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Paula Badosa
Paula Badosa en 'La Resistencia'. Fuente: Movistar
Paula Badosa
Paula Badosa dándole la mano a David Broncano, después de decirle que gana más que él. Fuente: Twitter

La mujer en el deporte: ¿sigue siendo una rareza que nosotras cobremos más que ellos?

Las reglas del juego son las mismas en el deporte, tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, en las élites de la competición la diferencia salarial entre sexos es un verdadero abismo. Según Forbes, la diferencia de ingresos entre el mejor pagado y la mejor pagada asciende a 58 millones de euros.

Andrea García

Paula Badosa ha ganado un partido fuera de la pista: “Por fin puedo decir que tengo más que tú”, le decía la tenista a David Broncano en La Resistencia, entre aplausos y vitoreos. El presentador nunca olvida la pregunta del millón, que en este caso sirvió para poner en bandeja la brecha salarial

En España las mujeres siguen cobrando un 20,9% menos que los hombres. Según un informe de Comisiones Obreras, los números de ellos suman los 27.332 euros, frente a los 22.601 de ellas. La módica cantidad de 4.721 euros es la diferencia que actualmente mantiene a las mujeres por debajo. Aún habiéndose reducido la brecha por la subida del salario mínimo interprofesional, el estudio de Global Gender Gap 2022 coloca a España en el número 17 en paridad de género. Esto, sin lugar a dudas, es el ejemplo perfecto de discriminación laboral, como define la propia Organización Mundial del Trabajo (OIT): “Cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, SEXO, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación”.

Sin embargo, pocas veces se habla abiertamente de esta realidad y ese fue el motivo por el que todo Twitter coronó reina a Badosa. La ovación estaba anunciada. La periodista Jessica Bennett, publicaba en el New York Times que hay ciertos temas que empiezan a cobrar importancia: “Olvídate de hablar de nuestra vida sexual, la mujer moderna habla de dinero”. Esta frase, que parece clavada de la Bzrp Music Sessions, Vol. 53 donde Shakira entona ese revelador “Las mujeres ya no lloran, FACTURAN”, invita a todas las profesionales del mundo a que empiecen a dirigir estas conversaciones sin pelos en la lengua hacia la retribución que sus empresas les pagan en puestos de igual responsabilidad que sus compañeros. Hasta ahora, para los hombres hablar de dinero se ha considerado un gesto de autoridad y cualificación, frente a esa barrera invisible que ha frenado a las mujeres desde décadas en forma de violencia económica.

No lo hemos inventado nosotras. Los datos están a la vista de cualquiera que quiera comprobarlos. La lista Forbes de 2021 sobre los deportistas mejor pagados refleja una diferencia de ingresos entre el mejor pagado y la mejor pagada de 68.9 millones de dólares (casi 58 millones de euros). Ahí no queda la cosa. Mientras que la suma de los diez atletas hombres es de 818.2 millones de dólares, las mujeres solo alcanzan los 135 millones de dólares. Esto significa que lla suma de los salarios del top 10 de deportistas mejor pagadas es apenas el 16% de la totalidad de la suma de los ingresos de los hombres. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

España, a la cola en lo que se refiere a la igualdad salarial

Incluso en los sectores donde las mujeres son mayoría —educación, sanidad y servicios sociales—, no se escapan de ganar menos que sus compañeros. La brecha se mantiene en unos cinco mil euros. Así lo cuenta también Alejandra de la Fuente, periodista  al frente de Mierda Jobs, la plataforma que da visibilidad a la precariedad laboral. Como su nombre indica, este espacio nos enseña lo peorcito que nos encontramos cada día al girar la esquina.

En cambio, en otros países de Europa, otro gallo ha cantado. En Alemania se han puesto las pilas. Las mujeres podrán saber qué ganan sus compañeros masculinos, y podrán pedir la equiparación salarial reclamando de forma judicial. Desde hace años, en Islandia es ilegal que ellos cobren más, y también es un país pionero donde las mujeres superan en número a los hombres en el Parlamento.

Si hablamos de tareas pendientes, la desigualdad en el deporte resalta con letras grandes y brillantes. 

La desigualdad salarial (en el deporte) llevada al extremo

Lo que pasa en la élite es para flipar. Algunas mascotas de la NBA ganan el triple que Diana Taurasi, la jugadora mejor pagada de la liga femenina. Rocky, la mascota de los Denver Nuggets, gana 625 mil dólares al año, frente a los 228 mil de Taurasi. Una distopía de manual. De hecho, la baloncestista Angel McCoughtry llegó a tuitear a su favor: “Puedo aprender a ser una mascota”, desafió, en referencia a la injusta equiparación de estas dos profesiones.

Pero dejando a un lado el sueldo de las mascotas, en 2019 las jugadoras de la WNBA ganaron 33 veces menos que sus compañeros de la NBA. Un disparate que se explica en términos publicitarios. Cuantos menos partidos en antena, menos ingresos por anuncios.

Esta brutal diferencia de salario fue un rapapolvo para el sector femenino en el deporte, y distintas plataformas especializadas se encargaron de denunciarlo. Caroline Fitzgerald, creadora del podcast Goals Sports dio en el clavo: “La brecha entre las mascotas y las atletas de élite te dice todo lo que necesitas saber sobre cómo la industria del deporte valora a las mujeres”. 

Los deportistas mejor pagados del mundo: una mujer entre 49 hombres 

Según Forbes, Serena Williams es la penúltima en la lista de los 50 deportistas mejor pagados. Su patrimonio suma 45 millones de dólares. Y así quedaría la lista, de la que se cae Naomi Osaka, tras su embarazo y las lesiones que la dejaron fuera de la pista parte del año pasado, lo que limitó el dinero de sus premios y también el del patrocinio. 

Williams ya anunció su retirada del tenis profesional y, por lo tanto, no volveremos a verla en este ranking. Sin embargo, el próximo año podría traer buenas noticias para el deporte femenino, ya que las audiencias de la WNBA también han pegado un estirón: en 2023, se verán 205 partidos, lo que aumenta la esperanza de convertir este subidón en dinero y en un salario justo para una de las mejores ligas del mundo.

Fútbol, el rey de la desigualdad

El fútbol es probablemente el deporte más seguido del mundo pero también en el que la desigualdad de género es mayor. Según datos de la encuesta global GSSS, hay 137.021 jugadores de fútbol profesional en todo el mundo frente a 1.287 mujeres que juegan profesionalmente.

La comparativa más clara pudo verse en la entrega del Balón de Oro. El jugador del PSG, Leo Messi y la jugadora del Barcelona, Alexia Putellas han sido reconocidos por la FIFA como los futbolistas más importantes del momento. Para la española es su segundo trofeo consecutivo.

A nadie se le escapa que ambos han hecho historia como los mejores en el fútbol pero la brecha salarial entre ambos es abismal. Actualmente, el sueldo anual de Messi es de 41 millones de euros. Si dicho sueldo lo dividimos de forma mensual, nos da que Messi cobra un sueldo mensual de 3 millones 400 mil euros, unos 797 mil euros semanales. En términos simples, serían 114.000 euros diarios. A lo que hay que sumar sus ingresos por publicidad o la millonada que obtiene por sus publicaciones en Instagram. Según Forbes, con 130 millones de euros, Messi fue el deportista mejor pagado del mundo entre 2021 y 2022 por delante de LeBron James y Cristiano Ronaldo.

Alexia Putellas puede presumir de ser la mejor pagada de fútbol español, pero sus cifras quedan a años luz. El primer convenio del fútbol femenino aprobado en febrero de 2020 establecía un salario mínimo de 16.000 euros para las jugadoras (muy lejos de los 155.000 euros fijados para el fútbol masculino). La ganadora del The Best cobra unos 600.000 € al año, cifra que ve aumentada también con acuerdos publicitarios y extras por objetivos. Su primer Balón de Oro vino acompañado de acuerdos comerciales y su renovación con el Barça, lo que supuso su primera subida de sueldo a los 400.000 euros. Su nómina no ha parado de crecer hasta llegar a la cifra actual superior al medio millón.

Estos números son la mejor demostración de que la igualdad salarial es una batalla que se sigue disputando en los terrenos de juego. En España, la situación no es tan halagüeña. En el Mundial de Canadá 2015, el primero en el que participaba la selección española, las dietas de las futbolistas subieron de 27 a 40 euros por día (las nacionales) y de 40 a 60 (las internacionales). Una cifra irrisoria que casi no ha ascendido en los últimos años. Lo mismo ocurre con las primas por partido jugado y/o ganado (150€). Mientras, en otros países como Noruega, Países Bajos, Inglaterra, Australia o Brasil, las federaciones aplican la igualdad salarial entre las selecciones masculina y femenina. Esta equiparación, en algunos casos, solo ha sido posible cuando la selección masculina ha renunciado a parte de su salario.