante el embarazo y durante el año posterior al parto.
Según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión —pese a ser un problema opaco e invisibilizado— es "bastante común" durante este período, afectando a una de cada diez mujeres pertenecientes a países de altos ingresos y a una de cada cinco en países pobres.
Esto puede repercutir tanto a su bienestar como al del bebé y a la familia en general. De hecho, la mala calidad de la salud mental se asocia con mayores riesgos de complicaciones obstétricas y genera más posibilidades de tener, por ejemplo, un parto prematuro, según la organización.
En este sentido, la prevención, la detección y el tratamiento de estos problemas durante el período perinatal son cruciales, afirman los expertos.
En los últimos años, se ha incrementado la concienciación sobre la importancia de atender la salud mental. Incluso influencers como Sindy Takanashi y Laura Escanes, cantantes como Rigoberta Bandini o políticas como Mar García Puig han hablado abiertamente de la depresión posparto y otras adversidades a las que se han tenido que enfrentar en la maternidad y la crianza.
Psicólogos piden un esfuerzo a las instituciones para atender la salud mental en la maternidad
No obstante, los psicólogos explican que el estigma en torno a los problemas de salud mental continúa siendo un obstáculo que afecta especialmente a las familias.
La presión social sobre lo que significa "ser una buena madre" o "un buen padre", de alguna manera, sigue latente. A este respecto, son muchas las familias que no llegan a recibir la atención sanitaria adecuada para garantizar su bienestar.
El caso concreto de la depresión posparto es especialmente grave, si atendemos a que actualmente existe un infradiagnóstico de entre el 50% y el 75%.
Frente a esta desatención de las entidades públicas, la asociación Conecta Perinatal ha presentado su informe Mejorar el Cuidado de la Salud Mental Perinatal. Fundamentos, Propuestas y Peticiones, con el objetivo de promover el desarrollo de políticas sanitarias y sociales que impulsen la creación de una atención adaptada en esta etapa.
Los autores del documento ponen de relieve que la protección de la salud mental perinatal "es el núcleo central" desde el cual han de partir el resto de políticas centradas en este ámbito. La salud mental infantil, advierten, es decisiva en el futuro desarrollo de la personalidad de quienes, a su vez, "serán los próximos madres y padres".
El informe destaca una serie de factores y circunstancias especialmente sensibles que pueden comprometer el bienestar y la salud mental perinatal de las familias.
Por una parte, los especialistas hablan de visibilizar y eliminar la violencia obstétrica. Esto es, las prácticas realizadas por profesionales de la salud a las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio que, por acción u omisión, son violentas para ellas. Así como "evitarles todas aquellas experiencias innecesarias que pueden generarle sufrimiento y estrés postraumático".
Por otro lado, se pone de relieve la necesidad de apoyar a aquellas madres que, por alguna razón o circunstancia personal, no desean o no pueden amamantar a sus bebés. "Muchas experimentan inseguridad, dificultades técnicas y perciben intolerancia o reprobación en su entorno", llegando a convertirse en un espacio excluyente.
Desde la asociación Conecta Perinatal también ponen el foco en los centros de reproducción asistida públicos y privados. Los psicólogos de la organización aseguran que "es imprescindible" que cuenten con la composición de equipos interdisciplinarios con profesionales de la salud mental especializados en este ámbito.
La falta de recursos en salud mental dejan de lado la atención de problemas como la depresión posparto
El objetivo de la creación de estos equipos terapéuticos es claro: "realizar un abordaje asistencial integral". Y proponen exactamente lo mismo cuando, por cualquier circunstancia, la vida del recién nacido está en riesgo.
Por último, el informe propone una serie de medidas alternativas a la separación forzada del bebé de sus padres con la pérdida o suspensión de la custodia, cuando éstos padecen alguna enfermedad mental o se encuentran en una situación de riesgo social.
"Son cuestiones de gran complejidad que generan repercusiones psicológicas profundas en todos sus protagonistas y pone en riesgo su salud mental totalmente evitables", aseguran.
Aparte de reforzar cada uno de los equipos sociosanitarios que intervienen en esta etapa con psicólogos y terapeutas especializados, el documento aboga por reforzar la educación pública en la etapa0-3 y la atención temprana para acompañar, también desde el servicio educativo, a las familias.
En definitiva, preparar un dispositivo que integre el mayor número de disciplinas posibles orientadas al refuerzo, apoyo y ayuda de la crianza.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.