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Setenta países criminalizan a la población LGTBI y en 11 los pueden condenar a muerte

A pesar de algunos avances, los derechos del colectivo muestran un estancamiento debido, principalmente, al auge de los grupos ultraconservadores. 

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Dos mujeres en la marcha de protesta LGTBI en Managua (Nicaragua). Archivo. Marvin RECINOS / AFP

El lugar de nacimiento importa y mucho para las personas LGTBI, porque sus derechos no están reconocidos en todos los países y en muchos en los que sí se reconocen, mantienen aún elevados índices de delitos de odio. En unos 70 países del mundo, aún existen leyes que castigan penalmente las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y en 11 de ellos pueden incluso ser condenados a la pena de muerte. A lo largo de los últimos años se han constatado algunos pasos hacia adelante, pero también importantes retrocesos, que mantienen la cifra de países en los que la homosexualidad es un delito prácticamente inalterable y los derechos LGTBI en el mundo estancados. El surgimiento de grupos ultraconservadores en diversas regiones del planeta han puesto un freno a muchos de los avances logrados en diversos países.

Las peores regiones para vivir siendo una persona LGTBI son África y Asia, donde se concentra la mayoría de países que mantienen legislaciones que penalizan estas relaciones, tal como resaltan los datos recogidos por ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex-LGBTI) y también los datos difundidos por organizaciones como Amnistía Internacional (AI). 

Por lo que respecta a las leyes, los peores países para vivir siendo homosexual o una persona LGTBI son ​Arabia Saudí, Brunei, Irán, Mauritania, Nigeria y Yemen, donde se aplica la pena de muerte como castigo. En otros cinco (Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Qatar y Somalia) las normas, tanto formales como las islámicas, dejan abierta la puerta a la pena de muerte, aunque diversas organizaciones afirman no tener constancia de su uso.

Pero incluso en muchos países en los que existen legislaciones que protegen a este colectivo, la violencia hacia ellos no decrece. Tal como afirma AI, esto es especialmente grave en América Latina, en donde países como Argentina, El Salvador, Honduras, Haití, República Dominicana o Venezuela, mantienen elevadísimos índices de delitos de odio. 

Brasil, por ejemplo, es el país del mundo en donde más asesinatos se producen contra las personas trans. Durante el pasado año se contabilizaron allí 125 muertes violentas de este colectivo. Las personas trans son una de las más discriminadas y el colectivo en donde la violencia se hace más patente. Según datos del Observatorio de las Personas Trans, entre principios de enero de 2008 y finales de septiembre del año pasado, al menos 4.042 personas de este colectivo fueron asesinadas en todo el mundo. El año 2021 ha sido el más cruento para las personas trans y de género diverso (375), lo que supone un incremento del 7% con respecto al año anterior.

Ante este panorama, muchos deciden emigrar. Aunque no existen cifras oficiales sobre la cantidad de personas que entran en nuestro país buscando un lugar seguro en el que poder vivir, la organización Kifkif (que trabaja para promover los derechos y la inclusión social de las personas LGTBI migrantes y refugiadas en España) estima que una cuarta parte de los migrantes que entran en nuestro país lo hacen por este motivo. Su situación administrativa no es sencilla, puesto que deben ser capaces de demostrar persecución y que su vida corre peligro. Ahora, la ley sobre derechos trans y LGTBI que iniciará su trámite en el Parlamento quiere paliar esta situación, aunque organizaciones que trabajan con estos migrantes afirman que este articulado de la ley debería ser mejorado en el trámite de enmiendas.

El texto de la ley reconoce documentos incluyendo el cambio de sexo para personas trans migrantes que vivan en España, pero exige que su país de origen haya rechazado su petición de cambio de sexo registral, un requisito, afirman las ONG, prácticamente imposible de conseguir puesto que huyen de sus países precisamente para evitar la violencia y la cárcel por su orientación sexual o por ser trans, por lo que no inician ningún trámite en su país de origen. 

Pasos para adelante, pasos hacia atrás

Según el último estudio de ILGA, que analiza los datos de 2020, la lista de países que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo ha aumentado en dos países con respecto a los datos anteriores. Entre ellos figura Costa Rica, que pasa a engrosar la lista en la que ya figuran Argentina, España, Canadá o Bélgica. Otros 34 estados reconocen algún tipo de protección legal para las parejas homosexuales, un grupo al que se ha sumado Montenegro y Mónaco. 

Un total de 156 países del sistema de Naciones Unidas han elaborado normas contra la LGTBIfogia, un incremento notable desde la última revisión realizada por ILGA, que citaba sólo a 142 estados. 

La etapa de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos y su apoyo a grupos ultraconservadores supuso importantes retrocesos para las personas LGTBI en el país norteamericano, desde la prohibición de las personas trans en el Ejército, hasta el impulso de leyes restrictivas en diversos estados.

Recientemente, el actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, promulgó una ley destinada a proteger los derechos de las personas LGTBI en el país, con el fin de contrarrestar las que han aprobado varios estados en donde se permiten las terapias de conversión, es decir, las que pretenden curar a los homosexuales y que consideran esta orientación sexual como una enfermedad. Pero la amenaza es real y proviene de estamentos como la Corte Suprema, que tras eliminar la protección al aborto ha abierto la puerta a volver a mirar los derechos del colectivo LGTBI, aduciendo que estos derechos no se encuentran en la Constitución. 

España, uno de los países más punteros históricamente en derechos LGTBI, ha retrocedido diez puestos en el ranking de países más protectores. En la última revisión pasó del puesto número seis al 11, debido a la falta de una legislación nacional sobre las personas trans. Una ley que tiene previsto iniciar su trámite parlamentario en pocas semanas y que confiere a las personas trans el cambio del sexo registral sin ningún requisito más que el de su propia voluntad, un punto que ha creado polémica. En los últimos once años, España pasó de estar en el puesto número dos al 11

No a la "propaganda gay"

A pesar de los avances, los derechos del colectivo LGTBI están sufriendo a lo largo y ancho del planeta ataques muy contundentes que suponen importantes retrocesos, incluso en el propio corazón de Europa. 

Polonia ha decretado "territorios libres LGTBI" y ha emprendido una campaña de desinformación y acoso a este colectivo, que está incrementando los delitos de odio en el país. Recientemente, Rumanía ha aprobado una ley que prohíbe lo que llaman "propaganda gay" en las escuelas, que supone prohibir todos los materiales que hablen de la homosexualidad y de la orientación de género. A pesar de que el Tribunal Constitucional de dicho país se había manifestado contrario hacia esta norma, en abril pasado el Senado aprobó una ley que limita la posibilidad de hablar o debatir sobre estos temas y que ahora está pendiente de ser aprobada en el Congreso. 

"Rumanía no es el único país que presenta a las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) como una amenaza para los niños. Desde Guatemala hasta Estados Unidos y Hungría, los movimientos reaccionarios de todo el mundo prohíben las representaciones de personas y familias LGTB en las escuelas, y ponen en riesgo a los niños en el proceso. Cuando las escuelas hacen tabú sobre los temas LGTB, los niños que se identifican como LGTB enfrentan vergüenza y duda, y sus compañeros aprenden hostilidad e intolerancia", afirma la organización humanitaria Human Rights Watch.

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