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Sara y Manuel, dos participantes de La Isla de las Tentaciones 2022
Los programas de citas en España llegaron de la mano de las televisiones privadas. Uno de los formatos de más éxito es la Isla de las Tentaciones, impulsado por Telecinco en 2020. (Fuente: Mediaset España).
Las parejas participantes de la edición de 2022 de la Isla de las Tentaciones
Los programas de citas en España llegaron de la mano de las televisiones privadas. Uno de los formatos de más éxito es la Isla de las Tentaciones, impulsado por Telecinco en 2020. (Fuente: Mediaset España).

¿Cómo han evolucionado los programas de citas en España?

Desde que los canales privados se instalaran en nuestros televisores, los programas de citas han sido un ente constante de entretenimiento. Con el paso del tiempo, han ido evolucionando hasta representar un amplio abanico de sexualidades.

Helena Celma

Este pasado septiembre se estrenó ¿A quién le gusta my follower? en Netflix, un reality de citas en el que tres influencers aconsejan a tres jóvenes para encontrar a su nuevo amor. Este es probablemente el enésimo programa que se ha realizado en España con el objetivo de juntar sentimentalmente a dos personas. Los programas de citas empezaron hace muchos años, en la década de los 90, aproximadamente con el desembarco de los canales privados en la televisión de nuestro país.

Uno de los programas pioneros fue Vivan los novios, que estrenó Telecinco en 1991. El dating show consistía en que tres hombres y tres mujeres estaban separados entre sí según su género. Se formulaban preguntas mutuamente y, al final, cada uno de los concursantes debía elegir a alguien del sexo opuesto.

El premio final consistía en un viaje. Uno de los personajes míticos de la televisión española que consiguió un viaje a Tailandia con este programa fue La Veneno. En la serie que dirigieron Javier Calvo y Javier Ambrossi, La Veneno, aparece Jedet interpretando a la protagonista, que por aquél entonces aún se hacía llamar Josito. Esa fue precisamente la primera aparición de La Veneno en la tele.

Ya en los 2000, más concretamente en el 2002, se estrenó Confianza ciega, un embrión de lo que hoy en día conocemos como La isla de las tentaciones. El dating show de Antena 3 consistía en que tres parejas se separaban en dos casas diferentes y ponían a prueba su fidelidad. Durante los 16 días en los que permanecían en un complejo turístico del Algarbe portugués, los chicos y chicas eran seducidos por otras personas del sexo opuesto.

El objetivo no era otro que resistir a la tentación y, por otro lado, veían vídeos manipulados por la organización sobre el comportamiento de sus respectivas parejas. Se podría decir que Mediaset no fue una visionaria con LIDLT, ya que la idea originaria ya apareció dos décadas antes. 

Los años fueron pasando, y con ellos los programas de amor, pero sin duda alguna, uno de los que más marcó este formato fue Next, que arrancó en 2005 en Neox. Un anfitrión recibía la visita de hasta cinco candidatos. A cada uno de ellos les obligaba a hacer algunas pruebas para ver si podían ser sus “medias naranjas”.

Por otro lado, los candidatos tenían que intentar alargar cuanto pudieran las citas, ya que por cada minuto ganaban un euro. Al llegar a los 20 minutos, el candidato tenía que elegir entre quedarse los 20 euros o tener una segunda cita, siempre y cuando así lo quisiera también el anfitrión. 

'Next' era la palabra que se utilizaba en el programa para acabar la cita.
‘Next’, una de las palabras más odiadas en ese programa. (Fuente: Giphy / VH1)

Next es un programa que a día de hoy sigue presente en el imaginario popular. Tanto es así que hasta Ibai Llanos, el streamer español por excelencia, reaccionó en Twitch a algún programa antiguo.

Más allá del divertido formato, en la que se soltaban perlas como “De apellido te llamas Next”, también fue revolucionario en cierta forma porque se incluyeron parejas LGTB. Hasta el momento, lo más común era que todos los dating show fueran de parejas heterosexuales, pero la implementación de las diferentes orientaciones sexuales fue un paso adelante para lo normalización de la homosexualidad en televisión. Pero también destacaba el ‘frikismo’ de los concursantes, ya que cada concursante tenía que decir una frase que le representara y ahí salía de todo… a cada cuál peor. 

De hecho, David Lafuente, antiguo miembro del grupo de música ‘Auryn’, participó en el programa y dijo “si dicen que nadie es perfecto, ese nadie soy yo”. Sin duda alguna, no tenía abuela.

Pasaron unos años y en 2008 apareció Mujeres y hombres y viceversa en Telecinco. Este programa lo protagonizaban dos tronistxs y cada uno recibía una serie de pretendientes con los que tener varias citas para, finalmente, quedarse con uno de ellxs. Lo que empezó como un programa de amor, acabó degenerando con el paso de los años hacia una plataforma desde la que dar el salto hacia otros programas de Mediaset. Sin ir más lejos, Hugo Paz perteneció al mundo ‘viceverso’ y ha acabado recalando en Supervivientes o, en la actualidad, en La Isla de las Tentaciones. 

De hecho, en los últimos años del programa, ya se rumoreaba que cada trama entre el tronista y sus pretendientas era prácticamente un montaje, algo que quedará en la duda de los espectadores. No obstante, uno de los tronistas que sí que consiguió engañar a todos los espectadores fue Efrén Reyero. El joven malagueño tuvo uno de los tronos más recordados del programa, cosechando un 27% de share en su primera final -unos 3.243.000 espectadores, aproximadamente- en 2008, cuando se fue de la mano con Soraya Segura.

No obstante, al cabo de pocos meses se descubrió que había estado manteniendo una relación secreta con Ali Fernández, una de las “gancho” del programa, y puso fin durante el tramo final de su trono para que no hubiera ninguna especulación que pudiera enturbiar su paso por el programa. Finalmente, la revista ¡Qué me dices! desveló el pastel y la imagen pública del ex futbolista acabó seriamente dañada. 

Durante más de una década, la audiencia reclamaba que hicieran algún trono LGTB, y finalmente el espacio cedió a la presión social, pero en vez de hacer un trono normal, como el del resto de protagonistas que pasaron por el programa, acabaron haciendo una edición para el famoso presentador Jorge Javier Vázquez. Este intento de recuperar audiencia no sirvió de mucho, ya que un mes después acabó echando el cierre definitivo a un programa que duró más de una década. 

Efrén Reyero, uno de los tronistas más famosos del programa.
Efrén Reyero, un protagonista absoluto de ‘Mujeres y hombres y viceversa’. (Fuente: Mediaset)

Al final, pasó a ser un programa en el que encontrar el amor era algo completamente secundario, y lo primordial era encontrar trabajo posteriormente en el mismo medio televisivo.

Precisamente, en 2008 también arrancó un nuevo formato de programas de citas presentado por Luján Argüelles en Cuatro. Granjero busca esposa fue uno de los más conocidos, en el que 10 granjeros buscaban el amor entre mujeres de ciudad. La presentadora asturiana también estuvo al cargo de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? (2012-2017), Un príncipe para… (2013-2015) y ¿Quién quiere casarse con mi madre? (2013), todos emitidos en Cuatro durante unos años en los que la búsqueda del amor fue uno de los “leitmotiv” de la cadena. Tal fue el impacto de estos programas que incluso influyó en el vocabulario popular. En 2012, un bloguero llamado ‘El Hematocrítico’ puso de moda la palabra “tróspido” para referirse a algo malo o extraño.

En 2016 arrancó First Dates, el programa de citas en Cuatro, que sigue ocupando horas y horas de nuestro televisor. Este dating show junta en una cita a ciegas a dos personas que pueden ser compatibles y al final de la velada tienen que decidir si tener una segunda cita o no. 

En este caso, sí que ha sido mucho más común que aparezcan parejas de cualquier orientación sexual, aportando un espacio de visibilidad a la diversidad en los medios más tradicionales. No obstante, el problema muchas veces radica en que escogen personas que pueden dar más espectáculo y, en vez de ayudar al colectivo, puede provocar que se sigan perpetuando estereotipos negativos.

De cualquier forma, es un programa enfocado a la diversión, con una visión desenfadada del amor y en el que tiene cabida todo el mundo. 

En 2020 arrancó un auténtico boom en Telecinco: La isla de las tentaciones. Siguiendo la temática previa de Confianza ciega, cinco parejas entraban de forma separada en dos casas, en las que se juntan con tentadorxs del sexo opuesto. El objetivo no es otro que ponerse al límite con otras personas para ver si son capaces de aguantar la tentación… aunque lo raro en el programa es que no se acaben poniendo los cuernos. 

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Una de las anécdotas más divertidas de este programa guarda relación con Operación Triunfo. En la primera edición de LIDLT, el grito de “¡Estefanía!” se hizo viral después de ver que Christoper, uno de los concursantes, gritaba el nombre de su mujer con desesperación por toda la playa tras ver su infidelidad. En OT, una de las concursantes se llamaba Nia -de Estefanía-, y un miembro del público hizo el famoso grito, dejando a la cantante completamente confundida. Incluso Noemí Galera, la directora de la academia más famosa de La1, tuvo que explicarle de qué iba el tema.

En estos momentos ya van por la quinta temporada y las infidelidades cada vez son peores, hasta el punto de que en la cuarta entrega se produjo un trío.

Pero el grupo Atresmedia no quiso quedarse atrás y lanzó Love Island en 2021, un programa de citas que guardaba ciertas similitudes con las de su competidor directo. Un grupo de solteros y solteras conviven en una villa, en la que tienen que mantenerse fieles a la pareja que se han asignado en el inicio del programa, motivada por la primera apariencia y la primera impresión. Si consiguen mantenerse fieles a la primera pareja y no caer en la tentación del resto de solterxs, se llevan un premio en metálico.

Y así han ido sucediéndose los programas hasta llegar a ¿A quién le gusta mi follower?. Con el paso del tiempo, los programas se han ido modernizando y actualizando a los nuevos tiempos, abriendo la mentalidad cada vez más, pero sin dejar de pensar que en televisión lo que triunfa es el espectáculo; y que en tiempos de redes sociales y viralidad, cuanto más esperpéntico sea, más posibilidades hay de llegar a más gente.