Alexia Putellas: ¿Por qué la reina del balón se ha vuelto a coronar en 2022?

Hace unos días, la FIFA nominó a Alexia Putellas como posible ganadora del premio The Best, uno de los galardones que reconoce a los mejores jugadores del mundo en cada temporada. Es completamente comprensible que la futbolista de Mollet del Vallès sea una de las nominadas, ya que su temporada 2021/22 fue para enmarcar por lo que respecta a las cifras: en 54 partidos, anotó 42 goles y repartió 23 asistencias, algo de locos si tenemos en cuenta que es centrocampista, no delantera.

Sin embargo, en su mejor momento futbolístico se encontró con el peor revés: una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. El destino fue tan retorcido que la invitó a lesionarse el día anterior del inicio de la Eurocopa de 2022, tirando por los suelos sus aspiraciones con la Selección.

Este terrible capítulo queda recogido en el documental de Amazon Prime, Alexia: Labor Omnia Vincit. Esta frase en latín significa “el trabajo lo conquista todo”, y es precisamente la que define a la jugadora del Fútbol Club Barcelona a la perfección. No es extraño, de hecho, que lo tenga tatuado en su piel, ya que ha adoptado este lema como forma de vida. “Para mí, el 95% de las decisiones que yo tomo en mi vida son en función de si va a mejorar mi rendimiento o no”, dice la protagonista en uno de los momentos del documental.

Esta toma de decisión es lo que le permite llegar a ser la mejor. “Los deportistas considerados de ‘los mejores’ tienen en común una alta-exigencia en el trabajo, hasta el punto que el desempeño a máximos se convierte en un hábito, cosa que facilita que tengan más opciones de mantener este nivel de desempeño en las situaciones de presión que se dan en competición”, comenta el doctor Joan Vives Ribó, psicólogo deportivo del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

En tan solo tres episodios, el espectador es capaz de ver la trascendencia que tiene la futbolista en ámbitos que van más allá del mero terreno de juego, como por ejemplo, en los patrocinios. La jugadora mantiene acuerdos comerciales con grandes marcas, como Nike, Cupra, Allianz, Hublot, es la embajadora de Visa, la imagen de la Liga de Campeones y de la UEFA, entre muchos otros.

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El creciente interés que despierta entre las marcas es sintomático y demuestra que el fútbol femenino está creciendo de forma importante, y que Alexia se ha convertido en la punta de lanza.

Megan Rapinoe, su predecesora

Alexia Putellas ha dejado de ser tan solo una jugadora, y ha pasado a convertirse en la imagen de un movimiento y una reivindicación femenina, sobre todo desde España. Una figura similar a la suya en años anteriores fue Megan Rapinoe, la futbolista estadounidense que ganó el segundo Balón de Oro de la historia, el previo a que Putellas monopolizara este prestigioso galardón durante dos años consecutivos.

Por aquel entonces, en 2019, el fútbol femenino comenzaba a ser más popular y a tener más presencia mediática. Coincidió justo con el Mundial de Francia, cuya expectación se tradujo en visibilidad: más de mil millones de espectadores vieron los partidos del torneo, según datos de la FIFA. Estados Unidos ganó el Mundial y Megan Rapinoe, como capitana del combinado nacional, se alzó como la cara visible del fútbol femenino.

Pero esta responsabilidad se reforzaba por su disidencia, ya que se mostró múltiples veces en contra de algunas medidas tomadas por el gobierno de Donald Trump. De hecho, al ganar el Mundial, ya declaró que no iría “a la puta Casa Blanca” como protesta, en caso de que las invitaran.

Hay que remarcar que el feminismo estaba en pleno auge, sobre todo desde el movimiento #MeeToo. Por lo tanto, se juntaron varios factores: un movimiento que estaba a la orden del día, un deporte que pedía paso y una futbolista que aceptaba ser la imagen principal.

El paso a la Reina

Sin embargo, llegó Alexia Putellas y arrolló con todo. Su figura se nutrió también de los éxitos del Barça femenino. El conjunto azulgrana alcanzó el Olimpo tras ganar la UEFA Women’s Champions en la temporada 2020/21, y la centrocampista se erigió como una de las jugadoras más destacadas. De hecho, su campaña a título individual, unida al triplete del equipo, le sirvió para coronarse como reina del fútbol y ganar su primer Balón de Oro.

La gran mayoría de medios abrieron la primera plana con la imagen de la azulgrana recogiendo el galardón. Por lo tanto, el aumento de popularidad del fútbol femenino se ha retroalimentado se los éxitos del Barça y, en consecuencia, de Alexia. Son dos marcas potentes de por sí, y que juntas se vuelven imparables.

No es extraño entonces que, la pasada temporada, 15.000 aficionados culés viajaran a Turín para presenciar la final de la Champions femenina, a pesar de que el resultado no fuera el esperado y el Olympique de Lyon acabara llevándose la copa. Para movilizar una masa social de este calado se necesita un relato potente, y Alexia se ha convertido en el centro de éste.

La visibilización del fútbol femenino y la elección natural de que Alexia sea el reflejo de este deporte ha ayudado que miles de niñas quieran imitarla y apuesten por jugar al fútbol. Así lo reflejan los datos del Consejo Superior de Deportes: en 2015, hubieron 40.524 licencias federativas de mujeres que practicaban fútbol en España, mientras que en España aumentó hasta los 67.149.

“No quiero ser una estrella, quiero que las niñas vean que hay jugadoras de fútbol y soñar con serlo”, explicaba Alexia Putellas en una entrevista para GQ. Y lo ha conseguido, porque ya hay niñas y niños que van al campo a verla, que llevan sus fotos en el móvil y que la tienen como ejemplo. Esta percepción también la comparte Josep Maria Figueras, el representante de la futbolista, que en el documental explica que se ha convertido “en referente para ellos y ellas. Esto es totalmente nuevo”.

Este escenario conlleva una presión con la que puede ser difícil de lidiar. Sin embargo, es una condición sine qua non para poder triunfar, y parece que es algo que Alexia sabe llevar de sobremanera. “Saber tolerar la presión mediática y aceptarla como uno de los precios a pagar por llegar a según qué nivel en según qué deportes puede ser la medida más adaptativa. En realidad, se trata de saber entenderse con este fenómeno”, comenta el Doctor Vives Ribó.

En conclusión, las niñas han dejado de idolatrar a Messi para reflejarse en Alexia, una mujer extraordinaria que ha conseguido triunfar y ser la mejor en un deporte tradicionalmente de hombres.