Shakira declaró ante la jueza en 2019 que hizo aterrizar su jet privado sólo para besar a Piqué

Corría el año 2019 y Shakira se esforzaba por convencer a la jueza de que hasta 2015 no vivió de forma estable en España. En su declaración –cuyo contenido ha trascendido vía El País– la cantante colombiana trata de convencer a los presentes de que no podía ser tratada como residente fiscal en nuestro país.

Investigada por un supuesto fraude de 14,5 millones a Hacienda, Shakira echa mano en el juzgado de todo tipo de argumentos para eludir una petición de más de ocho años de cárcel. Un argumentario urdido para persuadir a los presentes en el que la artista echa mano de pretextos, alguna que otra coartada y anécdotas sorprendentes.

Una de ellas, que está dando mucho de qué hablar, tiene el amor por bandera (si bien también la contaminación). Verán; Shakira refiere durante su declaración uno de esos momentos en los que el corazón parece marcar la dirección y no queda otra que dejarse llevar por sus caprichos.

Y es que en aquel momento su idilio con Gerard Piqué –de infausto final– estaba en pleno apogeo y, tal y como explica, nada le impidió acometer un gesto puramente irracional, "lo más romántico que he hecho en mi vida", llega a declarar. "Estaba encantada con él. Recuerdo estar volando de Marraquech a Croacia. Sobrevolábamos Barcelona y le pedí al piloto del avión si podía aterrizar brevemente solo para darle un beso a Gerard", detalla.

A modo de colofón, la cantante apostilla, no sin cierta ironía, lo siguiente: "No sé si la Agencia [Tributaria] me lo habrá computado como un día en España".

Desconocemos si las declaraciones de Shakira habrán causado efecto –el proceso judicial sigue su curso– en la jueza que lleva el caso. Sí nos consta que el personal tuitero ha puesto el grito en el cielo ante tamaño romanticismo, y no tanto por el gesto amoroso, sino por las emisiones de CO2 que habrá lanzado a la atmósfera el avión privado de Shakira por un simple beso.

Besar es importante. Es una de las actividades más recomendables que se nos ocurren. El equipo de Tremending rompe una lanza por este asunto y recomienda que se entreguen ustedes al besuqueo en cuanto dispongan de la aquiescencia de su contraparte (de lo contrario no besen, hagan el favor). Ahora bien, si para ello deben dar la espalda a nuestro maltrecho medioambiente, es mejor que se contengan.