Pagar en efectivo podría tener los días contados, porque en la última década la tarjeta ha desbancado al dinero físico en las grandes ciudades y entre los jóvenes. Los menores de 35 años pagan ocho de cada diez euros con tarjeta, y la utilizan incluso para abonar importes pequeños. En las grandes ciudades sólo el 16% del dinero se saca en efectivo de los cajeros. En Oviedo es donde se usa más dinero físico y en Bilbao, donde menos. En otros países como Dinamarca y Noruega ya hay establecimientos que sólo aceptan tarjeta y van camino del fin del metálico.  Aquí, los pagos con el móvil ya se han abierto hueco y se prueban nuevas aplicaciones como el pago por reconocimiento facial que el BBVA ha desarrollado en un proyecto piloto. Este método ofrece comodidad y ahorro de tiempo; eso sí, a cambio el comercio, obtiene los detalles de consumo del cliente.