Teresa López Cerdán: “Las mujeres tenemos muchas cosas que contar y se nos sigue reduciendo al cuerpo que tenemos”
María Teresa llegó a redes sociales con las ideas muy claras: quería ser divulgadora contra la gordofobia. Actriz, periodista y creadora de contenido, ahora presenta su primer libro, una novela romántica que apuesta por poner el amor propio en el centro de todo.
Uno de cada tres jóvenes españoles de 15 a 29 años afirma que le gustaría ser influencer. Mientras algunos soñaban con ser youtubers o streamers, la Teresa López Cerdán adolescente tenía otro objetivo: convertirse en activista contra la gordofobia en redes sociales. La falta de referentes con cuerpos gordos fueron su aliciente para coger un móvil, empezar a grabarse y saltar de lleno a la piscina de Internet.
Tener un cuerpo alejado de los estándares normativos la ha convertido en la persona que es hoy. Ahora aprovecha sus vivencias para llevar por bandera la reivindicación del amor propio y la importancia de la salud mental. Con 812 mil seguidores en TikTok, María Teresa ha pasado de no tener referentes a convertirse en una para miles de jóvenes. Hablamos con ella el día después de presentar su primer libro, Yo siempre seré yo, a pesar de ti, en plena Gran Vía de Madrid.
El 6 de febrero se puso a la venta tu primer libro. Yo siempre seré yo, a pesar de ti es una novela romántica que rápidamente ha cautivado a los lectores y ya va por su cuarta edición. ¿Qué crees que tiene el libro para haber atrapado tan rápido a la gente?
Yo creo que es muy rápido de leer. Utilizo un lenguaje muy cercano, así que es casi imposible que se te haga bola o que tengas que releer varias veces algún párrafo. El libro es muy cercano, muy actual, muy del día a día. Al margen de todo esto, creo que la clave está en que es una de las primeras veces en las que en una comedia romántica lo más importante no es el amor romántico, sino el amor propio. Esto era algo un poco arriesgado, porque las lectoras de este género están acostumbradas a que el amor romántico sea lo primero. Nuestra protagonista, Karma, es una tía que decide poner por delante el amor a sí misma. Creo que esto es algo que está gustando bastante. El feedback está siendo absolutamente increíble, estoy que no me lo creo. Hace unos días fue la presentación en Gran Vía y fue muy bonito. Está superando todas las expectativas.
Además de escritora, eres actriz y periodista… Sin embargo, una de las principales facetas por las que te conoce la gente es por tu activismo en redes sociales donde hablas sobre gordofobia, autoestima y salud mental, entre otras cosas. ¿Cómo empezaste en el mundillo?
Desde que tenía más o menos 17 años yo ya sabía que quería dedicarme a hacer activismo en redes. Yo consumía mucho el contenido del blog WeLoversize. En los perfiles de Elena Devesa, Rebeca Gómez Polo y Bea Cepeda —Perra de Satán, en las redes— encontré mi espacio seguro. Con ellas por fin entendí que estar gorda no era nada malo, que podía vestirme como me diera la gana, que había un hueco para mí en el mundo y que podía ser quién yo quisiera. En aquella época, la María Teresa adolescente no tenía otros referentes a los que poder aferrarse. Cuando aparecieron ellas supe que yo también quería convertirme en esa persona con la que otras chicas pudieran sentirse reflejadas. Así que no puedo decir que lo de las redes sociales haya sido sin querer o que me lo haya encontrado de repente, porque no es así. Yo tenía súper claro que quería ser divulgadora contra la gordofobia desde mis inicios. Estuve años creando contenido en Instagram pero no terminaba de arrancar la cosa, me quedé estancada en 20 o 30 mil seguidores. La Navidad del año pasado me descargué TikTok, que era una aplicación que me echaba un poco para atrás. Fue un poco como cuando mis padres llegaron a Facebook. ¿Qué hago yo en esta aplicación que usa mi prima pequeña? Pero empecé a consumir contenido durante horas y luego me lancé a subir vídeos que ya tenía en Instagram. En pocos meses el contenido empezó a petarlo y en marzo ya tenía medio millón de seguidores.
"A día de hoy me tatuaría la palabra gorda en el pecho. Es algo de lo que me siento orgullosa"
Durante años, el término ‘gorda’ ha sido utilizado como un calificativo despectivo. Que alguien te llamara así era directamente tomado como un insulto tremendamente doloroso. Sin embargo, hace un tiempo que diferentes activistas estáis reapropiándoos del término y normalizando su uso. ¿Qué importancia tiene esto?
Esto es algo que está pasando con todas esas palabras que se han utilizado para intentar meternos en cajas y hacernos sentir mal. Con la palabra “gorda” se nos ha intentado enseñar que no somos parte de la norma, que hay algo que está mal en nosotras. Esto también pasa con otras palabras como “bollera” o “maricón”, que el colectivo LGTBIQ+ también empieza a reapropiarse. En este sentido, yo creo que es absolutamente importante e imprescindible coger lo que fue una herida y convertirlo en un arma. Ha llegado el momento de decir: “Cada vez que me llames así no me va a doler. A partir de ahora, esta palabra me empodera”. A día de hoy me tatuaría la palabra gorda en el pecho, así te lo digo. Es algo de lo que me siento orgullosa, que me ha dado muchas alegrías y me ha permitido conocer a gente maravillosa. Ser una mujer gorda ha configurado completamente la persona que soy hoy. Yo no tendría los mismos principios ni el mismo discurso si hubiera crecido con un cuerpo normativo.
La descripción de 'Gordas', la obra de teatro que coprotagonizas junto a Mara Jiménez, dice así: “Dos gordas que hacen de gordas, pero que pueden ser todo”. ¿Qué importancia tiene que haya gordas en la cultura? ¿Ha llegado el momento de demostrar que las gordas también podemos existir más allá de personajes secundarios y “amigas de”?
Yo no sé si ha llegado el momento o no, pero nosotras con la obra queremos justamente implantar esa idea. El mundo está más que preparado para empezar a ver cuerpos diversos haciendo cosas interesantes, y así lo demuestra el éxito que estamos teniendo con Gordas. La obra lleva un año y medio llenando cada fin de semana la sala grande de los Teatros Luchana de Madrid. Esto era algo impensable, pero nos ha demostrado que el público está preparado para ver cosas diferentes. Son los altos cargos de la cultura los que no quieren entender que ha llegado el momento de cambiar. Pero bueno, no pasa nada, lo haremos nosotras sin su beneplácito. Estamos súper seguras de que lo que queremos es contar historias, queremos ser referentes. Queremos que las niñas y los niños que tengan cuerpos disidentes enciendan la televisión o vayan al teatro y se encuentren cuerpos como los suyos y no les resulte raro, sino que simplemente vean a un personaje más.
Entiendo que crear Bendita Inocencia, la compañía de teatro que codiriges, fue entonces una manera de decir “oye, que las cosas se pueden hacer diferente”.
Totalmente. Es la idea tanto de la compañía como de La Bendita, que es la escuela de teatro que hemos creado. Formándome como actriz me he encontrado muchísimas veces con mucho rechazo por parte de los profesores, que se negaban a darme papeles que a cualquier niña le hubiera gustado hacer simplemente por el cuerpo que tenía. Como gordas quedábamos relegadas a personajes como la madre o la abuela del protagonista, que eran papeles que absolutamente nadie quería hacer. Aunque he aprendido muchísimo de interpretar a estos personajes, me hubiera gustado también conseguir el papel con el que todas soñábamos. Con La Bendita queremos justamente convertirnos en un espacio seguro donde, tengas el cuerpo y las peculiaridades que tengas, todos los actores y actrices tengan las mismas posibilidades. Es algo que yo no tuve y que me hace feliz poder ofrecer.
"Queremos que las niñas y los niños que tengan cuerpos disidentes enciendan la televisión o vayan al teatro y se encuentren cuerpos como los suyos"
Aunque estamos avanzando, la actualidad nos confirma que la gordofobia sigue presente. El peso de Berta Vázquez se convirtió en el inesperado protagonista de la gala de los premios Goya el pasado mes de febrero y las redes sociales volvieron a poner el cuerpo de una mujer en objeto de debate y crítica. ¿Qué mensaje estamos lanzando al focalizar la atención en el cuerpo de una actriz?
Es el mensaje de siempre. A mí me hubiera sorprendido que no se hubiera dicho nada. Eso sí que habría sido noticia. Me da muchísima rabia que una mujer con tantísimo talento sea juzgada simplemente por su peso. Las mujeres estamos repletas de cosas que ofrecerle al mundo, con muchísimo que decir y contar. Sin embargo, se nos sigue reduciendo al cuerpo que tenemos. Es de verdad algo que no puedo entender. Me encantaría entenderlo. ¿Quién gana con esto? Qué pereza más grande. El caso de Berta es otro ejemplo más de que aún queda muchísimo camino por recorrer. Aunque estoy muy contenta de que al menos este tema se cuestione y se ponga en debate. Hace unos años, nadie hubiera dicho nada, todo esto se habría dado por sentado. Que los medios de comunicación digan “esta chica ha cogido peso” y la gente en Internet diga “eh, para el carro” ya es un avance.
En redes también hablas de salud mental y de tu experiencia yendo a terapia. En algún vídeo has contado alguna vez que uno de tus grandes descubrimientos yendo al psicólogo fue darte cuenta de que llevabas gran parte de tu vida “haciendo ensaladillas rusas”.
Lo de las ensaladillas rusas es, sin dudarlo, uno de los mayores aprendizajes que me llevo de la terapia. Hace un tiempo trabajaba de teleoperadora y llegué a mi casa a las 11 de la noche. Al día siguiente tenía el cumpleaños de un colega y en lugar de acostarme a dormir, que era lo que me apetecía, me puse a hacer ensaladilla rusa para 30 personas. Todo esto estando literalmente muerta en vida. Se lo conté a mi psicóloga y me preguntó porqué había hecho eso. Le dije “para que me quieran más”. “¿Para que te quieran más tienes que hacer una ensaladilla? ¿No te van a querer si vas al Mercadona al día siguiente, coges una tortilla precocinada y una botella de tinto de verano y la llevas a la fiesta?”, me dijo ella. Y entonces yo le solté que en tal caso me querrían menos. La psicóloga me dijo que justo ahí estaba el problema: “Si te quieren menos por hacer eso es que no se merecen estar en tu vida”. Y me explotó la cabeza al darme cuenta de la cantidad de ensaladillas rusas que hacía en mi vida. No solamente por el hecho de cocinar. Me di cuenta de los favores o cosas que no me apetecía hacer y que hacía solo por buscar la validación de los demás. Aprender a detectar qué es una ensaladilla rusa y por qué la estoy haciendo en un momento dado es algo que me ha cambiado bastante la vida.
"Durante años he hecho cosas que no me apetecía hacer solo por buscar la validación de los demás"
Que hables de gordofobia, salud mental y autoestima en redes ha ayudado a mucha gente joven a sentirse comprendida y apoyada. Para muchas te has convertido en referente. Pero, ¿quiénes son los referentes de María Teresa?
En primer lugar y sin lugar a dudas, Mara Jiménez. Está en el top 1. Llevamos un año y medio trabajando juntas y no dejo de aprender de esta pedazo de mujer. Carlota Quiroga también me flipa y las chicas de WeLoversize para mí siguen siendo mi hogar.
Un libro, una compañía y una escuela de teatro, un perfil con miles de seguidores en redes… ¿Qué proyectos tienes en el horizonte ahora?
La verdad es que me gustaría sacar un segundo libro, un tercero o los que hagan falta. Me encantaría seguir explotando mi faceta como escritora. En Bendita Inocencia también queremos seguir lanzando proyectos. Por decir algo concreto, me encantaría escribir un teatro infantil y dirigirlo, para explorar también esa parte nueva de mí que he descubierto que me encanta.