Las esculturas más feas de España

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Al margen de consideraciones artísticas varias, hay esculturas que generan cierto rechazo por su estética, por no ser precisamente bonitas. Seguro que tienes alguna en mente que adorna alguna plaza de tu ciudad, aunque suelen ser especialmente habituales en rotondas y glorietas, donde suelen colocarse algunas de las más peculiares.

Recorremos hoy algunas de las esculturas más feas de España, las cuales han sorprendido a la mayoría de los vecinos del lugar donde se encuentran y continúan asombrando a los viajeros que se tropiezan con ellas. Hay que reconocer que no es de extrañar que se conviertan en protagonistas de numerosas fotografías.

El hombre avión (Castellón)

Hombre avión
Fuente: Wikimedia/Sanbec CC BY-SA 3.0

El hombre avión del artista Juan Ripollés es uno de los monumentos estéticamente más feos de nuestro país y son muchas las voces que así lo han declarado. Se trata de una estatua colocada en la rotonda que se localiza a la entrada del aeropuerto de Castellón, motivo por el cual en su composición cuenta con un avión de acero en la parte más alta del conjunto.

Con más de 20 metros de altura y tras haber costado cientos de miles de euros, el periódico estadounidense The New York Times llegó a denominarla «el símbolo de la ruina en el aeropuerto sin destino».

La patata (Bizkaia)

La Patata monumentos feos
Fuente: Wikimedia/Zarateman CC0 1.0

Sorprende que un tubérculo sea el protagonista de una escultura, pero si aún encima su aspecto es algo grotesco extraña todavía más. Nos referimos a La patata, un monumento obra de Andrés Nagel, que alcanza los 9 metros de altura y los 2500 kilogramos de peso. Tiene además varios pinchos en su cuerpo y tres patas.

Se encuentra en el municipio de Amorebieta-Echano, en Bizkaia (País Vasco). Curiosamente, el artista no bautizó a su obra con ningún nombre, así que se la conoce como La patata porque fue el modo en que se acostumbró a llamarla la gente.

Rotonda de los pavos (Jaén)

rotonda
Fuente: Wikimedia/Kordas CC BY-SA 3.0

No es muy bonita, pero nadie puede negar que la rotonda de Los Pavos es bien vistosa y colorida. Los pavos de gran tamaño, colocados en una de las rotondas de la carretera Bailén-Motril, en la Avenida Antonio Pascual Acosta, en Jaén, están realizados con materiales que se utilizan en la construcción, así como por señales de tráfico. Son obra del artista José Fernández Ríos.

Oso verde (Boadilla del Monte)

Oso Verde
Fuente: Flickr/David Ceballos CC BY 2.0

En la rotonda de acceso a la urbanización La Reserva del Mayorazgo se colocó, en Boadilla del Monte, en la Comunidad de Madrid, la escultura conocida como el Oso Verde. Este singular monumento emula a los populares ositos de gominola que la mayoría de nosotros ha comido alguna que otra vez.

El autor fue Eladio Mora, de nombre artístico dEmo, cuyas obras siempre están rodeadas de polémica, tanto por su aspecto como por su coste. Y es que el oso, junto a dos rotondas más, alcanzó los dos millones de euros. Muchos son los que consideran a este enorme oso de color verde uno de los monumentos más feos de Madrid.

Cremallera (Ávila)

Cremallera
Fuente: Wikimedia/Javiermes CC BY-SA 4.0

En Ávila (Castilla y León) te encontrarás otro de estos monumentos bien curiosos en otra rotonda: la escultura Cremallera, obra de Fernando Clavo. El proyecto fue galardonado con el primer premio del Concurso de Escultura Ciudad de Ávila de 2006. Se inauguró un par de años después. Desde luego, con sus casi seis metros de altura no resulta indiferente a nadie, puesto que siempre sorprende tropezarse en la carretera con una cremallera gigante.

Las Hormigas (Jaén)

Jaén
Fuente: Wikimedia/Kordas CC BY-SA 3.0

Según la disparidad de opiniones que provocan, las esculturas de las hormigas del parque empresarial Nuevo Jaén o gustan mucho u horrorizan al viajero. El conjunto monumental está formado por una hormiga gigante y dos de menor tamaño, obra de José Fernández Ríos, que evoca con aquel las características obreras de estos animales.

O Sireno (Vigo)

Sireno
Fuente: Wikimedia/r HombreDHojalata CC BY-SA 3.0

Qué duda cabe que la escultura O Sireno de Francisco Leiro es uno de los símbolos de la ciudad gallega de Vigo. Sin embargo, hay que reconocer que bonita no es. La figura de este ser mitológico, mitad hombre y mitad pez, está realizada en acero y se erige sobre dos altos pilares de granito negro de una docena de metros de altura en la Puerta do Sol. Si pasas por allí es imposible no verla. Sin duda, uno de los monumentos contemporáneos más conocidos de Galicia.

Cuatro cuadros (Torrelavega)

Cuatro cuadros
Fuente: Wikimedia/ P. B. Obregón CC BY-SA 3.0

La escultura Cuatro cuadros, en la localidad cántabra de Torrelavega, es otra de esas muestras de arte vanguardista que no pocos dicen que es abiertamente fea. Es obra del artista Chema Alvargonzález y está compuesta por barras de acero y neón. La verás en la glorieta en el barrio Covadonga y la carretera que pone rumbo a Cartes.

Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

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