Este artículo se publicó hace 4 años.
Sanidad España vacíaLa sanidad desmantelada de la España vacía frente a la covid-19: "No se está reforzando, se está anulando"
La Atención Primaria fue una de las grandes afectadas tras la crisis del 2008. Ahora, tras la pandemia, se ha demostrado como la primera línea contra el virus.
Álvaro Celorio
La España rural asiste con incertidumbre a la desescalada. No sólo por el jaleo de fases, normas, zonas sanitarias, delimitaciones provinciales, pruebas PCR o por el constante miedo al contagio de la covid-19. También porque en esa España bucólica, envidiada por los millones de personas que han vivido confinadas en las ciudades, la entrada del virus puede dar la estocada final a su desmantelado sistema sanitario.
Miedo o inseguridad es lo que sienten en numerosos de estos pueblos de la España vaciada. La paulatina apertura puede dar un empujón a sus economías, también muy afectadas por el confinamiento y la parálisis económica. Sin embargo, atraer al turismo, una de las fuentes principales de ingresos del medio rural, puede traer consigo el temido virus a zonas fundamentalmente envejecidas y pobladas por grupos de riesgo. Esta es una problemática que no solo afecta a Castilla y León, una de las más golpeadas por la pandemia, sino también a Extremadura, Castilla-La Mancha... Y un largo etcétera.
Sonia Castro asegura al otro lado del teléfono que está aterrada. "Lo que sentimos es pánico", dice esta portavoz de Sos Rural Ayllón, una plataforma surgida en esta localidad segoviana al calor de los recortes sanitarios en la última década, cuando en 2012 la Junta de Castilla y León decidió suprimir el servicio de Urgencias de la localidad.
Sonia Castro: "Lo que sentimos es pánico"
La Atención Primaria, aquella más cercana a los ciudadanos, fue una de las grandes afectadas durante y después de la crisis del 2008. Ahora, tras una pandemia y un confinamiento, se ha demostrado como la primera línea contra el virus, y su refuerzo, una de las exigencias del Gobierno para avanzar en la desescalada.
"Aquí no se está reforzando, se está anulando", dice Castro. Segovia, que estrenó el pasado lunes la fase 1 del Plan de Desescalada del Gobierno, ha sido una de las provincias más afectadas por el virus y por el colapso del hospital de la capital, debido a la intensa conexión con la vecina Comunidad de Madrid. "Ahora tienen la oportunidad de contratar más personal. A lo mejor lamentan no haber reforzado la sanidad rural en el momento en que han podido", explica.
Castro detalla que la gerencia regional ha decidido optar por mantener consultorios cerrados y otros con asistencia telemática como mínimo hasta octubre, lo que denuncia como una "reestructuración encubierta" que nada tiene que ver con destinar más o menos recursos a la lucha de la covid-19 en una zona que, con la llegada del buen tiempo, sextuplica su población.
Según los datos que publica la Consejería de Sanidad de Castilla y León en sus memorias de Recursos Sanitarios, en 2017 había 3.310 médicos de atención primaria y 2.623 enfermeros. En 2018, los últimos publicados, el número de facultativos en la comunidad se había reducido a 3.157 médicos y 2.613 enfermeros.
La ausencia de sanitarios
En el norte de la provincia de Burgos, limítrofe con varias comunidades, se encuentra la comarca de Las Merindades, una zona de numerosos municipios afectados por la ausencia de sanitarios. Si bien este es un territorio de gran atractivo rural y de segundas residencias, este paraíso natural no atrae a personal médico para que se asiente allí.
"No eres de las Merindades si no luchas por su sanidad". Ese es el lema y nombre de la agrupación vecinal que surgió en la comarca a inicios de 2020, recogiendo la indignación de sus habitantes después de varios años de despoblación médica.
"En Villarcayo –provincia comarcal- seguimos en las mismas circunstancias que en febrero", explica al teléfono Lidia Bustamante, una de sus portavoces. A principios de año, en los prolegómenos de sus demandas y cuando el coronavirus parecía una amenaza lejana, esta asociación preparó una concentración para reclamar una mejora de la atención sanitaria en la zona. Esto fue el 1 de marzo. El 11 de abril, en plena Semana Santa, pensaban cortar las carreteras para llamar la atención sobre sus demandas. Pero llegó el estado de alarma.
"Aquí tiene que haber seis plazas de médicos de familia, pero sólo hay cuatro, ya que dos están de baja. También dos de área, pero solo hay una cubierta", explica sobre el equipo que da servicio a esta zona básica de salud.
"Uno de los médicos se jubila y tendremos que intentar que se sustituya"
Uno de los problemas de esta comarca es la baja densidad de población y la avanzada edad de sus habitantes. En uno de los municipios vecinos, Merindad de Montija, su alcalde, Florencio Martínez, ve en la falta de residentes la razón de una menor proporción de sanitarios: "Están bajando mucho las cartillas sanitarias. Ahora mismo tenemos dos consultorios y trabajaré por que sigan abiertos, pero uno de los médicos se jubila y tendremos que intentar que se sustituya", razona.
En los últimos años, uno de los dos consultorios ha permanecido cerrado en múltiples ocasiones, obligando a los vecinos a recorrer distancias de hasta 10 kilómetros hasta el centro de salud de referencia. Distancias que también ha de recorrer la ambulancia o el equipo asistencial en caso de una urgencia, para que terminen derivándolos al Hospital de Cruces, en Vizcaya, gracias a un convenio entre Castilla y León y el País Vasco.
A unos 160 kilómetros al sur, en Guillén, cercano a Aranda de Duero, la plataforma Sanidad Rural avisa de que los centros de salud no van a estar preparados para un posible rebrote. "A los médicos los han avisado de que se tomen las vacaciones en verano porque de cara a otoño la cosa vuelve a ponerse fea. En el centro de Salud de Roa hay 7 plazas cubiertas cuando debería haber 14. En verano, cuando se triplica la población, va a haber solo cuatro médicos para atender a más de 23 pueblos", advierte su portavoz, Rosa Guillén.
Castilla y León, con casi 19.000 casos confirmados y una de las comunidades más envejecidas de España, no es la única donde la falta de médicos de atención primaria para luchar contra la covid-19 –o cualquier otra enfermedad- ha removido a sus habitantes. En Castilla-La Mancha, otra de las más afectadas con alrededor de 17.000 casos confirmados, numerosos sindicatos y organizaciones vienen reclamando desde hace años la necesidad de aumentar el número de sanitarios en la región.
Por su parte, los colegios de médicos extremeños denunciaron hace un año la ausencia de profesionales suficientes para cubrir las necesidades del Servicio Extremeño de Salud. De hecho, en localidades como Jaraíz de la Vera (Cáceres) llevan desde finales de 2018 manifestándose exigiendo que se cubran las bajas de los facultativos que dan servicio a la localidad y a la vecina Torremenga.
Su alcalde, Luis Miguel Núñez, tomó cartas en el asunto y se implicó personalmente en las reivindicaciones. El regidor fue noticia el pasado enero al colgar una pancarta en la tribuna de invitados de la Asamblea de Extremadura durante la celebración del debate de Presupuestos para este año. "La salud en Jaraíz está en peligro, sin médicos, sin especialistas, sin sala de rayos X. Los 90.000 euros de 2019, ¿dónde están?", rezaba la proclama.
Luis Miguel Núñez: "Desde hace unos años atrás hemos estado demandando más médicos para la zona de Plasencia"
"Está en peligro la salud de nuestro municipio porque no tenemos médicos. Desde aquí pedimos y solicitamos que se nos dote con médicos para que a todos y cada uno de nosotros se nos atienda en las garantías de bienestar que merece nuestra población y también nuestros municipios de alrededor", afirmó Núñez en un vídeo colgado en redes sociales después de su abrupta salida del palco de visitantes del pleno.
"Desde hace unos años hemos estado demandando más médicos para la zona de Plasencia", explica Núñez al teléfono. En el centro de Salud de Jaraíz tendría que haber siete médicos, de los cuales solo hay cuatro, los cuales han de compartirse entre cuatro poblaciones. "Ante una baja, tendría que ser simplemente sustituida. No entiendo que ante cualquier imprevisto no se sustituya y, por tanto, se vean perjudicados los ciudadanos", abunda.
Alrededor de 8,9 millones de personas residen en el medio rural, lo que representa un 18% de la sociedad española. Según previsiones de Naciones Unidas, en 2050, en apenas treinta años, este porcentaje podría verse reducido hasta el 12%.
Desde la segoviana localidad de Ayllón, Sonia Castro concluye: "Los ciudadanos del mundo rural pagamos los mismos impuestos y tenemos derecho a los mismos servicios. No es la España vacía, es que la están vaciando".
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